Capítulo 6

1846 Words
Nuestra vida es prestada, unos viven al límite, otros viven el día a día y muchos viven por vivir. Salir del palacio me abrió los ojos, aquí la gente trabaja tanto que se les olvida como deben vivir. Creo que llegan a pensar que siempre van a tener tiempo para todo. Lo que no sabemos es que si realmente tenemos un después, un tiempo largo o tal vez un mañana.  El mejor amigo del señor ogro tampoco tuvo la oportunidad de tener su mañana. Para él todo paso muy rápido y su vida se redujo a cuatro meses. Me volví a dar cuenta que deberíamos vivir el hoy como si fuera nuestro último día en esta tierra. Honestamente no sé qué es lo peor de todo esto. Me explico, el señor ogro no ha llorado, gritado o incluso hablado. Está en silencio y sin expresión alguna. «Ojalá esa calma sea verdadera», angustiada pensé. Vamos en el auto camino al funeral, no me pregunten donde es. Intente usar mi Google Maps no les voy a mentir, pero me arrepentí. No creo que sea adecuado usar el celular ahora. La reina jamás me permitió usarlo en momentos como estos. Ya saben debo ser ejemplar sin importar la ocasión. —Suelte un poco el volante, lo aprieta tanto que sus manos han perdido su color —le pido preocupada, este se sorprende y empieza a aflojarlas de a poco—. Gracias y trate de no volver hacerlo, por favor. —Para empezar no sabía que lo estaba haciendo —frunce el ceño—, y no te preocupes por mí, yo estoy bien. Así que te agradezco que te metas en tus asuntos —gruñe entre dientes.   Eso me pasa por tonta. ¡Es un imbécil! Para empezar yo no vine porque quise, tú me pediste que te acompañara. Benditas normas reales que no me permiten hablar como un humano normal. No volvimos a dirigirnos la palabra en todo el camino, hizo varios intentos para volver hablar, pero solo guarde silencios y él soltó suspiros largos. ***** Llegamos al cementerio y miles de recuerdos me invadieron haciéndome tambalear varias veces. Mister ogro tomó mi mano apretándola tanto que sentí que mi sangre dejaba de circular por ellas. Después de caminar un tramo largo llegamos a un lugar con poca gente, unos lloraban y otros hablaban. Intente alejarme para darle su espacio, pero no me dejó hacerlo y si lo intentaba me apretaba la mano para que desistiera. —Matt —una hermosa chica de cabello castaño con facciones latinas lo llama—, no creí verte aquí, él no me dijo nada —con voz temblorosa le habla la chica. —El muy hijo de puta me llamo para despedirse. Yo le había prohibido que lo hiciera. ¡Le prohibí que muriera! ¿Por qué no me hizo caso? ¡Soy su hermano, debía obedecerme! Dejándose morir y dejándome solo, ¿qué coño gana? ¡Es un bastardo hijo de puta que no cumple promesas! —empieza a sollozar y la chica lo abraza haciendo que suelte mi mano. Comienza a decir impropios y a gritar en el ataúd del chico, la gente no se le acerca, solo están con el cuatro señores mayores y la chica. Viendo esa escena hace que varias lágrimas se me escapen. Me voy de ahí hasta llegar a un árbol y sigo observando lo que ocurre con ellos. Le obligan a tomar asiento y sigue gritándole al chico miles de cosas. Señor ogro, me parte el alma verte así, lo que sufres ahora lo sufrí hace algunos años. Entenderte no debería, pero ese dolor que tú sientes cuando pierdes un ser querido es desgarrador. —Andrés era como su hermano, no tenían parecido alguno, pero eso no les impidió nada —me dice Thomas cuando llega, colocándose a mi lado viendo a Matt—. Las personas no se le acercan ni le dicen nada debido a que ellos siempre se trataron así. Matthew no es hombre de expresar realmente lo que siente, mientras más mal te trate mejor le caes —me aclara. Lo miro un tanto confundida y este me sonríe sin ganas para continuar hablando. —Siempre fueron muy unidos, pero tampoco es que se llevaban bien, Matt exaspera con su amargura —reímos por lo bajo—. Él en estos momentos es una bomba de tiempo. Lucia, la esposa de Andrés y yo sabemos lo que está por venir. Él también me llamó para despedirse, y que le dijera a Matt cuando se calmara que lo perdonara por romper la promesa de morir de viejos en las vegas. Me pidió que lo cuidara y que no dejara solo al infantil de su hermano —me habla con voz ronca y me mira con tristeza. No logro decir una palabra porque estoy hecha un mar de lágrimas. No sé por qué estoy llorando, todo esto me sobrepasa. Thomas me abraza hasta calmarme, limpia con su pañuelo el resto de mis lágrimas y pellizca mis mejillas haciéndome reír. Pone cara de pánico y se aleja corriendo hacia donde se encuentra el señor ogro lanzado sillas por todas partes. —La bomba de tiempo exploto —afirma mi conciencia. Me acerco hasta ellos logrando esquivar una que otra silla. Todos se escondieron menos Lucia, los cuatro señores y Thomas. —¿Para eso querías que viniera? Párate de esa mierda de ataúd y dime ¿cómo se supone que debo vivir sin mi hermano? Me prometiste ser el padrino de mis hijos, dijiste que no morirías hasta verme hecho un hombre feliz. ¡Me prometiste jamás morir! Eres un bastardo mentiroso —grita con dolor el señor ogro sin soltar una lágrima, las otras personas no paran de llorar e intentar calmarlo—. ¡Ni creas que te perdono por morirte! Para mí tú no estás muerto, ahora te toca vivir con eso hasta la eternidad —espeta con odio lanzando al suelo un florero que había cerca. —¡Matthew! —me atrevo a llamarlo por su nombre un poco nerviosa, este se voltea a verme con una mirada llena de furia—. Mire a su alrededor, no es el único que está sufriendo. Aquí todos perdieron a su ser especial, los padres a su hijo, la esposa a su amado y usted a su hermano. Romper las cosas de este lugar no le aliviará el dolor que siente —le explicó mientras juego con mis manos. Honestamente yo hice lo mismo ese día y desde ese entonces el dolor jamás se fue. —¿Qué pretendes contándome esto? Que me apiade de ellos. ¿Quieres que me ponga en sus zapatos y sienta su mierda de dolor? ¡¿No te basta con verme como estoy yo?! —me grita molesto, Thomas le pide que se calme y este le empuja—. ¿Es eso lo que me estás pidiendo? ¡Por una puta vez, habla! —¡No, no le estoy pidiendo que sé pongas en los zapatos de los demás! Es tan egoísta que no ve que insultando al chico lastima a su familia. ¡Solo está viendo que el único que está sufriendo es usted! ¿Tan especial se cree para merecer romper todo aquí? Los padres y la esposa de ese chico en un intento de despedirlo de una manera especial para ellos, hacen este funeral en su memoria. ¡Usted solo destruye todo por una rabieta de hermano dolido! —espeto exasperada. —¡Jamás entenderías como me siento en estos momentos! —vuelve a gritarme—. Si soy un egoísta que piensa nada más en mí. No me importa lo que sientan ellos y mucho menos tu opinión. ¿Por qué coño sigues aquí? ¡Vete de una puta vez de mi vista! —¡Usted tampoco entiende nada, yo también perdí a alguien importante para mí! —mis ojos se llenan de lágrimas y el señor ogro se tensa—. No es el lugar para tener esta discusión —me giro a los familiares de Andrés—. Disculpen por lo que acaban de ver y quiero que sepan que yo respeto la memoria de su hijo, no fue mi intención que pasara esto —me disculpo avergonzada, ellos me regalan una sonrisa comprensiva, me acerco al ogro de forma amenazante señalando y le digo—. ¡Y tu vete a la mierda! ***** Después de darles miles de disculpas a los padres y esposa de Andrés, me fui con Thomas de ahí. Me dijo que me llevaría con Beca para que me distrajera de lo que había pasado hoy. Sinceramente me encuentro muy aterrada, perdí la compostura y si la reina se entera de lo que hice, me manda de regreso al palacio y me mete al calabozo. Debo hablar con Liam lo antes posible. Tal vez deba irme a un lugar donde ella no pueda encontrarme y yo pueda ser feliz. Llegamos a Subway y me encuentro con la maravillosa sorpresa de que el ogro también está aquí. Miro acusadoramente a Thomas y este se encoje de hombros riéndose. «Otro tarado más», pensé indignada. Nota mental: No volver a decir lo que piensas delante de la gente. —¿Qué les pasa a ustedes dos? Apenas se vieron y ya se están lanzando flechas con la mirada —pregunta Beca, cuando el señor ogro y yo cruzamos miradas—. Vamos chicos, por lo menos finjan que se llevan bien —nos pide al ser ese y a mí. Thomas se sienta frente a Beca y... bueno, ya saben frente a quien me senté. —Matt, como de costumbre sé que no estás de muy buen humor, pero amigo, hoy viene tu ex-compañero va a pensar que esa mala cara es por él. Hermano, cámbiala por favor —le pide Thomas. —Me vale v***a, él me conoce con mi cara de culo. No tengo motivos para sonreír hoy. Además, soy un egoísta que mandaron a la mierda. ¿Por qué debo sonreír? Dile a la señorita perfecta que lo haga a mí no —gruñe el ogro. Ay este hombre si es tercamente infantil. Me quedo en silencio y los escucho conversar, no sé qué ordenar, normalmente cuando quería comer esta clase de comida uno de los sirvientes lo compraba, ya que no me dejaban salir del palacio muy a menudo. Alzo la vista que tenía en el menú siguiendo la silueta de la persona que llego a nuestra mesa. Entro en un pánico severo digno de un infarto. ¡¿Qué hace él aquí?! —Qué bueno que ya llegaste, te estábamos esperando —el ogro se levanta y le da un abrazo amistoso, el chico le regresa el abrazo y me mira como si quisiera matarme—. Chicos, les presento a Alaric. Él es teniente de la fuerza aérea alemana. Pueden creer que este hombre es el futuro rey de ese país —el ogro finge interés mientras nos presenta al chico. De la nada se hace un silencio aterrador y yo empiezo a sentirme demasiado nerviosa. Juego con las uñas de mis pulgares mientras todos nos miran intrigados. —¿Qué haces aquí? —cuestiona enojado, yo entro en pánico—. ¡Deja de hacer eso con tus pulgares, te estas lastimando! —me reprende, todos se quedan sorprendidos por lo que dice. —No le hables así, Alaric. No tienes derecho de hacerlo —espeta furioso el ogro—. No creo que la conozcas tan bien para que te estés dirigiendo a ella de esa manera. —No te metas en donde nadie te ha llamado, Matthew. Esto es entre ella y yo. ¿Verdad que sí, Amaya? —asegura amenazante el chico. No puede ser, no me puede estar pasando esto. Ahora si estoy muerta. Voy a irme directo al calabozo y eso que la reina me pidió no ser descubierta. ¡Me regresaran al palacio! ¡He sido descubierta por mi hermano!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD