La casa está en silencio. El tipo de silencio que solo se consigue cuando los niños por fin se han rendido al sueño y la noche nos envuelve con su calma. Estoy sentada en el borde de la cama, entre Cristian y Kristen. Mis alfas. Mis amores. Mis mellizos. Nuestras manos están entrelazadas, como siempre, frente a nosotros, nuestros pequeños duermen, junto a mi hermanita Atanea. Sus respiraciones suaves, sus cuerpos enredados entre mantas y peluches, Nos reímos bajito. No por algo gracioso, sino por ese tipo de risa que nace cuando el corazón feliz. Cuando todo lo que dolió ya pasó. Cuando todo lo que soñamos está aquí. —¿Te acuerdas?— susurro, apretando sus manos —La primera vez que me vieron… yo en pijama, sin saber ni dónde estaba. Qué vergüenza. Kristen se ríe más fuerte, pero se tap
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books


