LINDOS OJOS MARRONES

 Hoy es mí  primer día de trabajo, hace pocos meses salí de la universidad, estoy muy nerviosa, me dieron el puesto de asistente  de sistemas  en una de las empresas más grandes de la ciudad, hice examen con muchísimos aspirantes y me dieron el puesto a mí, eso es un gran logro. Trato de arreglar mí cabello,  siempre está hecho un desastre, es largo caoba, entre lacio y ondulado, nunca he podido definir mí  rebelde cabello. Mis ojos son grandes marrones, mi piel es clara, estoy tentada de ponerme mascara para pestañas, aunque de todas maneras nadie lo va a notar, me pongo un poco de crema en la cara, me hago un chongo con el desastre  de mí  cabello, mis jeans y una blusa, eso debe bastar. Al llegar a mí  nuevo y primer trabajo, la primera en recibirme es Laura González, asistente de RH, me indica mí escritorio y las políticas de la empresa. Es guapa, cabello largo color ciruela,  tiene puesto el uniforme de la empresa, una falda recta negra que se entalla a su curvilíneo cuerpo y una blusa de manga tres cuartos con el logotipo de la empresa. Laura es muy simpática y parlanchina, de inmediato me ofrece su amistad. —Esa es la oficina del Ing. Raúl,  es buena persona, además es joven y muy amable – dice Laura con tono coqueto  —Espero que todo salga bien – digo un poco nerviosa  —No te preocupes Angeles, todo va a salir muy bien, por cierto, creo que deberías ir por tu uniforme – dice Laura mirándome de arriba abajo con la ceja alzada — ¿Me podrías decir dónde es? – pregunto un poco apenada —Claro que sí, mira, entra al elevador y oprimes PB, al salir giras a la izquierda y veras el departamento de lavandería, ahí es donde tienen los uniformes, solo le muestras tu gafete a la Sra. Rita y ella te dará el de tu medida – dice Laura sonriente mientras me da las indicaciones Una vez dentro del elevador oprimo el botón PB como me indicó Laura, llego a lavandería y saludo a la Sra. Rita  le pido mí  uniforme, es una Sra. muy amable, tiene más o menos 40 años. Me hace un poco de platica mientras me toma las medidas y después me dice que pase por mí uniforme a la salida porque necesita hacerle unos ajustes. Me dirijo al elevador y en el piso 1 se detiene, comienzan a subir personas muy bien arregladas, mujeres muy guapas y perfumadas y hombres con trajes muy elegantes. El elevador sube,  no sé cómo, pero estoy en  el décimo piso, todos los que aún quedaban en el elevador salieron y yo entre ellos, me quedo parada afuera del ascensor, es un salón enorme y muy elegante, los sillones son de piel n***o, y el piso está reluciente, las oficinas de abajo no son tan ostentosas como esta. Llamo al  elevador para volver al piso de mí  oficina, entro y oprimo el botón del  5, que es donde está mí  escritorio, las puertas comienzan  a cerrarse y de pronto escucho la voz de un hombre —Detén el elevador – quiero hacerlo pero no puedo moverme, fue muy inesperado y no supe que hacer y en un momento el elevador se detiene, el de seguridad lo ha detenido,  no supe cómo porque estaba al otro extremo del salón, ¿cómo pudo llegar tan rápido? Las puertas se abren y cuando están a la par un hombre joven, de unos 25 años, piel clara, cabellos castaños, ojos verdes intensos, con una figura muy varonil y extremadamente apuesto, está parado frente a mí mirándome fijamente. Viste un traje n***o, camisa blanca, corbata gris, parece un modelo salido de la televisión y yo estoy aquí, sin poder quitar la mirada de esos destellantes ojos verdes. —Gracias José – dice el hermoso hombre al guarura que detuvo el elevador, José le hace un gesto con la cabeza de asistencia, doy un paso atrás y él se gira quedando a un lado de mí —Buenos días – dice con una media sonrisa que hace verlo extremadamente sexy —Buenos días – contesto tartamudeando — ¿No querías compartir el elevador? – dice volteándose hacia a mí sin quitarme la mirada —¿Qué?, no, claro que no, no me di cuenta que usted venia tras de mí, lo siento – digo con toda la vergüenza del mundo, no solo por la torpeza de no detener el elevador, sino también por él, su presencia, su porte, su voz, todo él  me pone muy nerviosa. —Ahh……  que bueno, pensé que querías viajar sola – dice con una sonrisa asomándose en sus labios — ¿Eres nueva? nunca te había visto antes – pregunta con tono  relajado —Sí, hoy es mí  primer día, y creo que me perdí – contesto aun con vergüenza —Ya veo,  ¿a qué piso va Srta.…? – pregunta con curiosidad —Angeles, me llamo Angeles y voy al piso 5 por favor – contesto tímidamente —Angeles, que bonito nombre, soy Alex Cantú – dice mirándome intensamente, había escuchado hablar de él, Laura además de decirme las políticas de la empresa, me dio un resumen de todos los miembros ejecutivos de la empresa y puso mayor énfasis en el  joven Alex Cantú, hijo del Sr. Arturo Cantú, dueño de la empresa y obviamente jefe de todos, recuerdo que Laura mencionó lo atractivo que el hijo del dueño era, pensé que había exagerado, pero ahora, teniéndolo a centímetros de mí, con sus ojos verdes clavados en los míos, me doy cuenta que se quedó corta con la descripción. — ¿Está todo bien? – pregunta y con eso me saca de mis pensamientos —Ehh si, disculpe, mucho gusto  Sr. Cantú – digo ruborizada —No me  llames “Sr. Cantú”, solo Alex, ¿de acuerdo? – dice y se dibuja una sexy sonrisa en sus carnosos labios  rojos, estoy sin habla, sus brillantes ojos me tienen hipnotizada —Aquí todo el mundo me dice así y para ser sinceros, no me gusta – termina mientras yo sigo clavada en esa profunda mirada —Como usted guste, digo, como gustes  – me sonrojo aún más —Así me gusta Angeles – dice y me congelo, mi  nombre se escucha tan bonito en sus labios, de repente el elevador se detiene —Estamos en el quinto piso – dice mirándome fijamente —Si, si aquí es donde yo, aquí – digo torpemente mientras salgo del elevador —Ok…. me dio mucho gusto conocerte Angeles – dice con una amplia sonrisa que deja ver sus blancos y perfectos dientes. —Igualmente Alex – es lo único que puedo articular mientras las puertas del elevador se cierran — ¿Quién era?, ¿Alex? ¿Cómo el JOVEN ALEX? – dice Laura casi gritando —Sí, no sé cómo llegue al décimo piso y él entró al elevador y me saludó – contesto tratando de ocultar cualquier pizca de emoción —No lo puedo creer, que buena racha, todo el camino en el mismo elevador que  el joven Alex, ¿sí o no es sexy? – dice Laura pícaramente —Es guapo, no se puede negar – le digo pero no la miro a la cara para ocultar el rubor en mis mejillas —Por cierto, cuando saliste le dijiste ¿Alex? – pregunta con curiosidad, como si hubiera escuchado mal —Ehh, si – contesto tratando de ordenar mí  escritorio, ella me mira con incredulidad, por fin la miro y le digo —Sí, él me lo pidió – digo esperando que me deje  ordenar mis cosas — ¿Cómo? –  pregunta sorprendida —Cuéntamelo todo, todo Angeles – Se puede ver la emoción en su rostro —No hay nada que contar, solo me lo encontré, me preguntó si era nueva, le dije que sí y mi nombre, él me dijo el suyo y me pidió que lo llamara así – digo sin prestar atención, o eso intento —No lo puedo creer, todos aquí le dicen  Sr. Cantú o  Joven Alex, a lo mejor le gustaste ¿no crees? – dice Laura con morbosidad. —¡Qué!, no, fue solo amable, es todo, fui un poco torpe y solo fue amable – digo horrorizada de que Laura pensara eso, porque era imposible que un hombre como él,  guapo, exitoso, rico, de buena familia y tantas cosas más , se fijara en alguien como yo, simple, sin clase, sin gracia, y ni una pizca de belleza, él debe estar acostumbrado a mujeres muy diferentes a mí, principalmente guapas y de alcurnia, como modelos, así que descarto de inmediato la insinuación de Laura y ella lo detecta en mí  rostro —Ok relájate, solo decía – dice Laura y continua —Es guapísimo, todas están muertas por él, además no es para nada engreído, la mayoría de los hombres de su clase son unos pesados, pero él es tan amable, que enamora – dice Laura haciendo ojos de enamorada. —Sí, me di cuenta – digo toda ruborizada —Nada que ver con el joven Daniel, ese es un pedante – dice con repulsión —Daniel y ¿ese quién es? –pregunto con curiosidad, en realidad estoy encantada de escuchar  todo sobre Alex y a Laura parece encantarle informarme —Daniel Cantú Gallardo es primo del joven Alex y sobrino del sr. Arturo, son enemigos públicos, quiero decir, enemigos de verdad, de hecho, se disputaron la presidencia de la empresa, el sr. Arturo se piensa retirar, y tiene que dejar a su sucesor,  así que como el joven Alex y el joven Daniel querían  la presidencia, el Sr.  Arturo los puso a competir, el que presentara el mejor proyecto para la empresa se quedaría con ella, obviamente mí voto siempre fue  para el joven Alex, el otro es un estirado, cuando viene te mira por encima del hombro, un idiota – termina Laura —Es muy interesante, no sabía que Alex hubiera  tenido que  pelear por la presidencia, pero él ya trabaja aquí ¿no? – pregunto esperando que la respuesta sea positiva, quiero volver a verlo. ya Claro, el joven Alex es el gerente, desde que era niño ha estado en esta empresa, es su pasión, la verdad yo creo que al joven Daniel no le importa, solo la  pelea por fastidiar al joven Alex – dice Laura con visible desprecio Estoy sentada frente a mi  computadora tratando de concentrarme, pero lo único que hago es pensar en esos intensos ojos verdes, ese porte, ese rostro tan hermoso, porque es guapo, muy guapo y amable y tiene una sonrisa hermosa, todo él es hermoso Sacudo la cabeza tratando de pensar en mí  trabajo, Laura esta aun lado de mí  en su escritorio, el departamento de Rh esta aun lado del de Sistemas, así que Laura y yo somos vecinas. Eso es bueno y malo, por un lado ella es muy amable y me saca platica todo el tiempo, pero por otro, como es tan parlanchina no me deja concentrarme mucho, aun así, me alegro que sea mí  vecina. —Angeles, ¿puedes venir a mí  oficina? – dice el Ing. Raúl por el auricular —Claro, enseguida voy – digo levantándome de mí  silla, Laura me hace seña con el dedo pulgar deseándome suerte, le doy una sonrisa discreta Ya conocía al Ing. Raúl, es como de unos 30 años, cabello obscuro, cuerpo estilizado, muy agradable, me entrevistó cuando fui seleccionada después de haber hecho los exámenes, me indicó  brevemente las actividades que iba a realizar, haciéndome sentir confortada. —Buenas tardes Ing. Raúl – digo mientras entro a su oficina —Buenas tardes Angeles, siéntate –  dice y hace ademan con su mano hacia la silla — ¿Dígame en que puedo ayudarle? –  digo con una sonrisa tímida —Solo quería saber cómo te está yendo en tu primer día – dice y mi  cuerpo se relaja —Ah, muy bien, Laura ya me ha dado varias indicaciones, y todo va bien – contesto sinceramente —Qué bueno, me da mucho gusto que te sientas cómoda con nosotros – dice con una amplia sonrisa —Si Ing. muchas gracias – digo con agradecimiento y en ese momento tocan la puerta —Pase –dice el Ingeniero —Hola, espero no interrumpir –  dice Alex con una media sonrisa que hace  derretir a cualquiera —No, claro que no, pasa Alex – dice el ingeniero mientras se levanta y le da la mano seguido de un abrazo fraternal, puedo ver su mirada en mí, inmediatamente me pongo de pie toda roja, no sé porque él produce ese efecto en mí —Mira Alex,  ella es Angeles, mí  nueva asistente – dice gentilmente el Ingeniero —Sí, ya nos conocemos,  ¿cómo estas Angeles?, ¿ya no te has perdido? – dice con tono juguetón, mientras el Ingeniero nos mira perplejo —No, ya no gracias a Dios – digo con una sonrisa tonta — ¿De dónde se conocen? – pregunta el ingeniero con tono áspero, como de reproche hacia Alex —No te alarmes, la conocí hoy en el ascensor – dice Alex y el rostro del ingeniero se relaja visiblemente, ¿que no se alarme?, ¿por qué tendría que alarmarse? —Ah, ok – dice y  muestra una sonrisa aliviada, y me pregunto ¿que fue todo eso? ¿De dónde pensó que nos conoceríamos? —Voy a mí  escritorio, con permiso – digo tratando de escabullirme de ahí —Gracias – dice el ingeniero, doy un paso para salir de la oficina, Alex hace un movimiento quedando  muy  cerca de mí, casi puedo  escuchar su respiración, su olor, ese olor a perfume caro y delicioso, olor a él,  y murmura muy cerca de mí —Te veo pronto – volteo a verlo por una fracción de segundo y todo es como si pasara en cama lenta, él me mira y me regala una amplia sonrisa, y yo solo puedo devolverle una más tímida y salgo de la oficina.  Una vez fuera Laura está esperándome a la expectativa. —Viste quien vino a verte – dice Laura con tono burlón —Vino a ver al Ingeniero Raúl, Laura por favor – digo poniendo los ojos en blanco —Mmm no se Angeles, es muy sospechoso, normalmente es el ingeniero Raúl el que va a la oficina del Joven Alex cuando él necesita algo. – dice tratando de averiguar que hace el ahí. —Pues no sé, tal vez estaba de paso, tengo mucho trabajo – le corto la conversación y me siento frente a mí  computadora tratando de pensar en otra cosa Cada 5 minutos Laura me echa una mirada y yo la miro de reojo, sé que está esperando que Alex  salga y poder ver mí  reacción Es casi la hora de salida, estoy terminando de revisar unos archivos Alex no ha salido de la oficina del Ingeniero Raúl, yo estoy un poco nerviosa aunque no sé exactamente por qué. —Oye  Angeles, ¿nos vamos juntas? – dice Laura con amabilidad —Si claro, solo termino esto – le contesto con una sonrisa y ella me la regresa, de pronto el joven Alex y el Ingeniero Raúl salen de la oficina, las dos los volteamos a ver. —Me parece perfecto, entonces te veo el sábado y esta vez te voy a ganar Alex – dice el ingeniero Raúl con entusiasmo — ¿Raúl cuando vas aceptar que no eres bueno en el póker?  – contesta Alex divertido y se dan un apretón de manos  —Cuídate Alex – dice  el ingeniero  y  se mete a la oficina, Alex se voltea quedando frente a mí y me mira fijamente —Hola Angeles – dice con una sonrisa juguetona —Hola Alex – contesto y veo de reojo que Laura está disfrutando el espectáculo — ¿A qué hora sales? – pregunta con curiosidad — A las 7 – contesto con evidente rubor en mis mejillas, ya me resigne, ese efecto causa él en mí. —Ya son 7:10, ¿qué te parece si te llevo?, yo también ya voy de salida – dice con un brillo en sus ojos, mientras Laura tiene la mandíbula en el escritorio por el asombro. —No se preocupe, yo tengo que terminar unas cosas y después voy a buscar mí  uniforme, no quiero incomodarlo – digo apenada —No me incomodas, puedo esperar a que termines de hacer tus cosas, te veo en media hora en el estacionamiento – dice muy decidido —Y por favor  tutéame, me siento viejo si me hablas de usted – dice con amabilidad —Disculpa Alex, pero de verdad no te molestes, yo me voy a ir con Laura – digo y la señalo, ella está en shock. —Si es cierto, nos vamos a ir juntas – dice ella  sonrojada  y le muestra una amplia sonrisa, exagerada para mí  gusto. — ¿Estas segura?, puedo llevarla a las dos, ¿qué dices?–  dice mientras su mirada se fija en la mía, Dios, esos ojos verdes hacen verlo tan hermoso —De verdad Joven Alex, es que vivimos en colonias “populares” – dice Laura con ojos grandes, él no me quita la mirada de encima —No importa, yo las llevo, es peligroso que dos mujeres anden solas por las calles y más de noche, las veo en media hora en el estacionamiento – dice y se da media vuelta, mientras yo lo miro de espaldas, es tan varonil. — ¡NO LO PUEDO CRER, EL JOVEN ALEX NOS VA A DAR UN AVENTON! –dice Laura casi gritando cuando se cierran las puertas del elevador. —Cállate, te van a escuchar – digo con el dedo índice en mí  boca. —Angeles, yo creo……. que si le gustas, o como explicas que viniera hasta acá, digo, si se lleva muy bien con el ingeniero Raúl, pero cualquier cosa que necesita de sistemas siempre es el ingeniero el que va a su oficina o le pide a alguien que vaya, y bueno, no creo que tenga mucho que hacer un hombre rico como él por nuestras colonias, es obvio que le gustas, además solo hace falta ver cómo te mira– dice Laura con emoción. —Laura basta, ¿cómo crees?, es solo amable, deberías decirle que nos vamos a ir solas – digo con desesperación. —Estás loca, no quiero que piense que lo rechazamos, ¿o tu si? – dice y me rindo, si me encantaría que me lleve a mí  casa, pero ¿por qué? ¿Porque a mí?, ¿y si cree que soy una mujer fácil?, porque soy pobre y humilde pero nunca fácil y se lo voy a dejar muy claro. Son las 7:20, estoy en la lavandería con Laura a mí  lado, la Sra. Rita me entrega mí  uniforme, estoy tan nerviosa, Laura y yo llegamos a la salida de la empresa y el portero nos saluda. —Hola chicas – dice con una amplia sonrisa, tiene el uniforme de seguridad, pantalón n***o con bolsas a los lados, camisa negra y chaleco con el logotipo de la empresa, en el cinturón tiene una lámpara, una macana y otras herramientas, es alto, no se le ve el cabello por la gorra que tiene puesta, ojos cafés obscuros y una sonrisa muy amplia, tiene a su lado a un perro blanco con manchas muy lindo. —Hola Celso, ella es Angeles, es la nueva asistente de sistemas – dice Laura presentándome. —Hola Angeles, espero que te guste la empresa – dice Celso y me estira la mano, le doy la mía junto con una sonrisa, y de pronto escuchamos el rugir de un motor, es un convertible n***o último modelo muy elegante, se para frente a nosotros y sale el del auto con gracia, definitivamente le queda ese auto. —Buenas noches Sr. Cantú – dice Celso, mientras me tiene a su costado —Buenos noches Celso – dice Alex con tono seco, mira que no hay mucha distancia entre Celso y yo, por instinto me hago a un lado dejando  más distancia entre nosotros, se dibuja una media sonrisa en la comisura de sus sexys labios, me mira fijamente complacido. —Bueno  señoritas, ¿listas? – dice y me tiende la mano. —Sí, estamos listas – dice Laura entusiasmada, Alex me toma la mano y abre la puerta del copilo donde me lleva, cierra la puerta y abre la de atrás para que pueda entrar Laura, se mueve ágilmente por el coche hasta llegar al puesto del conductor, se mete rápidamente mientras Celso nos observa. —Hasta mañana Sr. Cantú –  dice Celso y Alex se despide con la mano igual que nosotras. — ¿Les gusta la música? – pregunta Alex posando su mirada en mí —Claro – dice Laura aun con emoción en su voz, Alex la mira por el espejo retrovisor y sonríe — ¿qué tipo de música te gusta Angeles? – dice y me vuelve a mirar. —Ehh, de todo un poco, la que pongas está bien – digo un poco avergonzada, si le confieso que me gustan las baladas románticas seguramente se echaría a reír en mí  cara. —Ok – dice y oprime un botón del elegante auto, comienza a sonar música electrónica, la verdad tiene muy buen ritmo, es agradable, Alex me mira de reojo y sonríe. — ¿Y cómo te fue? – Se corrige –  ¿cómo les fue en el trabajo? – dice finalmente —Bien, hay mucho trabajo pero todo bajo control, y a Angeles le fue excelente ¿verdad? – dice Laura guiñándome un ojo, que espero Alex no haya visto. — ¿De verdad?, me da mucho gusto oír eso Angeles, nuestra empresa es una de las más importantes a nivel mundial, creo que te va ir muy bien con nosotros – dice con satisfacción —Sí, lo sé, por eso estoy muy feliz de trabajar en las empresas Cantú – contesto y él me regala una sonrisa de satisfacción. —No es por presumir, pero somos los mejores y me agrada saber que te gusta – dice mirándome con esa mirada que solo él posee, mientras yo me derrito en el asiento de piel de su elegante coche. —Yo aquí me quedo – dice Laura dándome una mirada picara, sé que ella vive un poco más lejos que yo, ¿por qué se va a bajar antes?, —Me parece muy bien, fue un placer. – dice Alex dedicándole una sonrisa, Laura se ríe tontamente, es obvio que también produce efectos en ella, en todas, oh Dios. —Hasta mañana Angeles – dice Laura se acerca y me da un beso en la mejilla —Hasta mañana Laura, con cuidado –le contesto y ella se baja del auto, Alex se despide de Laura con la mano y arranca el motor. —Alex  yo también debería bajarme, la verdad no quiero molestarte y desviarte de tu camino, puedo tomar un taxi – digo tratando de no sonar impaciente. —Ya te dije que no me molestas yo me ofrecí a traerte, los taxis no me dan confianza, una mujer  tan linda como tú no debería de andar sola por las noches. – dice con voz áspera. ¿Dijo linda?, ¿una mujer  linda?, ¿que está ciego o miope o que le pasa?, yo soy todo, menos linda. —Mejor cuéntame de ti – dice con voz más dulce —mm, no hay mucho que contar, soy muy aburrida en realidad – digo con toda franqueza —Eso no puedo creerlo, eres muy interesante, al menos para mí, ¿vives con tus papás? – pregunta con tono sereno, ¿cómo que soy interesante para él? ¿Qué pasa?, la cabeza me está empezando a dar vueltas, uno de los hombres más atractivo, sexys, guapo y exitoso del país, piensa que yo soy interesante. —Entonces ¿si vives con ellos? – me pregunta y me saca de mis pensamientos. —Eh sí, si vivo con mis papás, y mis dos hermanas – digo avergonzada como siempre. —Muy bien y ¿tienes novio? – dice bruscamente con un brillo en los ojos, claro que no tengo novio, ¿no me ves?, soy un desastre. —No, no tengo – digo sencillamente y se forma una amplia sonrisa en su rostro. — ¿De verdad?, no puedo creer que una mujer tan bella como tú no tenga novio, al menos debes tener una enorme lista de pretendientes – dice con diversión. —No, no lo creo – digo sin entusiasmo, él me mira con sus ardientes ojos verdes mientras el semáforo esta en rojo, yo le sostengo la mirada por una fracción de segundo, es tan bello, con esos labios rosados  que hacen juego con esos brillantes ojos verdes, y su cabello  corto, muy pulcro, tan sexy y varonil, sonríe y su boca se abre para decir algo pero la cierra de nuevo. — ¿Entonces acabas de salir de la universidad? – dice mientras estoy perpleja mirándolo El camino se hace tan corto, le cuento sobre la universidad, sobre los sueños que tengo, un poco de mí  familia, mis amigos, él reía de vez en cuando por alguna tontería que decía, es tan encantador. Estamos a una calle de mí  casa, no quiero que me vean  llegar en este carro tan lujoso, que va a decir mí  sacrosanta madre. — ¿Es aquí? – Pregunta él —No, es una calle más,  pero aquí está bien – digo con vergüenza. —Pero puedo llevarte hasta tu casa – dice con desilusión en el rostro. —No, de verdad aquí está bien, muchas gracias Alex de verdad no te hubieras molestado – digo tropezando con mis palabras. —Ya te dije que no es molestia, eres un poco testadura – sonríe y me contagia su sonrisa. Se baja del coche y me abre la puerta quedando a centímetros de mí, puedo oler su perfume, huele a limpio, a él,  me encanta. —Me gustó mucho traerte y platicar contigo – dice mientras me mira fijamente. —Gracias, a mí también me gustó mucho platicar contigo – digo y doy un paso para salir de su alcance. —Hasta mañana –digo con voz alegre, sintiendo el corazón palpitar fuerte —Hasta mañana Angeles, que descanses – dice mirando cómo me alejo. Llego a mí  casa, saludo a mí  mamá, está sentada en el sofá viendo la novela — ¿Cómo te fue? –pregunta interesada.  —Bien mamá, me fue muy bien – le cuento  sobre Laura y mí  jefe, y medio le cuento sobre Alex, claro que solo le dije que el hijo del dueño es muy amable, no le mencione que me trajo en su carro hasta acá. Por fin estoy en mi  cama acostada con las luces apagadas, miro al techo de mí  cuarto y solo puedo ver su rostro y esos penetrantes ojos verdes mirándome. Dios, es tan bello y amable, tengo que dejar de pensar en él, es imposible, un hombre como él nunca se fijaría en mí, nunca, y me pierdo en la inconsciencia, soñando con esos hermosos ojos verdes. ------------------------------------------ ESTÁ HISTORIA ES PARTE DE UNA SAGA, LES DEJO LAS NOVELAS COMPLEMENTARIAS. Pueden encontrarlas todas completas en mi perfil, ¡agrégalas a tu biblioteca para que no te las pierdas! 1- Alex Cantù 2 - Lindos Ojos Marrones 3 - Siempre Fuiste Tú 4 - Rebeca ------------------------------------------