-Aquí está tu preciosa gata. -dijo el chico (que aún no sé cómo se llama) con Flora en los brazos- -¡Es hermosa! -chillé y me levanté de la silla en donde estaba esperando a que terminaran de darle un baño. Me acerqué a él y toqué el suave pelaje de mi gata- Es tan sedosa... -dije con ternura y la alcé- -Puedes traerla cada vez quieras que le demos un baño. -dijo él con una sonrisa. Se acercó al escritorio en donde la chica gótica estaba escuchando música y anotó un algo. Se acercó y me dio el papel- Éste es el número de aquí... -Oh, perfecto. Gracias. -agarré el papel- -¿Puedo pedirte algo? -preguntó. Yo ladeé la cabeza- Me quedé tonto con lo bella que eres. ¿Me darías tu número? -me ruboricé un poco y lo miré sorprendida- -Ahm... Claro. -sonreí- Pero aún no sé tu nombre. -dije acari

