Una semana había pasado desde que Noah se había mudado al apartamento de Howard, y nada de lo que había pasado en su vida le había sentado de la mejor manera. Su anemia había vuelto, causándole gran revuelo y no ayudaba en nada a su situación. No era fácil para él acostumbrarse a todos los lujos y comodidades, si bien, él vivía en un apartamento, no podía compararlo a donde se encontraba viviendo actualmente.
El apartamento posee tres habitaciones, y cada habitación posee su propio cuarto de baño, el cual Noah debía aceptar que era hermoso y gigantesco. La sala era amplia al igual que la cocina, y lo mejor de todo era que no tenía que compartir mucho tiempo con Howard, pero sabía que no debía acostumbrarse. Durante esta semana el chico había pedido un permiso médico, no se sentía de ánimos para nada, y Neithan le había recomendado quedarse en casa para evitar ser hostigado.
Noah había tenido que cambiar de número de teléfono para detener las constantes llamadas y mensajes de personas desconocidas y conocidas, preguntándole por su relación con Howard o pidiéndole una cita para ser entrevistado. Hace algunos días había firmado el contrato con Howard, y por fin había quedado claro todo lo que debían hacer y lo que no, durante este año y medio. El martes había llamado a Miriam y le había comunicado que le daría a Minzy la primicia de su relación con Howard.
Obviamente sí daría una entrevista a alguien, sería a sus aliados. No haría que otro medio de comunicación tuviese más rating, además se sentiría más a gusto en un lugar conocido. Cuando llegase al periódico quizás su jefe de sesión le esperaría con una carta de despido en las manos, pero no podía hacer otra cosa que esperar. Esa semana para Noah fue toda una odisea, y aún no deseaba admitir que lo que estaba sucediendo fuese real.
Se dormía todas las noches deseando que todo fuese un simple sueño, pero al despertar cada día se daba cuenta que su realidad se había convertido en una pesadilla. Había tenido que mudarse, dejar el apartamento que con tanto esfuerzo le había costado adquirir. Había tenido que mudarse con un desconocido. Había tenido que firmar un contrato que le ligaba a Howard, haciendo que su vida cambie totalmente y no se encontraba seguro de poder decir, que había cambiado de una manera buena.
Y, para colmo, tenía que presentarse en televisión nacional para dar unas declaraciones que sabía que pondrían en revuelo su vida. Ellos se habían puesto de acuerdo para saber lo que se debía decir y lo que no en aquella entrevista, y el chico se había pasado todo el tiempo estudiando la extensa lista de cosas que debía conocer de su prometido. Lo que le gustaba, lo que no, sus familiares, sus amigos, sus cosas de trabajo, sus lugares más concurridos, las cosas que para muchos no son importante, pero que para una pareja de amantes era algo vital.
Noah miró la hora en el reloj y se percató que se encontraba sobre el tiempo así que se dirigió hacia el cuarto de baño y tomó una ducha. El chico se había dormido a altas horas de la madrugada estudiando aquella lista, sabía que su memoria era buena, pero lo nervios siempre jugaban en tu contra, y a él le ocurría constantemente. Al terminar de ducharse se colocó la ropa que habían elegido para él, porque sí, también había tenido que hacer un cambio radical en su forma de vestir.
Noah había quiso negarse, pero las personas le habían rogado que lo aceptara o sino ellos se verían perjudicados. Al mirarse al espejo se percató que su semblante no era el mejor, debajo de sus ojos se reflejaban enormes bolsas y su rostro se encontraba demasiado pálido haciéndole lucir como un muerto viviente; eso le hizo fruncir el ceño. Su anemia lo estaba montando, además, en estos últimos días no se había alimentado de manera adecuada y mucho menos había dormido bien haciéndole lucir de aquella manera.
Rebuscó entre sus cosas hasta encontrar su bolsita de maquillaje, debía hacer que su rostro recobrase un poco de vida o tendría serios problemas. Salió de su habitación para así dirigirse a la cocina, había perdido el apetito hace algunos días, pero sabía que necesitaba beber al menos un vaso con jugo. Orión al sentirle salir lo persiguió y se dirigió hacia la sala. El castaño suspiró al mirar a su alrededor y darse cuenta que nada en aquel lugar era igual a su antigua apartamento.
No es que el lugar fuese rústico, es más, al chico le parecía hermoso, pero a Noah se le hacía incómodo vivir en el lugar así, tan diferente a lo que él se encontraba acostumbrado. El departamento se encontraba en Condado, unas de las zonas más adineradas del país, un lugar donde muchos deseaban vivir, pero pocos podían hacerlo. Su celular sonó así que dejó el vaso con más de la mitad del jugo en el fregadero y se dirigió a su habitación.
Se sentó en la cama y tomando su celular entre sus manos leyó el mensaje que le había enviado Howard.
{Estoy frente al apartamento.}
Noah exhaló con fuerzas. El hombre había quedado que pasaría por él para así llegar juntos a la entrevista y saber que ya había llegado la hora de ir a Minzy le revolvía el estómago. Bloqueó su celular y se lo metió en el bolsillo para a continuación dirigirse hacia su mesita de noche y sacar una cajita de terciopelo n***o. Howard le había dicho que el día de la entrevista debía colocarse lo que había dentro y, aunque nunca la abriese sabía que se trataba de la alianza que debía llevar en su dedo anular.
La abrió encontrándose con una perfecta joya dentro de ella. Noah se sorprendió realmente el anillo era hermoso.
El anillo era de plata, en el centro del mismo había una apertura y en la mitad de esta se encontraba cubierta por una plaquita, en ella se encontraba incrustado un pequeño diamante y junto al mismo había grabada una fecha, 1317. Noah no sabía que significaba aquella fecha, pero pensó que era algo inventado de cuando supuestamente ellos iniciaron su noviazgo. Se colocó el anillo y dejando la cajita en el cajón tomó sus cosas y salió del apartamento. Aquel anillo se convertiría de ahora en más en una parte más de él.
Al salir del apartamento uno de los hombres bajó del auto y abrió la puerta de la parte trasera del auto y por ella salió Howard. El hombre vestía un traje color n***o que hacía que el brillo de sus ojos se acentuase. En su dedo anular tenía un anillo parecido al suyo, pero en la plaquita traía grabada una frase la cual no pudo leer. Noah suspiró en su interior, el hombre era guapo y poseía todo lo que a él le gustaba, pero la actitud y su prepotencia había borrado todo lo hermoso que Noah había visto en él dejando sólo una imagen grotesca y molesta.
—Buenas tardes. —Howard le ofreció su mano y Noah no tuvo otra opción que tomarla. El hombre lo acercó a él y besó su mejilla haciendo que un pequeño cosquilleo cruzase por el cuerpo de Noah. Habían acordado que los besos y caricias lo harían de apoco para así darle tiempo a Noah de acostumbrarse.
—Hola. —Fingió una sonrisa. Se encontraban en la calla y sabía que muchos podrían verlos.
—Si estás de acuerdo, podemos irnos. —Ofreció y Noah asnito. —Por favor. —Hizo un ademán con las manos para indicarle a Noah que subiese al auto.
El ambiente dentro del auto había cambiado totalmente, la farsa había terminado y ahora lo osco de ambas personas había salido a relucir.
Noah deseaba estar lo más lejos posible de Howard así que se colocó lo más cercano a la puerta que pudo mientras que el hombre se encontraba el otro lado. No tenían nada que decirse o bueno, no deseaban decir lo que pensaba así que prefirieron ignorarse. Todo el camino ambos hombres contuvieron el estúpido impulso de mirarse y mi mientras Howard mirada atentamente su celular para no posar sus ojos en el contrario, Noah sólo observó por la ventana intentando hacer lo mismo.
Al llegar Howard bajó rápidamente y esperó con calma a que Noah bajase. Cuando por fin estuvo junto al pelinegro, el hombre tomó su mano y Noah tuvo el impulso de soltarla, pero se contuvo sabiendo así el lugar donde se encontraba y que cosas como esa eran normales entre parejas. Una fuerte corriente atravesó su mano y recorrió todo su cuerpo haciendo que se estremeciera ligeramente.
Iniciaron a caminar y al entrar al lugar todas las miradas se posaron en ellos, los murmullos iniciaron a escucharse y Noah supo que de inmediato las conjeturas habían iniciado.
—Buenas tardes.
—Bienvenidos a Minzy. —Levantó la mirada y se sorprendió al notar quienes era. —Noah, cariño.
—Hola Mirian. —Sonrió a la mujer.
Noah y Miriam se habían conocido hace dos años cuando Noah había llegado a el periódico. El chico había sido puesto primeramente en el área de entrega haciendo que su trabajo consistiera en que él debía llevar los recados desde una plataforma a otra. Las localidades no quedaban realmente lejos una de la otra, pero de igual modo le tomaba tiempo trasladarse.
La primera persona que Había conocido era a Miriam y a pesar que muchos se habían comportado groseros con él, la mujer había sido muy diferente haciendo que Noah encontrase en ella una amiga.
—Me tenías preocupada. Mira nada más cómo te encuentras.
—Me disculpo, pero mi anemia volvió y he tenido unos días muy difíciles.
—Todo lo que ha sucedido te ha puesto mal, ¿no es cierto? —Noah asintió.
—Aunque debo admitir que no le he pasado tan mal. —Se apresuró a decir para así aprovechar la situación. —Tengo a mi lado quien cuide de mí y vele por mis necesidades. Mi prometido es una persona muy atenta. —Realmente odio decir aquellas palabras, odiaba tener que mentir, pero debía hacerlo. Su estómago se revolvió y tuvo que controlar sus impulsos de alejarse del hombre.
—Señor Génova. —Saludó dirigiendo una rápida mirada a ambas personas y se percató que sus manos se encontraban entrelazadas. La mujer murmuró algunas cosas, pero no pudieron entenderlas.
—Es un placer. —Le regaló una brillante sonrisa a la mujer.
—¿Por qué no me lo habías contado? Ni siquiera me encontraba enterada que tuvieses novio. —Noah murmuró un: "yo tampoco lo sabía" que fue imposible de escuchar.
—Lo lamento.
—Eso fue culpa mía, me temo. Deseaba que nuestra relación fuese algo personal, algo de nosotros, pero mis impulsos fueron más grandes y no pude mantenerme alejado de la persona a quien amo. —Besó los nudillos de Noah y el chico sonrió mientras un leve rubor aparecía en su mejilla. La mujer suspiró.
—Deseo a alguien que me pueda amar de aquella manera. —Murmuró, pero Noah pudo escucharle y frunció el ceño sabiendo que las palabras de Howard eran un gran engaño. —Pero cuéntame cariño y perdón que les quite tiempo, pero necesito saber cómo estás llevando tu anemia.
—Estoy agotado por eso me tomé estos días libres. Mis dolores de cabeza son constantes al igual que mis náuseas y mi falta de apetito. Entre otras cosas. —Suspiró.
—Disculpe mi atrevimiento, pero ha podido notar que le tengo mucho aprecio a Noah así que por favor cuide mucho de él. Como sabe sus episodios de anemia son severos y no deseo que ocurra lo de hace años. —El chico negó no queriendo recordar lo que había sucedido.
—No debes preocuparte por nada, Miriam. —Le tranquilizó. —Me he estado tomando las pastillas adecuadamente. —Mintió, la verdad se olvidaba constantemente de ellas y sólo se las bebía cuando sabía que ya no podía soportar más.
—Estoy consciente, además, dudo que con la compañía de tu prometido pueda suceder algo, pero de igual manera me preocupo. —Howard sonrió ante el halago de la mujer.
Genova no comprendía las palabras de la mujer y, aunque sus impulsos le incitaban a preguntar supo controlarse manteniendo así aquella mirada estoica. Sabía que lo de la anemia debía ser cierto, la mujer se encontraba familiarizada con ella, pero no se encontraba seguro si el chico sólo lo había dicho para tener una excusa por todos los días que se había quedado en casa o porque realmente la estaba padeciendo. Y todos sus pensamientos los llevaban a hacerse algunas preguntas.
¿Qué había sucedido hace años?
¿Qué tan grave podía llegar hacer la anemia?
¿Qué era realmente aquella enfermedad?
Claro que él había escuchado muchas veces de ella, pero no se encontraba completamente familiarizado con ella y no sabía que podía causar, cuál eran sus síntomas o si en verdad podía llegar a ser realmente graves. Howard pasó su mano por alrededor de las caderas de Noah y lo atrajo hacia él, Watson sonrió amable, pero en su interior lo único que deseaba era golpearle y retorcerle los dedos hasta que entendiese que no debía tocarlo y menos así.
—Hemos venidos a ver a Nora. —La mujer revisó en la computadora para posteriormente entregarle los pases.
—No debo indicarte por donde ir cariño. —Sonrió con amabilidad. —Muchas felicidades.
—Gracias. —Respondió Howard. —Fue un placer.
—Igualmente.
Genova soltó la cintura del más joven y lo tomó de las manos para así entrelazar sus dedos. Rápidamente fue dirigido por Noah hacia el estudio y pudo observar que su prometido era una persona un tanto conocido en aquel lugar. Noah se había detenido durante el camino a hablar con algunas personas y no perdía la oportunidad de presentarlo como su prometido y pedirles que por favor fuese discretos ya que la primicia la daría Nora en su programa.
—Noah. —Volteó y se encontró con el rostro de Edward.
El chico era uno de los que más toscamente lo traba cuando venía a entregar algún documento e inventó infamias de él cuando consiguió el puesto de columnista en el periódico.
—Dime.
—Prepárate que casi serán entrevistados. —Le miró con desdén y luego caminó hacia Howard.
Noah era realmente una persona pacífica, pero si alguien llegaba a intranquilizar deseaba asesinarlo y Edward causa esa sensación en él.
—Señor Génova, es un honor tenerlo aquí. —Saludó con amabilidad y Noah bufó. —Lamentamos muchos los inconvenientes causados y por sacar algo tan vergonzoso como eso, pero como sabrá no podíamos dejar pasar algo tan importante, además nuestras fuentes eran altamente confiables.
—Pierda cuidado, no ha sido algo transcendental. — Howard le regaló una sonrisa, pero en su interior se encontraba colérico.
Sus palabras habían sido una jodida mentira, todo aquel maldito lio le había costado demasiado y sólo deseaba matar al bastardo que los había grabado.
—Es bueno escucharlo. Por ello deseábamos entrevistarlo para que pudiesen aclarar las cosas. Su secretaria nos dio un adelanto diciendo que todo había sido producto del alcohol y nada más. —Howard frunció el entrecejo.
¿Con que derecho Lourdes había dicho algo como eso?
—Me temo que ella no debió decir eso.
—No debe preocuparse por ello. Entendemos que a veces podemos disponer mal de alcohol y no nos medimos así que realmente no veo que esto sea visto como algo ignominioso y pueda afectar su imagen. —Howard sonrió con cinismo, el chico en verdad le estaba molestando con sus palabras. —Pase por aquí, por favor, que su entrevista ya iniciará. —Génova se levantó de su lugar y se dirigió hacia Noah.
—Amor. —Llamó captando la atención de más de uno. —¿Estás listo? —Noah le sonrió y tomó su mano.
—Por supuesto, cariño. —Sí, no se sentía como haciendo ese tipo de cosas, pero no podía negar que había disfrutado ver la cara del estúpido de Edward.
Noah y Howard entraron al pequeño estudio y saludaron a Nora. La mujer era lo bastante agradable y divertida para hacer olvidar a Noah por minutos lo duro que sería hacer algo como esto. Si bien era alguien que trabajaba en los medios de comunicación, a él en realidad le gustaba pasar desapercibido con las personas. Por las r************* , anteriormente al pequeño escándalo, las fotos de Noah por ellas eran algo mínimo.
Ahora; sin embargo, se encontraban por todos lados y no sólo al nivel nacional. Así que a medida de más se acercaba la hora de la entrevista más nervios le invadía. Harían pública una relación y un compromiso el cual no era real, además era uno el cual ni siquiera las personas allegadas a ellos conocían y cuando saliese la entrevista todo sería sumamente complicado, para él por supuesto, ya que no creía que alguien como Genova tuviese que darle explicaciones a nadie.
Noah suspiró, no había vuelta atrás y lo supo desde el primer instante en que firmó aquel contrato. Su madre se enteraría de su relación, sus personas más allegadas y el resto de las personas también lo harían y si antes no se encontraban seguro de lo que sucedía con ellos las personas reaccionaron mal, ahora sabiendo la supuesta verdad, le iría peor. Sí, las cosas eran complicadas, pero de ahora en más así sería la vida de Noah.
—No sé si prefieran que le haga algunas preguntas o ustedes poder contar su historia.
—No nos molesta realmente que hagan las preguntas. —La mujer le regaló una sonrisa y miró a Noah pidiendo su consentimiento, el chico sólo asintió. Una pequeña cuenta se inició y Noah supo que se encontraban a punto de grabar.
—Estamos de vuelta con lo más esperado de la noche. —Habló mujer con emoción. —La entrevista a Noah Watson y Howard Génova. Las r************* se encendieron cuando algunas fotos y videos se dieron a conocer, las imágenes no eran tan fuerte a mi parecer, pero para otros sí. —La mujer le sonrió amable. —Bienvenidos a Friday, es un placer tenerlos aquí.
—Gracias. —Murmuró Noah.
—Agradecemos la invitación. —La mujer sonrió con amabilidad.
—Haremos algunas preguntas sencillas, ¿están de acuerdo? —Los hombres junto a ella sintieron. Nora atisbó la pequeña carpeta de su mano y luego preguntó: —¿Cómo fue para ustedes descubrir que sus fotos se encontraban por las r************* ? —Noah hizo una mueca, pero fue Howard el que respondió.
—Nos costó creer que algo como eso estuviese sucediendo, era algo insólito e hilarante que nos acusasen de exhibición cuando nosotros no somos culpables que aquellos videos y fotos tuviesen en las redes. Noah y yo no hicimos nada indecente ni mucho menos escandaloso, quizás sí, un poco fuertes, pero nada más allá de lo adecuado para una pareja.
—¿O sea que su relación va más allá de algo fortuito? —Noah tembló ligeramente ante la pregunta.
—Ciertamente, y cómo dije, es algo hilarante ver cómo forjan conjeturas como esas.
—Cuéntenme un poco sobre ustedes.
—Nuestra relación está por encima de algo casual. Noah y yo nos conocemos desde hace dos años.
—¿Lo que estoy viendo ahora mismo son alianzas? —Howard sonrió. Había estado moviendo deliberadamente su mano para hacerla notar.
—Es una promesa de amor. —Corrigió haciendo que la mujer suspirase.
—Eso es muy romántico. Muchas felicidades. —Sonrió y miró a Noah.
—Has estado muy callado hasta ahora. ¿Qué opinas de todo lo que ha sucedido? —Nos nervios del chico se apoderaron de él y sólo rezó por no iniciar a tartamudear.
—Fue horrible para mi leer todas esas palabras y declaraciones ofensivas y humillantes hacia mi persona o hacia la relación que mantengo con Howard. Las personas nos juzgan por algo que se salía de nuestras manos. Nunca nos imaginamos que algo como esto sucedería y mucho menos imaginamos que se tomarían la molestia de grabarnos y fotografiarnos para posteriormente subirlo a la internet.
—¿Por qué mantenerlo en secreto y no decir sobre su relación?
—En lo personal soy un hombre lo bastante discreto y algo tan importante como lo es una relación pienso que es algo que sólo debe ser personal. Si bien somos figuras públicas, también somos seres humanos y merecemos nuestra privacidad, pero al parecer muchas personas no lo comprenden de ese modo y piensan que las murmuraciones y la infamia son más llamativas. —La mujer rió un poco ante aquel comentario.
Todo aquello Howard lo había dicho con un tono mordaz, pero nadie en aquel lugar pareció notarlo, la brillante sonrisa pintada en los labios del hombre no se los permitió. Pero el poco tiempo que Noah llevaba junto a él le había hecho notarlo.
—Las personas hicieron muchas conjeturas durante estos días, ¿Por qué esperar tanto para desmentirlas?
—No lo creímos oportuno, además como ya mi prometido se los hizo saber, la relación era algo que deseábamos mantener entre nosotros hasta que fuese adecuado revelarlo, pero todo este revuelo no causó muchos inconvenientes y nos vimos en la necesidad de aclarar las cosas.
—¿Inconvenientes?
—Nuestra relación era un secreto para todos. Los únicos que se encontraban consciente de ellos era nuestros amigos más allegado, ni siquiera nuestros familiares lo sabían ya que no estimábamos que las cosas entre nosotros llegarían tan lejos. Si bien nos conocemos de hace dos años, nuestro noviazgo inició hace dieciocho meses. Y, aunque muchos piensen que nuestro compromiso es algo apresurado, cuando es amor verdadero no es necesario pensarlo dos veces. —Se alabó mentalmente por poder decir toda esa mentira.
«—Además, lo hablamos y no creemos oportuno casarnos aún, pero sí deseamos compartir muchas cosas juntos. Recientemente Howard había tenido que salir del país por asuntos de negocios así que no habíamos podido hablar con nuestros familiares, Howard recién había llegado el día anterior y como comprenderán fue un revuelo muy grande lo que causaron esas fotos.»
—Lamento escuchar que una noticia tan importante como esa fuese descubierta por medios un poco inusuales. —Mencionó con pesar. Noah y Howard le sonrieron. —¿Les molesta si les hago algunas preguntas más personales? —Noah miró a Howard sin saber muy bien que hacer o decir. —Creo que Noah es un chico muy atento con su prometido. A sabiendas que Howard era un hombre reservado Noah lo miró pidiendo su aprobación. —Watson se sonrojó y gritó en su interior:
"Sólo deseaba que dijese que no."
—Adelante. —Concedió haciendo que la mujer sonriera.
—¿Cómo se conocieron?
—Fue hace dos años en Coved. Un compañero en el periódico se había encontrado indispuesto ese día y no había personas disponibles así que fue asignado a esa tarea. Howard es uno de los patrocinadores de la fundación así que fue prácticamente el destino que nos unió. —Suspiró acomodándose en su lugar. —Después del evento me dirigí hacia la estación de autobuses, pero al cruzar la calle fui descuidado, miré mi libreta y no me fijé que venía un auto. —Mentiras y más mentiras.
«—Por casi provoco un accidente grave, debo decir, pero gracias a Dios no sucedió nada. Howard bajó del auto preocupado y por más que le insistí que sólo había sido el susto me indicó que me llevaría al hospital.»
—El médico nos dijo que no era nada, que sólo había sido un raspón en su rodilla, pero de todos modos me sentí muy preocupado. —La mujer dio una risilla haciendo que Noah hiciera lo mismo. —Días después nos encontramos en otros eventos y pregunté por cómo seguía ya que lo vi cojear un poco. Me informó que todo iba bien, pero que sentía molestias al caminar. Me ofrecí llevarlo al periódico y me costó mucho convencerlo, pero al final terminó aceptando. —Tomó la manobde Noah.
«—Ese día hablamos muchas cosas y descubrimos que compartíamos ciertos gustos. Esa fue la última vez que nos vimos hasta después de algunos meses y una vez alguien dijo que si una persona se encuentra tres veces con otra por casualidad es porque se destinos se encuentran cruzados. Así que decidí invitarlo a salir.» —Sonrió ampliamente. «—Noah es muy pertinaz y tuve que pedirlo algunas veces para que aceptase. Después de aquella primera cita hubo muchas más.»
—Después de un tiempo iniciamos a salir como novios y descubrimos que teníamos mucho en común y que nuestra relación iba más allá así que decidimos formalizarla. Howard me propuso matrimonio y no pude negarme, es un hombre muy atento, además de a quien amo. —Un brillo inquietante pasó por sus ojos al momento de decir aquellas palabras, pero nadie pudo notarlas.
El chico no había mentido tanto en lo que lleva de vida como lo había hecho en unas pocas horas. Noah odiaba las mentiras, las aborrecía y ahora él se estaba convirtiendo en un lacayo de ellas e iniciaba a sentir asco de sí.
—Hermosa historia de amor. —Mencionó Nora. —Creo que han tenido suerte al encontrarse.
—No me encuentro seguro que Noah tuviese la dicha de encontrarme, pero sí puedo asegurar que el dichoso soy yo por tenerlo a él a mi lado.
—Eres muy romántico y me imagino que, de igual forma detallista, ¿no es así, Noah?
—Ciertamente. Son pequeños detalles, pero que simbolizan algo mayor. —El hombre besó los nudillos de su pareja.
—Una última pregunta. —La sonrisa de los labios de la mujer irradiaba malicia. —Si bien han dicho que no creen oportuno casarse por el momento, ¿Tienen alguna fecha prevista? —Noah maldijo en su interior, no habían pensado que la mujer pudiese hacer aquel tipo de preguntas, o bueno él no lo había pensado.
—Mi prometido y yo tenemos muchos planes a futuro y deseamos concentrarnos en ellos. —Respondió Howard tranquilizando a Noah. —Creemos que primordialmente debemos cumplir con nuestras metas plasmadas antes de conocernos para posterior a eso planear más a fondo nuestro futuro mutuo.
—¿Eso quiere decir que la boda queda en segundo plano?
—No realmente. —Sonrió Howard. —Nunca pondría en segundo plano algo como el amor que poseo por Noah y no estar casados no pone en duda el amor que siento por él. Una boda no es sinónimo de nuestro amor. —Corrió rápidamente las palabras de la mujer. —¿Pero qué puedo decir? Soy alguien muy posesivo y deseé que el chico tuviese en su dedo una alianza que demostrase que no se encuentra disponible.
—Oh. —La mujer no pudo hacer otra cosa que reír en alto mientras intentaba abanicarse.
Sí, Howard poseía la facilidad de sonrojas a las personas, aun sin estar hablando de ellas.
—Es muy hermoso como pueden notar y alguien podría tener la osadía de intentar robarlo, así que debía ser más persuasivo. —Las mejillas de Noah fueron bañadas en un sutil tono rosáceo por el comentario de su prometido.
—Ya lo pudieron escuchar. La relación entre Howard Genova y Noah Watson es verídica. —Mencionó cuando se había calmado. —El soltero más codiciado del país, por fin consiguió quien se robase su corazón. —Le regaló una expendida sonrisa. —¿Algo más que deseen agregar? —Noah negó, pero Howard habló.
—Fue desapacible leer y escuchar todas aquellas amenazas y conjeturas humillantes hacia mi prometido y hacia nuestro amor. No deseaba exponer mi vida privada de este modo, pero no podía soportar leer todas esas falacias, Noah me rogó que dejásemos las cosas así, pero como comprenderán una persona sensata no puede permitir que se expresen así de algo a lo que ama. —Por algún motivo el corazón de Noah latió con fuerzas al escuchar aquellas palabras.
«—Pido por favor que cesen aquellos comentarios desagradables que pueden terminar con la calma de mi prometido.» —Noah sabía que todo era una farsa, pero la inquietes de su corazón al escuchar esas palabras le hizo fruncir el ceño.
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"Las mentiras son tan elásticas que te acostumbras a estirarlas sin saber que algún día se pueden llegar a romper." JH.