Así era Alberto Romano, le gustaba admirar la belleza femenina, pero también si podía llevarlas a la cama, cuando conoció a Selena, le había gustado muchísimo, pero enseguida notó lo posesiva que era, así que decidió llevar las cosas con calma. Iniciaron la vida en pareja, tenía una chiquilla que denotaba que pronto sería una hermosa joven, pero en ese momento la veía como eso, como una chica bonita, cuando cumplió los quince, fue que notó de veras que ésta muchacha era un mujeron, además que lo veía de una forma que lo hacía sentir cosas. Lamentablemente era la hija de su pareja, pero sucedió el milagro, ella se la servía en bandeja de plata, no iba a desperdiciar tan maravillosa oportunidad, tener una joven al servicio de su virilidad le hacía hervir la sangre, aunque luchaba con el

