Rápidamente me puse de pie, mi madre acomodo mi vestido y mi cabello tanto como esos breves segundos le permitieron, su emoción fue palpable mientras analizaba mi recatado maquillaje y yo no pude hacer mas que dejarme llevar por su mano segura, lamentablemente la emoción de la visita fue suplantada por una leve decepción cuando otro hombre ajeno al duque atravesó la puerta, sin embargo, sonreí al mirar el semblante amable de Lord Dorset que me devolvía la sonrisa desde la puerta. —Lady Campbell, es un placer verla de nuevo—No dudo ni un solo segundo en acercarse y dedicarnos una educada reverencia que ambas respondimos al unisonó, según tenia entendido estaba fuera de Londres. Mi hermana visiblemente ofuscada y con el mismo nerviosismo que mi madre confundió el lujoso carruaje del hijo de

