La familia.

1202 Words
Hades Moore. —Estoy listo para salir del hospital.—Hugo me observa con incredulidad, como si no pudiera creer lo que acabo de decir. Él junto a un enfermero me encaminan a mi habitación. Apenas y he podido ver a mi hijo unos segundos antes de que me lo arrebataran de los brazos. Ha sido un varón, y por supuesto que será igual de apuesto que su padre. —Mierda, estoy bien. —mi pecho arde del dolor, literalmente. El doctor me ha comentado que consiguió estabilizame rápidamente, y gracias a eso pudieron extraer la bala de mi corazón antes de que ocasionará más daños a mi salud, solo me quedara una pequeña cicatriz por la operación, y el dolor se quitara en unos cuantos días. Estaba en camino a que me cerraran la herida en el quirofano cuando divisé el rostro de Bárbara y Hugo, y de pura suerte corrí hacia ellos, pudiendo presenciar el nacimiento de mi hijo. No puedo explicar lo feliz que soy ahora mismo. Solo quiero abrazar a Babi y al bebé por el resto de mi vida. —Hades... —Hugo va a reprenderme, cuando Hilda se adelanta frente a nosotros. El sonido de sus tacones rebotando contra el suelo me aproxima su llegada. —Tienes que quedarte en cama, amor. —Ella me besa la frente. Le respondo con una mueca, incómodo. Hugo, por suerte, cierra la puerta antes de que Hilda entre. Él me recuesta sobre la cama, mientras que el enfermero estabiliza mi suero y mi ritmo cardico. Yo estoy seguro que no necesito estar más tiempo en este jodido lugar, yendo a casa con Babi estaré mejor. El hospital es horrible, hay un montón de enfermos y apesta a medicinas. Miro a Hilda a traves de los critales, sabiendo la verdad de Rubén. No tengo a mi padre real aquí, ni a mi madre, pero sinceramente no quiero verlos, no quiero ver a nadie más que a mi hijo y Babi. Ahora mismo no quiero pensar en todo lo que pasó, solo quiero estar con mi familia. ¿Mi familia? Que lindo es poder decirlo finalmente. Apenas pueda salir de este apestoso lugar haré que Babi se case conmigo. Tendremos una boda gigante, y sientos de invitados, y no tendré este estúpido dolor de pecho. La enfermera que atendió a Babi viene con nuestro bebé en brazos y se adentra a mi habitación. Aún no se que nombre le pondremos, pero se que será muy lindo. Hugo lo observa con ternura, y Josh, quien acaba de entrar junto a la enfermera, le acompaña la mirada. La enfermera me entrega al bebé, lo sostengo sobre mi pecho, o al menos, la parte que no tengo herida. Se siente tan bien poder cargar a mi hijo. —Buenas noches, Señor Moore. —Josh me saluda, asiento con una pequeña sonrisa. —Señor... Moore. —le enfermera titubea llamando mi atención. — Lo he traído un momento para que pueda conocerlo mejor antes de que lo llevemos a la encubadora. —la enfermera me sonríe, alegre. Asiento, sereno. Por su mirada, y la forma en la que enreda su cabello sobre sus dedos se que intenta coquetearme. Y a mi solo me repugna. —Él bebé tendrá que permanecer ahí al menos mientras su peso se regula, y complementa su nacimiento. —me explica, y asiento. Ha nacido solo dos meses antes, es un bebé demasiado pequeño, pero es tan hermoso que me duele. No puedo evitar verle con una sonrisa, él se parece mucho a su madre con esos cachetes preciosos. Es completamente tierno, sus manos son tan suaves, y se ve precioso con ese traje de osito. Él duerme plácidamente, como si fuera no existiera un mundo de mierda. Miro al enfermero que me inyecta la aguja, antes de ponerme el suero, y luego a la enfermera que me mira con atención. Casi babea al verme, encaro una ceja y ella desvía la mirada, nerviosa. —¿Es posible que mi esposa pueda estar en la misma habitación que yo? —pregunto. Ella abre los ojos de par en par. Se que se ha sorprendido porque dije que Babi era mi esposa, pero ella es mía, y casi mi esposa. —Yo... no creo que eso sea posible, señor Moore. —Ella se acomoda la falda de su uniforme, nerviosa. Ruedo los ojos, fastidiado. Hugo se ríe un poco, sabe que lo hago de fastidio. —Entonces has que sea posible. Que traigan una camilla a mi habitación y quiero que mi esposa este aquí, ¿Entendido? —le ordeno, y ella traga grueso. —No me importa cuanto puto dinero tenga que pagar, ella estará en la misma habitación que yo, y el bebé también. Es una orden. —No se preocupe, señor Moore, yo me encargare de que eso sea posible. —Josh responde. Le doy las gracias y él, junto a la enfermera salen de la habitación. —No conocía esa parte de Hades... —Hugo se burla. Le miro con los ojos entrecerrados. —Estás rechazando una chica hermosa. —Lo entenderás cuando seas papá. —me bufoneo en su cara, arruyando al bebé. Hugo se ríe un poco, y luego ambos miramos a mi hijo con ternura. Tengo un hijo, y no puedo asimilarlo aún. —¿Qué sucede? —pregunto al ver como Hugo mira al bebé con una sonrisa. —¿Quieres sujetarlo, Hugo?—él asiente y lo sujeta entre sus brazos. Una nueva enfermera se adentra a la habitación, ganándose nuestras miradas, ella no es la que me coqueteo hace un momento, de hecho, se nota nerviosa realmente. Hugo la observa, y es como si se perdiera en ella. ¡Vaya, él si que no pierde el tiempo! Ya le ha hechado el ojo a una chica nueva. La enfermera pasa detrás de los hombros de Hugo, esparciendo su perfume. —Vas a ser un excelente tío, Hugo. —ella se muerde los labios y Hugo le da una tonta sonrisa. Joder... este ha estado coqueteando mientras yo solo me estoy muriendo. —Hugo... —le llamo, pero él estaba más ocupado viendo a la enfermera que observa mi pulso, que viéndome a mi. —¡Hugo! —exclamo, finalmente haciendo que me mire. —¡Venga, tío! Deja al bebé que lo llenas de esperma. —le bromeo, y rostro palidece cuando la enfermera sonríe. He leído en su gafete que su nombre es Sophie. Sophie sale de la habitación y Hugo me golpea la cabeza un poco. Él me entrega al bebé y sale detrás de ella como su perrito faldero. Noto como ambos se meten a una habitación juntos. Hugo perderá su virginidad en un hospital, ¡Genial! —Solo somos tú y yo, mi bebé. —le beso la frente con cuidado. Sus ojos están cerrados, este mini-Hades se ha quedado dormido en los brazos de su tío. Nunca pense tener un hijo, pero no me arrepiento de haberlo tenido. Él es extramadamente hermoso, que hace que pierda el miedo. Tengo que ser un buen papá para él, y sobre todo, su ejemplo a seguir. —Te amo, hijo.
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