Habían pasado varios años desde que Atlas y la anciana se habían escondido en el acantilado. Atlas ya tenía diecisiete años y estaba a punto de cumplir su mayoría de edad. La bruja la había enseñado a sobrevivir en el bosque, y Atlas se había convertido en una joven fuerte y valiente.
Sin embargo, la bruja había empezado a presentar una enfermedad misteriosa. Se debilitaba cada vez más, y Atlas se había convertido en su cuidadora. La bruja le había enseñado a Atlas cómo mantener el hechizo que las escondía del resto del mundo, y Atlas se había vuelto experta en mantenerlo.
Atlas se escondía en una capa oscura y se aventuraba al pueblo para buscar provisiones. Nadie la reconocía, y Atlas se aseguraba de no llamar la atención. Se movía en silencio, como una sombra, y regresaba al acantilado sin que nadie se diera cuenta.
Mientras tanto, los Alfas Kristen y Cristian estaban desesperados. Habían estado buscando a la bruja y a su aprendiz durante años, pero no habían encontrado nada. Estaban ansiosos por encontrarlas, y su desesperación los había llevado a no descansar ni dormir.
La gente del pueblo empezó a hacer rumores. Decían que les faltaba una luna, que necesitaban alguien que los guiara. La ausencia de la bruja y de su aprendiz había creado un vacío en la comunidad, y la gente empezaba a sentirse inquieta y con miedo
De repente, llegó una llamada de los padres de Kristen y Cristian, que venían de la manada Luna de Plata y de Nueva York. Los Alfas tenían que ir a la manada, y no sabían qué esperar.
—Tenemos que ir —dijo Kristen, mirando a Cristian.
—Sí —asintió Cristian—. No podemos ignorar la llamada de nuestros padres.
Los Alfas se prepararon para partir, sin saber qué les esperaba en la manada. Mientras tanto, Atlas y la bruja seguían escondidas en el acantilado, esperando y observando. La bruja se debilitaba cada vez más, y Atlas sabía que tenía que hacer algo para ayudarla.
Kristen:La vida nos ha golpeado fuertemente, admito que aveces decimos que estamos con nuestra pareja pero es mentira es para calmar a mis padres, los amo demasiado gracias a ellos soy lo que soy y lo que me convertí.
Mi hermano es el que me acompaña para todos lados, somos los Alfas de la manada
killers in the dark" Cristian es el más temible por todos ya que su gran poder para luchar y sus tácticas de combate son impecables, el no perdona nada incluso hasta se canso de buscar algo que ya no existe.
Nuestra pareja, que ironía ha pasado casi 60 años pero parecemos unos adolescentes, por eso preferimos crear nuestra manada en un lugar casi inexistente para no andar con miedo del ojo humano.
Hace años pasamos una gran batalla desde ese momento los ataques han bajado, aunque siempre estamos pendiente, el hijo de Isaias vino con nosotros, el quiere una nueva vida quiere ver otros orígenes también está cansado de las guerras y luchas, solo quiero amanecer un día que al fin podamos encontrarnos con nuestra pareja
—¿Más té?—
Kristen:Siempre es lo mismo, adolescentes que aún no saben ni lo que quieren en su vida ya están viendo a otros hombres –No gracias— vuelvo a ver por la ventanilla del avión mientras la azafata me ve desde la cabina
Isaías:Mis primos mayores son muy rectos y amargados no hablan con nadie, de su boca solo salen pocas palabras, ni siquiera se le ve cuando están molestos, bueno yo no los he visto aunque por lo que dicen de ellos mejor ni lo pienso, creo que hasta se ven más jóvenes que mi persona y eso que ellos ya son mayores, son altos no tan blancos ojos oscuros, son grandes, no parecen hijos del tío Carl más bien parecen hadas o otra cosa
Cristian:Me quedo mirando el papel que tengo en mis manos, admito que siento una leve nostalgia al recordar a mis abuelos me arrepiento de no haber estado tanto tiempo con ellos, pero la manada nos necesitaba y más con lo que pasó hace años, aún recuerdo como mi madre se retorcía en el suelo mientras mi hermano combatía en el campo, mi padre lo tenían acorralado mientras que yo me lance arriba de mi madre para proteger a mi hermano el cual nunca pudo nacer ya que esa noche lo perdió.
Quisimos mantenernos alejados de todos, uno porque no tenemos a nuestra pareja y allá todos las tienen, dos muchas discordias, tres mucha gente y cuatro, mucha alegría.
En mi caso prefiero la soledad de mi villa y la tranquilidad de mi manada, mi hermano Kriten es el más tranquilo aunque no habla es el más callado pero cuando algo le molesta se le nota hasta por los poros, veo a la zafata y le hago una seña para que se acerque —¿Me puede atender?— ella me ve sorprendida y señala para la otra cabina del avión —¿Puede?—
—Lo siento, hace un momento le ofrecí té–
Cristian:—¿Eres nueva?— alzó mi vista suspiro niego
—¿Que desea?—
Cristian:Listo lo que me faltaba una adolescente hormonal —Solo jugo— vuelvo a ver el papel en mis manos
—Bonita mujer—
Cristian:—Si, lo sé, es mi madre— hablo seco mientras guardo la fotografía
—¿Se dirigen a una universidad? ¿Ho solo de vacaciones?—
Cristen:Desato el nudo en mi corbata hago una seña a otra azafata –Somos mayores para la universidad niña—
—¿Si? por favor yo más bien me veo mayor que ustedes y tengo 22 años—
Cristen:Sonrio amargado, me levanto y la mujer queda pequeñita ante mí altura, me inclino bajo mi mirada y la detallo, provocando que ella bote un aroma el cual odio provocar ya que no es lo que busco
—Soy tu mayor, y tengo más experiencias en trabajos que tu, puedo hacer que te duermas con solo parpadear un par de veces, así que no digas que puedes conmigo porque no podrás ni con tu cuerpo— tomo asiento
—Lo, Lo,
Cristian:—Jugo por favor—
—En seguida se lo traigo—
Kriten:Salgo de mi cabina al ver a mi hermano estresado mientras murmura cosas que lo entiendo a la perfección, llego hasta donde el está y me ve serio –¿Que tienes?— el ve por la ventanilla
Cristian:–Ahí vienen el dolor de cabeza— alzó mi vista y vienen dos mujeres
—Aca esta su jugo—
Kristen:—Yo no pedí eso, es más no pedí nada—
Cristian:—Es para mi— tomo el jugo, lo veo le doy vueltas
Kristen:—¿Quien preparo el jugo?—
—Adentro—
Cristian:—¿Puedo saber quién de las dos quería una noche llena de lujuria?—
–No se de qué hablan—
Cristian:—Esto va a ser algo sencillo ustedes se van a ir por allí y van a olvidar que existimos, porque de lo contrario van a saber quién soy yo y porque me gusta viajar solo–
—No fue mi intención, yo solo quería que se divirtieran un poco mas—
Kristen:—¿Quien lo preparo?— cojo el vaso me levanto apartando a las dos mujeres que al parecer no saben nada de la vida
Cristian:Mi mellizos se dirige a la cabina de comida, mientras se escucha un c***k y luego sale —¿Todo bien?—
Kristen:–Si, al parecer el chef tenía sueño—
—¿Que paso?—
Cristian:—Nada— estamos aterrizando y Isaías yunior se levanta rápido por los movimientos del avión
Kristen:—¿Que hacen aún aquí?—
—No somos azafatas—
Cristian:—Me lo imagine—
—Es que los vimos y tratamos de hablarles pero ustedes nos ignoraron, somos gemelas también aunque mi hermana no habla porque tiene vergüenza y miedo, por favor no nos delaten—
Kristen:Veo a mi mellizos y el gruñe bajo
Isaías:Mis tíos saben como hacer las cosas mataron al chef, y ahora en una camioneta grande que pueda pasar por la nieve, las dos gemelas vienen en la parte de atrás casi del color azul –¿Tienen frío?—
–Si—
Cristian:—¿Para que las trajiste?—
Kristen:—Sabes que tenemos valores, míralas no tienen ni familiares—
Cristian:—Ojalá y no salgan con una de las suyas, las quiero lejos de la villa—
Kristen:—¿Crees que las voy a llevar para la manada?— mi hermano me ve serio
—Aceptaste a la bruja, y mira ya tenemos años sin saber de su paradero— Gruño Cristian —Sabes que aún tenemos que encontrar a esas dos, que escaparon—
—Y las vamos a encontrar— afirmó Kristen
Isaías:Paramos en un edificio y salen dos señoras ancianas los mellizos ven a la anciana y les entregan a las dos mujeres
Kristen:–Que olviden todo— me giro y entro al auto
Cristen:—Pensé que quiera a una de ellas– me río bajito y Isaías nos ve extrañado
Isaias:–Pensé que no se reian— los dos me ven serios –Lo siento—
Kristen:–Jamás pondría en peligro la manada, no sabemos quienes eran además, son humanas no sobrevivirian ni una semana— la neblina se pone espesa –Es hora de transformarte–
Isaías:—¿Ahora?—
Cristian:—¡Si!—
Isaías:Los Mellizos entran a la espesa neblina y yo los sigo, solo escucho gruñidos hasta que trompetas y tambores adornan el lugar, todos aplauden mientras los mellizos gruñen y entran a una casa grande y ancha cubierta con una laguna de hielo.