Leonard bajo del auto en casa de los Greco mientras maldecía entre dientes, Antonella corrió a su encuentro intentando controlar la preocupación por los eventos pasados que la superaban, sin poder evitarlo le abrazo con fuerza mientras que el italiano de manera rígida intentaba no responder ante su muestra de afecto. —Dios mío Leonard. ¿Estás bien? —Preguntó con los ojos llorosos ganándose una que otra mirada de parte de Gabrielle quien le acompañaba, el italiano asintió con la cabeza, sabia que lo que le esperaba a aquella familia tampoco era bueno pues Lucían estaba hecho fuego de la ira por lo que la ineptitud del control de Palermo por parte de Lorenzo no seria pasado por alto tan fácilmente. —Lo estoy—Articuló mas de compromiso que de ganas después de todo aquello—Me voy de aquí, di

