CAPITULO 1
Alguna vez pensé que algún día tendría un romance como el de una película romántica. Tal vez de intenso como orgullo y prejuicio o loco como la propuesta o quien quita y uno como ¿el de 50 sombras de grey? Puede que mis hormonas estén alborotadas por mi pronta llegada de Andrés, si el que viene cada mes o es que ya estoy delirando por ver tantas películas romanticonas… quien sabe, pero lo seguro es que si me estoy volviendo loca.
La maravilla de los 28 años, en unos meses cumplo mis 29 y aquí estoy aun. Soltera un viernes por la noche viendo películas románticas con una cerveza, una pizza y un pote de helado en el refri por si la película es triste. Para aclarar el por qué estoy soltera es porque mi EX novio de casi 2 años decidió terminar con nuestra relación porque le pareció “sofocante” cuando solo nos veíamos en la noche en su casa y algunos fines de semanas para salir más con sus amigos por que no le gustaba salir con mis amigos por que casi todos tenían familia, ya entiendo por qué no les caía bien a mis amigas si era un completo patán, pero lo más gracioso fue cuando el a la semana de terminar nuestra relación ya estaba saliendo con alguien más, y esa persona es una compañera de su trabajo que siempre le tuve desconfianza, al final mi instinto tenía razón. Ya no dudare de ti, instinto.
Mis dos amigas. Ava y Madison, me habían invitado a una barbacoa en casa de Madi pero las rechace para solo quedarme en mi casa lamiendo mis heridas, verlas casadas y con niños apuñalaba mi orgullo ya que es algo que siempre he querido, formar una familia pero soy muy quisquillosa y que ellas siempre me dicen que me consigo puros patanes, tal vez tengan razón pero ya tenía un mes y medio soltera y con el único con quien me he acostado es con el señor consolador y era eso o caer con otro patán, ¡que dios me libre!, dije que haría dieta de hombres por un tiempo. Yo, Emma Johnson are dieta de hombres, con mano en mi corazón y todo, igual no se me quita el anheló de conocer a alguien que me haga feliz.
Aparte también está mi trabajo que me consume como si de una droga se tratara. ¿Tener un negocio para tener más tiempo libre? Que equivocada estaba dios mío, pero no me arrepiento de nada porque mi negocio es mi bebe y ahora mi familia… me escuchara mama y papa en estos momentos y me mirarían con cara de perros rabiosos. Mi familia consiste de mis progenitores Elizabeth y William Johnson que se conocieron en secundaria y desde entonces siguen juntas, viva imagen el por qué quiero una relación de bonita y duradera es por la de ellos, mi abuela Isabella que después que muriera mi abuelo Tom empezó a vivir con nosotros, hasta el sol de hoy vive con mi padres y para terminar mi querido, hermano Jack que está en la universidad y solo viene en vacaciones a visitarnos. Los padres de mama murieron en un trágico accidente cuando ella tenía 23 años y desde entonces la abue Isa se la quedo para ella, más que una nuera era la hija que nunca tuvo y eso fue maravilloso.
Después de divagar casi hasta la madrugada y viendo películas decidí ir a dormir ya que mañana teníamos un día ajetreado en el negocio. Un pastel de boda que entregar, otro pastel pero de revelación de sexo de un bebe que es niña por cierto y entregar otros mini pastelitos de arándanos para una fiesta de niños y sin contar los clientes que van a la tienda por los famosos muffins de fresa y chocolate, tenemos que hacer suficientes por que a media mañana ya no teníamos… era agotador y estaba pensando seriamente en contratar más personal para que me ayudara.
A la mañana siguiente cuando me levante pensé que realmente fue una completa equivocación quedarme despierta hasta tarde viendo esas estúpidas películas pero que igual me encantaban esas estúpidas películas. Mi humor era irritante así que esperaba que nadie me hablara durante las siguientes 3 horas y para variar la maldita alarma no había sonado, empezando con buen pie el fin de semana… maravilloso. Decidí hacerme café en la tienda así que andaré de más mal humor de lo normal.
Me duche y me cambie en tiempo records solo colocándome unos pantalones holgados con unos zapatos deportivos, un top de tiras color azul turquesa y me hice un moño lo más rápido posible, que para ser sincera no lo llamaría moño pero ya no tenía tiempo, baje las escaleras corriendo y agarrando mis cosas con rapidez, Salí por la puerta principal de mi casa era raro ver mucha gente en la casa de alado, habían camiones de mudanza. Por fin alguien se decidió en comprar la casa de al lado, tenía mucho tiempo sola, no lo sé… tal vez 5 a 6 meses ¿puede ser? No lo recuerdo pero si recuerdo la familia que vivía allí, muy agradables y los niños maravillosos.
Me monte en mi coche y lo prendí mientras acomoda las cosas del lado del copiloto, cuando estaba ya saliendo de mi garaje vi por mi retrovisor que venía un hombre con un overol azul marino y mientras se aceraba baje el vidrio, cuando llego a mi lado puse freno de mano y lo mire.
Disculpe señorita. – dije el tipo con barba de leñador y barriga cervecera. – ¿nos daría permiso de parar un camión en frente de su casa? – termino colocando las manos en la puerta de mi auto.
Bueno… sí. – dije algo pensativa. – espero que no esté aquí a las 12 de la tarde que es a la hora que llego. – finalice mirándolo con curiosidad.
No se preocupe ya a esa hora nos hemos ido. Se lo aseguro. – dijo dándole unos golpecitos al carro. – siga, la ayudare para que salga.
Gracias. – dije con una sonrisa y proseguí a salir del garaje.
Salí de mi casa y me entro la curiosidad de quien podría ser la persona que haya comprado esa casa. Lo último que supe y por lo que vi los últimos vecinos habían remodelado la casa de punta a punta y realmente quedo muy bonita, no me quejaba de mi casa pero si me gustaría hacerle unas remodelaciones. Cuando fui a cruzar a mi izquierda para entrar en la avenida principal se escuchó un rugido de una moto que al rato paso por mi lado, no me gustan muchas las motos… la verdad me parecen algo peligrosas pero esa moto se veía demasiado llamativa y era inevitable no mirarla, era completamente negra mate y tenía accesorios en plateados que te hacían pensar en si realmente te gustaban las motos pero lo más interesante era la persona quien la manejaba, llevaba jeans degastados con botas de cuero, tenía una camiseta blanca y llevaba una chaqueta de mezclilla. Por cómo se veía su cuerpo estaba en forma pero lo triste fue que no le pude ver el rostro por el casco que era completo y también era n***o mate.
Nadie en el vecindario tenía una moto así, tal vez era posible que un vecino le fuera comprado la moto a su hijo o era el nuevo vecino que justo se mudó al lado de mi casa. Cuando llegara a casa más tarde lo descubriría solo espero que no sea un mocoso y perturbe la paz de los demás haciendo fiestas estúpidas, por esa razón me mude a este vecindario, porque era tranquilo y cómodo de vivir, aparte queda cerca de mi negocio.
Seguí mi camino hasta mi negocio pensando seriamente en mi futuro vecino, podía hacerle un pastel de bienvenida y así presentarme educadamente, cuando llegue a Henley Beach estacione mi coche y fui derecho a mi negocio, cuando llegue estaba Sally afuera del establecimiento como siempre puntual.
Disculpa la tardanza Sally pero no te voy a mentir. – dije con pena.
¿Volviste a ver películas románticas hasta tarde no? – su tono burlón me hizo relajarme un poco y reír con ella.
Si… pero a mi defensa mi menstruación se acerca. – dije con pesar.
¿Así que andas de mal humor? – me miro mientras asentía lento y colocaba mis cosas en el mostrador. - ¿café?
Si. Por favor. – decía exagerando mi expresión, ella rio más alto y se fue a la parte de atrás a prepararnos dos gigantes tazas de cafés.
Mientras ella montaba la cafetera yo desplegaba las sillas y prendía el letrero CoCooking. Cuando termine de prender el aire y acomodar unas bebidas al rato salió Sally con nuestros respectivos cafés, sale al taburete que tenía delante del mostrador y me dispuse a tomarme mi vital líquido n***o para poder prender los motores del día, aún era muy temprano para que llegara un cliente pero tenía que ponerme en marcha con Sam mi pastelero estrella para terminar los pasteles que tenemos que entregar, vi la hora en el reloj de mi muñeca extrañada que aún no estuviera aquí.
Ya llegara. – corrobora Sally con su taza de café a medio camino.
Lo sé, tenemos trabajo y ya me siento mal por dejarte sola mientras llevo los pedidos. – ella le quito importancia con la mano y me dio la sonrisa más brillante que tenía.
No te preocupes jefa, descanse bastante anoche… así que tengo mucha energía. – dijo terminando su café, asentí no tan seguro pero le mande mis mejores energías para que se mantuviera activa.
Después de terminar mí café me puse a ordenar los muffins y tartas en el mostrador con Sally, cuando terminamos Sam entraba por la puerta como un torbellino.
Jefa. – dijo casi en un grito y con la respiración entrecortada. – le pido disculpas por llegar tarde pero se me pincho un neumático y cuando fui a repararlo había mucha gente reparando su neumático y tuve que esperar.
Está bien, no te preocupes… pero necesito que te cambies para que saques los otros pasteles y terminemos de decorar.