CAPITULO 17|LA TRAICIÓN A LA SANGRE

2090 Words

Ludmila siempre se había sentido orgullosa de su apellido, decir que era una Salerno, la única mujer que llevaba el apellido por sangre le causaba satisfacción y altivez, sin embargo, en aquel momento, prefirió ignorar que se apellidaba de esa manera para garantizar que cubriera cada uno de sus deseos. Franco, por igual, aunque él lo hacía más por el respeto que infundía su apellido, que por sentirse orgulloso del padre que tenía. En aquel momento, Franco no recordaba ni cómo se apellidaba. El italiano sintió el cuerpo de Ludmila pegado al suyo y eso bastó para que no recordara siquiera el día que era. Los labios de la italiana eran la manzana prohibida que lo incitaban a pecar. Bajo esa tormenta de agua olvidó por completo cualquier cosa que impidiera que cumpliera su cometido. Ludmil

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