Triángulo de Tentación

El mundo nunca se detiene para nadie. Al menos, no para alguien como yo. Las luces de la ciudad brillan a través de las ventanas de mi oficina, altas y lejanas, como si no me afectaran en absoluto. Pero sé que es una mentira. Ese bullicio constante, el ir y venir de las personas, los titulares que debo escribir y las entrevistas que debo hacer... todo sigue su curso mientras mi vida personal parece desmoronarse. Me llamo Valeria, y soy una de las periodistas más conocidas del país. Mi rostro aparece en las pantallas de televisión, mi nombre en los artículos más leídos. Estoy acostumbrada a estar bajo el ojo público, a mantenerme firme y calculada. Lo que nadie sabe es que, detrás de esa fachada, estoy enredada en un juego que no pedí jugar. Todo comenzó hace un año. Pensé que tenía el control de mi vida, pero entonces aparecieron ellos, uno tras otro, destrozando esa seguridad que siempre creí tener. Primero fue Brandon, el hombre que podía detener un estadio con una sola mirada, cuyo nombre era sinónimo de éxito, de poder físico. Me envolvió en su mundo de adrenalina y deseo, haciéndome sentir viva de maneras que no sabía posibles. Pero con él, todo era vertiginoso, impredecible. Y luego llegó Patric, un contraste total. Un hombre hecho de palabras y susurros, de noches silenciosas y promesas contenidas. Él era la calma que nunca supe que necesitaba, el refugio en el que podía esconderme cuando el mundo se volvía demasiado ruidoso. Con él, me encontré a mí misma bajo una luz diferente, más vulnerable, más honesta. Pero el problema es que los quiero a los dos. Los necesito de formas diferentes, y eso... eso me está destruyendo. El reloj en la pared marca la medianoche, y me pregunto, por enésima vez, cómo he llegado aquí. Una mujer que siempre ha tenido respuestas, ahora atrapada entre dos hombres tan opuestos que casi parecen de mundos diferentes. No es una historia de amor simple. Es una batalla de deseos, un torbellino de emociones que no deja nada a su paso excepto confusión y anhelo. Este no es el principio de un cuento de hadas. Aquí no hay príncipes ni finales felices predecibles. Es la historia de cómo me enamoré de dos hombres, y de cómo ese amor caótico cambió todo lo que creía saber sobre mí misma. El mundo no se detiene. Pero por primera vez, yo necesito hacer una pausa. Necesito entender en qué me he convertido antes de seguir adelante. Porque, si algo he aprendido en todo esto, es que el amor nunca es sencillo. Y a veces, el mayor caos no está fuera de ti... sino dentro.