Capítulo 1

993 Words
-Anda, come-dijo su madre palmeando la mesa y sacándola de su concentración, ella la miro con los ojos entrecerrados, no había logrado dormir bien por algunas pesadillas que había estado teniendo durante un tiempo-No llegaras tarde a la escuela de nuevo por ver la televisión. -Está bien-dijo metiéndose la cuchara a la boca-No entiendo por qué debemos mudarnos otra vez-masticó ruidosamente su cereal y después tomo un poco para volver a tirarlo sobre el resto como si se tratara de una cascada que salpico un poco la mesa, ante ese acto hizo una mueca y miro a su madre con una ligera sonrisa -Ya te lo dije, Elisse, debemos irnos, es por el trabajo, pero te prometo que será la última vez, además nos iremos después de celebrar tu cumpleaños-miro a la ventana. -Si eso arregla las cosas-dijo de manera sarcástica Ella miró a su madre era obvio que algo la aterraba, pero ella no sabía qué durante los años anteriores nunca se habían quedado mucho tiempo en el mismo lugar y siempre que se mudaban no dejaban nueva dirección a los vecinos y era como si su madre intentara borrar cualquier rastro que las relacionara con las casas anteriores y siempre le repetía lo mismo: no hables con extraños. Termino de comer tomó su mochila y salió de la casa después de despedirse de su madre, saltó los escalones de la entrada como solía hacerlo siempre, camino por la banqueta mientras jugaba con uno de los listones de su chamarra, los pocos negocios que estaban ahí ya tenían gente esperando a ser atendidos y posiblemente estarían todos cerrados cuando ella regresara de la escuela, era un tarde friolenta se acomodó su abrigo y se frotó las manos. -Buenos días, señora Lynn-saludo a la vecina -Buenos días, Verónica-la vecina siempre la había llamado así desde que llegaron, pero su madre se empeñaba en llamarla por su segundo nombre: Elisse. Cruzó la calle con mucho cuidado y sintió una mirada detrás de ella, se dio la vuelta y se encontró con una calle vacía a excepción de algunos corredores que regresaban a sus casas, pero ninguna de esas personas parecía prestarle mucha atención a ella, se dijo así misma que estaba actuando paranoica y volvió a caminar hacia la parada de autobuses que siempre tomaba para llegar a la escuela. Alexander se quedó quieto algo paralizado en su lugar, aunque sabía que ella no lo podía ver, no al menos que él lo permitiera. Avanzó de la misma manera por donde ella se había ido, la encontró en la parada de autobuses, movía los pies impaciente y revisaba su muñeca, se le había hecho tarde, aunque no quería reconocerlo y ni siquiera se había preocupado en salir antes de su casa para que algo así no pasara. Era como siempre la imaginó, había dejado de vigilarla cuando la amenaza se neutralizó, pero de nuevo estaba en peligro y esta vez era de más prioridad mantenerla oculta. Las había encontrado en Brooklyn y de nuevo pensaban irse por su seguridad, espero a que se subiera al autobús, podía usar sus alas para volar y seguirla o aparecer si quería a donde ella iba a estar sin ningún problema. Optó por la segunda y estaba parado en la entrada del edificio, Verónica bajo del autobús y camino hacia el gran edificio. Alexander de igual manera entro en el edificio miró hacia todos lados adolescentes iban y venían, todos lo traspasaban, nadie podía verlo, excepto ella, pero había perdido la habilidad hace demasiado tiempo y hasta ese momento no había querido hacerlo por miedo. Encontró a Verónica en su casillero observando su horario, había estado observándola desde que llegaron a Brooklyn, memorizando sus movimientos y lo despistada que era en algunas cosas, ya que siempre se tropezaba o se golpeaba con algo y si no la habían atropellado era gracias a él.   Verónica sintió la misma sensación de que alguien la observaba, miró hacia el amplio pasillo que se extendía hasta la entrada y para su alivio estaba vacío, sólo con los chicos del equipo de basquetbol hablando entre sí, nadie la miraba. Cuando volvió la vista al casillero Jared se acercó a ella con su habitual sonrisa, tenía una camisa de cuadros azules y unos jeans negros -Hola-dijo cuando se quedó junto a ella -Hola-saludo ella sacando su libro de la mochila-Deberías estar en clase desde hace rato -Tú igual-contesto el castaño  -Te equivocas la maestra Lily dijo que no daría la clase de las tres-cerro su casillero y comenzó a caminar al lado de su amigo por el largo pasillo que en ese momento se encontraba desierto. De nuevo sintió la sensación, pero esta vez era como si alguien la estuviera viendo y caminara detrás de ellos, se detuvo en seco y miró detrás de ellos como si eso funcionara para ver a la persona y no dejar que se escondiera si se trataba de alguna broma contra ella, encontró lo mismo un pasillo desierto. -Vero, ¿te encuentras bien? -Jared la tomo del brazo cuando vio a su amiga hacer aquella acción -Lo que pasa es que desde que salí de mi casa siento como si alguien estuviera observándome, me aterra-lo miró y después al pasillo. Jared miró de la misma manera detrás de ellos y al igual que ella no vio nada o al menos algo que indicara que alguien más hubiera llegado tarde como ellos -Sólo estás paranoica, ¿acaso dormiste bien? -ella negó y él tomó sus hombros y siguieron caminando.   Alexander los siguió sin detenerse debía hacer que lo viera de una u otra forma, ella era su misión y no podía protegerla si ella no lo veía, pero hasta ese momento todos sus intentos para que ella lo viera habían fracaso, Verónica parecía necia a querer notar algo que estaba tan cerca de ella, pero sabía que en ese momento estaba funcionando porque lo estaba notando aun sin saber
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