Capítulo 5

1092 Words
Susan Mi corazón comenzó a latir con mayor rapidez de lo normal. En verdad no esperaba que él fuera a besarme. Se supone que eso estaba prohibido entre nosotros…. Bueno, soy consciente que fui la primera en romper esa regla. Todo esto me va a volver loca. Me separé de él luego de unos cuantos segundos al sentir como mi cuerpo se quedaba sin aire. —Si vas a hacer las cosas… deberías hacerlas bien —dijo en un susurro moviendo mi cabello hacia atrás—. Yo creo que con esto, si tenían alguna duda, ya no la tienen. Moví mi cabeza asintiendo. Él acomodó el collar. Pude sentir el calor de su respiración muy cerca de mí. Moví mi cabeza ignorando su cercanía. Esa cercanía que me estaba colocando nerviosa… muy nerviosa. Él de nuevo se acercó a mí. Y sería mentira si dijera que no creí que de nuevo me besaría. —Tendremos que ajustar de nuevo las reglas, ahora que las rompiste Susan —susurró en mi oído. Mi cuerpo se erizó por tenerlo de esta manera. Nunca lo había tenido tan cerca y que me pusiera así de nerviosa. Tomé uno de los platos que estaban sobre la mesa y fui directo hasta donde estaban los demás de la familia. Sentía que la temperatura dentro de mi cuerpo estaba completamente elevada. Todos se sentaron y comenzaron a hablar, él se hizo a mi lado, pero yo… yo estaba completamente desconcentrada. Escuchaba las voces al fondo, pero la realidad era que no entendía absolutamente nada. Mi cabeza y mi corazón aún estaban conmocionados por su beso. Por su cercanía. Supongo que todo esto es por la falta de alguien en mi vida. Me sobresalté cuando él tocó mis manos. —Susan, te acaban de preguntar algo. Los miré y de nuevo sus miradas estaban apuntando a mí. Como si fuera la peor conspiración. —Lo siento, estaba pensando en otras cosas. —No te preocupes te preguntábamos ¿A dónde te invitó mi sobrino? —abrí mi boca sin comprender—. Sí cuándo fue la última vez que te llevó a un viaje romántico. —¿Invitar? —Claro, algún plan romántico… algo que quieras hacer con él. ¿No te ha invitado a nada? No me digas que solo te ha invitado a las conferencias que tiene que dar y sus aburridos viajes de negocios. Miré a mi alrededor y observé las fotos que estaban colgadas. Tenía que absorber idea de algún lugar y que mejor que de esas fotos. Necesitaba decir cualquier cosa. —A esquiar —respondí sin pensar—. Iremos a esquiar. Mi jefe carraspeó con la garganta, y golpeó mi pierna por debajo de la mesa. Hice una mueca de dolor. Mi falta de atención, creo que me metió en graves problemas. —No puedo creerlo —mencionó su abuela—. Estás haciendo milagros con él. Matt desde que era un niño no esquía. Y contigo de nuevo lo va a hacer. —Sí… estoy haciendo milagros con él. Siento como de nuevo su pie golpea contra el mío. Debió haberme dicho, pero no… todo está haciendo realmente improvisado. Y no sé por cuanto tiempo más puedo mentir. —Susan querida, estamos tan agradecidos contigo por los que has hecho con nuestro querido Matthew. Yo mismo les voy a dar el viaje y les pagaré todo —mencionó Marie—. Y sé que es un viaje en pareja, pero no quiero perderme el momento de verlo vivir. —Siii iremos a esquiar —gritó uno de los niños. Y en ese momento sentí el verdadero pánico. —Sí, iremos a esquiar. Marie respondió y en ese momento todos hicieron un sonido cargado de felicidad. Sentí como si hubiesen votado un baldado de agua fría en mi cabeza… ahora no hay nada que salga de mi mente más que la idea de pasar el resto de mi vida en una bodega por hablar más de la cuenta. Terminamos de comer en un silencio agradable. En verdad agradecia que fuera así. Estoy completamente segura que sí hubiese alguna otra pregunta tal vez la hubiera embarrado un poco más. Al terminar me fui corriendo a la habitación. Necesitaba dormirme antes de que él llegara, antes de que todo se complicara más. Me acosté y me tapé de pies a cabeza. Mientras rogaba que él tuviera misericordia de mí y me dejara “dormir”. Escuché que cerró la puerta, sentí mucho miedo en ese momento. Puede que él en estos momentos muestre su verdadera cara y… ¿Qué tal si es un asesino? Y por eso es tan amargado. —Susan… sé que no estás dormida. Levántate de ahí a las buenas o a las malas. Un largo silencio se hizo en la habitación. Solo podía escuchar mi respiración agitada y lo más silenciosa posible. Y la suya… por supuesto. —Susan, cuento hasta tres. Levanté las sábanas y lo miré. Hice uno que otro puchero intentando suplicar su perdón. —Odio el esquí… y supongo que tú el único contacto que has tenido con la nieve es cuando ves que cae por la ventana. —De hecho de pequeña lo practicaba mucho puede que ahora no tanto, te puedo asegurar algo si me caigo me levanto con estilo y nadie lo notará. —¿Te das cuenta en el lío que me metiste? Ahora todos van a querer ir a nuestro viaje romántico únicamente porque quieren ver esa nueva faceta de mí gracias a ti. —Nada de eso estuviera pasando sí les dijeras la verdad, si al menos trajeras una novia de verdad. —Te equivocas nada de eso estuviera pasando si tú simplemente dejarás de abrir tu boca para meterme en problemas. Me crucé de brazos, no pienso amargarme. Le veré el lado positivo a todo esto. —Tienes toda la razón querido jefe. Todo es mi culpa… pero tengo curiosidad con algo, fuiste tú el que creó toda esta farsa, ¿Qué tan lejos piensas llegar para que todos crean que esto es verdad? Él se acercó a mí de manera peligrosa. —Haré lo que tenga que hacer para que todo esto siga su ritmo y crean que es verdad. Iremos a nuestro dichoso viaje romántico, espero que ahí sí hagas bien tu trabajo. Él salió de la habitación completamente furioso. Y como bien dije, le veré el lado positivo a todo esto… y me vengaré de mi jefecito por todas las que me ha hecho.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD