Me detengo en seco, girando la cabeza hacia Dylan, quien permanece erguido, con la barbilla en alto y esa mirada que grita: "No repetiré lo que he dicho". Es irritante, sobre todo porque Sabrina parece absolutamente eufórica con sus palabras. Este hombre… No solo está saliendo con la hija de la familia Welbourne, ¿ahora resulta que también tuvo reuniones privadas con Sabrina? Sé que nunca me engañaría, pero estas "relaciones" con mujeres me están llevando al límite. —Sr. Reed, tan directo como siempre —comenta Sabrina, sonriéndole como si estuviera viendo al salvador de su vida. Luego, se voltea hacia Andréi, que está sentado tranquilamente, manteniendo una compostura impecable frente al comportamiento descarado de su "encantadora" prometida. —Quiero pedirte un favor, ¿estará bien? —dic

