Una salida inesperada Clara miró su reloj por tercera vez mientras esperaba en la entrada del bar. El aire fresco de la noche le rozaba las mejillas, y el leve murmullo de las conversaciones detrás de la puerta de vidrio le daba al ambiente una calidez reconfortante. Habían pasado días de trabajo interminables, y esta “noche de chicas” con Lilian era justo lo que necesitaba. Algo de risas, un par de tragos y, sobre todo, desconectarse de todo. —¡Lo siento, lo siento! —exclamó Lilian a lo lejos, mientras corría hacia ella con esa sonrisa despreocupada que le era tan característica—. Un cliente se alargó con la reunión. Odio cuando pasa, pero ¡ya estoy aquí! —No pasa nada —respondió Clara con una sonrisa indulgente—. Pero me debes el primer trago, ¿eh? —Trato hecho —respondió Lilian, gui

