Algunas mujeres quisieron acercarse a ella como para pedirle disculpas, pero Maitane estaba llena de rencor y solo gritó:
—¡Fuera de mi camino!
Aquella expresión de enojo y frustración calo hondo en la gente que se había arremolinado para escuchar el chisme de cerca, ella siguió adelante sin bajar la mirada, aunque por dentro sentía que su corazón ibas estallar en pedazos, iba conteniendo el llanto, así que apuró el paso para llegar pronto a la casa de su esposo y refugiarse a llorar sin que nadie la viera.
A pesar de saber cómo era Selena, amaba a su madre, le dolía tanto su rechazo, aquel extraño rencor que esta mujer sentía hacia su propia hija, le daba tristeza que le importara más un hombre que su propia hija.
Cuando llegó a casa, su suegro estaba sentado en el jardín de la cas
