Una mariposa en proceso...

Vigésimo primero

Comenzar el día con el pie derecho nunca fue una opción, voy llegando tarde a clases y todo por estar despierta hasta tarde pensando en como sería cuando conociera a mi suegra. Es el colmo esto.

Salí de casa apurada lo bueno es que el profe no se enoja mientras tengamos una buena excusa y quede convencido y creo que ya sé cuál usar...

- Señorita Sofía - Mierda, odio que use mi segundo nombre - llega 5 minutos tardes, dígame una excusa convincente para no dejarla fuera de esta clase - Me mira con sus brazos cruzados por el pecho y su ceja levantada.

- Bueno señor Mauricio - Si me vas a llamar por mi segundo nombre, yo también puedo, maldito - Mi abuela me necesitaba para tomarle la presión, su ojo estaba totalmente rojo y cuando le tome la presión era demasiado alta, llame a mis padres y les dije, me preguntaron si podía quedarme y les dije que no, ya que estaba llegando tarde a su clase y tuve que esperar a que llegaran a casa para venir - Termine de explicar un tanto preocupada por la supuesta suba de presión de mi abuela mientras que mis amigas se reían por mi excusa barata.

- De acuerdo señorita, vaya a sentarse y espero que su abuela se recupere - Me dice viendo sus lentes mientras los limpia.

Una adentro, cruzo por su lado y me doy la oportunidad de respirar bien, porque estaba conteniendo mucho aire dentro de mis pulmones. Mientras me acerco a Dahiana y a Delfina ellas intentan aguantar la risa, porque saben lo que ocurrió realmente y yo solo niego con la cabeza y sonrió para tomar asiento detrás de ellas.

- Me las van a pagar, malditas - Les digo en un susurro para que luego exploten de risa y el profesor las mire de mala manera, mientras yo tomo apuntes imaginarios para que a mí no me digan nada.

- Señoritas, vayan a dar una vuelta para refrescarse un poco - Les dice el profe mirándolas de manera sería, mientras que ellas se miran entre sí y me miran a mí de mala gana - ¡AHORA! - Y eso es suficiente para que media clase se sobresalte incluyéndome y haciendo que ellas se levanten de la silla más rápido de lo que canta un gallo.

Ellas salen y seguimos con la clase normal, al cabo de unos 5 minutos, piden permiso para entrar y es Dahiana y Delfina queriendo entrar, el profe las deja entrar y les da una advertencia de que no pueden hablar durante toda la clase o serán expulsadas de la clase de él.

La clase siguió normal, estuvimos hablando sobre la historia de las guerras y la literatura inglesa, cosas aburridas. En fin, cuando salimos de clases una avalancha de insultos me respiraban en la nuca, ya que tenía a Dahiana y Delfina a mi lado y hasta que no salimos de clases ni siquiera me miraron, salimos y se armó la guerra.

- ERES INCREÍBLE ELLA - Dice Dahia con las manos en la cintura como jarra.

- ¿QUIERES VENGARTE NO ES ASÍ? - Me mira furiosa Delfina con las manos a sus costados hechos puño. Yo solo las miro y se me dibuja una sonrisa inconsciente en los labios y asiento con la cabeza y eso fue suficiente para qué comenzarán a correr por todo el instituto.

Iban a atraparme cuando se cruzó la profesora de Inglés y fue en ese preciso momento donde frenaron, porque si no me hubieran matado. La profesora de Inglés las tiene en un pedestal, cree que ellas son las mejores de su clase y no quieren perder eso, entonces frenaron para hablar con ellas, con lo cual yo aproveché ese momento para salir del instituto e irme a casa. Iba por el camino mirando cada 2 minutos hacia atrás y viendo si no me seguían, también riéndome de lo tontas que son, ellas mismas se buscaron la salida de refrescamiento, se rieron solas yo no tengo nada que ver en eso. Justo cuando iba doblando la esquina para ir a la avenida principal de mi ciudad me encuentro con Ema.

- Hola, preciosa, ¿qué haces por aquí? - Me miro con esa preciosa sonrisa baja calzones y mi cerebro quedó en shock.

*Responde idiota, te está hablando*, si, esa fue mi subconsciente.

- H-hola Ema, ¿cómo estás?, ¿yo?, eeeeh, estaba en clases, recién salí - No puedo ser tan estúpida de hablar y tartamudear delante de él.

- Cierto que tú tienes clases en la mañana. Yo estoy bien, iba yendo a hacer un mandado ahí a la esquina, ¿me quieres acompañar? - Me pregunta mientras señala el lugar donde va a ir a comprar.

- Si, encantada - Me sonríe y cruzamos la calle para ir hasta ahí, pero antes toma mi mano y me da un beso en la frente y otro en los labios. Es perfecto.

Compró varias cosas mientras esperaba atrás de él.

- Ten, esto es para ti - Levanto la cabeza para verlo y ahí estaba, un bombón para otro bombón... Así no era... Bueno, en fin me regaló un bombón y mis mejillas ardieron en fuego, es un detalle muy lindo el cual acepté.

- Muchas gracias, cariño - Le sonreí y me acerqué para darle un beso y un abrazo - Me tengo que ir, en casa me esperan para almorzar, ¿nos vemos en danza? - Él asintió con la cabeza y me dio un tierno beso en los labios.

- Nos vemos preciosa, que tengas un lindo día hoy - Me dio un abrazo y se fue, por otro lado y yo comencé a caminar en dirección a casa con mis mejillas rojas, una sonrisa tonta y mi corazón siendo una locomotora. Cuando llegué Alex me miro con el ceño fruncido y siguió sirviéndose la comida.

- Buenas tardes, buen provecho - Dije cuando cruce por el comedor y estaba papá, la abuela y mi hermano, todos me dijeron "Hola" al unísono.

Deje mis cosas en el cuarto, respiré hondo y me fui a sentar a almorzar con ellos, yo siempre solía estar con el celular en la mesa, porque no me importaba mucho lo que hablaran entre ellos, siempre eran temas de "adultos" y hoy no iba a ser la excepción, pero algo cambio.

- Porque no dejas el celular y compartís con nosotros, deja a esos que están allá y disfruta de los que estamos acá - Me miro y haciendo ademanes con la mano para que deje el celular lo dejé, pero ni siquiera me molesté en hablar, solo estuve sentada comiendo y viéndolos como conversaban y ni se molestaban en preguntarme si todo iba bien, cómo me iba en clases, si las cosas iban mejorando, nada, así de fríos son y después buscan consuelo de sus hijos, pero ellos ni siquiera lo dan.

Así concurrió el almuerzo, terminamos y junté la mesa, barrí y junté la ropa, aparte la mía y la de mis padres, junto con la de mi hermano. Luego de una mañana agotadora me acosté a dormir la siesta. Cuando siento que entran a mi cuarto abro mis ojos y es Alex.

- Te venía a decir que ya estoy pronto para conocer a... al... - Lo interrumpo, porque ya veo que no sabe su nombre.

- A Emanuel, se llama Emanuel - Le respondo tajante.

- Eso mismo, hablaremos con él está noche, si puede él - Y sin más, se fue...

No sé qué pasó, si mamá tuvo algo que ver con esto o si fue porque él mismo quiso o que. Esto es confuso, porque se supone que él no lo quería conocer, quizás cambio de opinión, quizás si quiere o tal vez lo que está pasando es que, él quiere remediar lo que hizo y en vez de pedir perdón acepta conocer a Ema cómo forma de pago, lo cual está mal, porque yo lo podría tomar como algo común y corriente, no como una manera de disculparse por lo que hizo años atrás... No sé, pero por lo menos quiere conocerlo, así que hablaré con mamá para decirle y está tarde con Ema para que venga y podamos hablar o que pueda, porque no creo que me dejen hablar estando él en medio, van a querer estar a solas con el, ay Dios, ayúdalo por favor.

Cómo a eso de las 5 de la tarde, decidí bañarme, aprontarme e ir a danzas, no sin antes avisar a mamá que me iba y consultar algo con ella.

- Mamá, ¿puedes venir? - Ella se levantó y vino a hablar conmigo, la traje a la cocina para hablar claramente con ella.

- ¿Qué sucede hija? - Me mira preocupada.

- Nada grave mamá, solo quería saber si tú hablaste con Alex para que él aceptara a qué Ema viniera - Mamá me mira confundida y no entiende nada, hasta que le cae la ficha.

- Si, yo hablé con él porque sé que este es un paso importante para ti, sé muy bien que esto es algo especial y no vamos a arruinarlo haciendo que el chico se sienta menos y no pueda venir porque tu padre no quiere conocerlo, cuando el resto de la familia si - Me responde casi susurrando, ya que la cocina está pegada al cuarto de ellos y se escucha todo lo que se hable en la cocina o en el cuarto de ellos.

- Mamá, lo estás obligando y eso no quiero que ocurra, él debería de hacerlo por su voluntad - Susurro a modo de reproche hacia ella.

- Yo lo sé a eso, pero él no va a ir a pedirte que quiere conocerlo a menos que yo le diga y tampoco va a ir a pedir perdón a menos que yo le diga, así que tómalo como un regalo - Me guiña el ojo y se va a su pieza mientras yo analizo todas y cada una de sus palabras y es extraño, pero agradezco que haya hablado con Alex, me hace sentir más aliviada y siento que la cosa va a ir mejorando de a poco si Alex lo permite.

Me voy a mi clase de danzas, pero voy despacio, sin miedo a llegar tarde para el ensayo de las niñas, voy lento, pensando en cada palabra de mamá, ella sabe bien que Alex no va a dar el brazo a torcer y va a pasar lo mismo con Emanuel, no lo va a aceptar y hasta cuando esté casada con él lo va a ignorar, porque para él el único que puede estar conmigo es él mismo, es retorcido sí, es horrible también, pero yo sé lo que cruza por esa cabecita, sé los pensamientos que tiene este hombre y no son nada buenos, la muralla que cree al rededor de mi corazón y de mis sentimientos es enorme, por lo menos él no sabe de ellos y me muestro neutra siempre, pero a veces esa muralla se rompe y sale el odio, sale la maldad, sale la venganza y eso hay que volver a meterlo a la muralla y cerrarla de alguna manera, protegiendo de que no lastime a nadie.

Llego y me encuentro con mi profe que salió del instituto para ir a comprar unas cosas, las niñas se quedaron adentro y las puertas están abiertas, mejor, para que no se queden encerradas y hagan algo de lo cual se arrepientan luego. La clase transcurre normal, las 3 clases de ballet se pasan rápido y con Ema salimos antes cómo siempre, pero está vez un poco más temprano, ya que tenía que hablar con él e ir hoy a casa a hablar con mis padres. Cuando sale del salón y yo también, cerrando la puerta del salón, me mete al baño que está en el vestuario encerrándome completamente con su cuerpo y mostrándome la fuerza que tiene.

- Ahora si no te vas a escapar - Menciona con esa voz tan ronca y tan sexy que hace que mis pelitos se ericen y comienza con su ataque de besos, llevando su mano a mi cintura y la otra a mi nuca para atraerme más a él, besa mis labios desenfrenadamente y cuando necesita respirar me suelta por completo, dejándome aturdida en ese lugar y cuando abro mis ojos lo siguiente que veo es que yo estoy contra la pared y mis piernas enrollan su cintura para poder tenés más acceso a mis nalgas, me mira y cuando lo veo me lanzo a sus labios, siento sus manos en mi trasero, apretar cada una de mis nalgas y pegarse aún más contra mí, cuando vuelve a faltarnos el aire se aleja y me aleja a mí de la pared, para bajarme y dejarme en el suelo y con una sonrisa victoriosa sale del baño dejándome aturdida y con un corazón que parece una locomotora de tanto bombeo que da.

Llevo 10 minutos tratando de calmarme, estoy mirándome en el espejo y viendo que mis pupilas no dejan de dilatarse, mis labios aún están rojos por el intenso beso de Emanuel y mis mejillas son un fuego. Cuando estoy por salir, me golpea la puerta una de las chicas del grupo.

- Ella, ¿estás bien? - Me pregunta con cierto tono de preocupación.

- Si Zul, está todo bien, solo estoy mareada y un poco descompuesta, ahora salgo. Gracias por preocuparte - Termino diciendo y ella me responde con un simple "Okey" y se va al salón de nuevo.

Luego de calmarme, entro y veo la mirada de Íngrid caer sobre mí, los demás están ensayando, pero Íngrid no deja de mirarme y sé que quiere preguntar, pero no le doy el gusto y me corro de su lado. Cuando veo que están por terminar, voy a saludar a Íngrid y le digo que el mes que viene se lo pago la próxima semana, que mamá aún no ha cobrado y ella me dice que no hay ningún problema, salgo del salón de baile, paso por el vestuario recogiendo mis cosas y espero afuera a qué Ema salga porque aún estoy con las mejillas rojas y los nervios a flor de piel.