~0~ Había pasado dos semanas desde que la mujer le había dejado claro a Noah que nunca se casaría con su hijo, primero muerta antes que permitir que su hijo dañase su vida casándose con un hombre, eso nunca. Había hecho demasiado para lograr separarlo de Igal y ahora no sería algo diferente, tenía que lograr quitarle aquella absurda idea a su hijo de la cabeza, él no era gay, ni mucho menos, él no era como su padre, no, claro que no. Y ella no pretendía permitir que sus hijos le pagaran con la misma maldita moneda que le había pagado aquel desgraciado. -Señora Lucia ¿Para qué me ha citado aquí? —Preguntó la chica bebiendo un poco de su té. -Te conozco desde hace muchos años y he visto el amor que le tienes a mi hijo. —Habló mirando fijamente a la mujer. -Y quiero proponerte un trato.

