26.
Aquella noche Simón lloró toda la noche. ¿Cómo era posible que le haya pasado todo eso a él? Nunca debió hacerse pasar por mí, menos si desconocía mi secreto. Brad había hecho todo lo que pueda uno imaginarse con él y él no pudo evitarlo. Con todo el cuerpo magullado y adolorido de pies a cabeza se fue a dar un largo baño a eso de las cuarto de la madrugada. A esa hora o un poco más las pastillas somníferas que me había dado terminarían su efecto. Esa noche mi padre, casualmente no llegó a tiempo, era el cumpleaños de un amigo suyo y llegó pasadas la media noche, y nosotros ya estábamos en cama, o deberíamos estarlo.
Simón tenía moretones en el cuello. No sabría cómo disimularlos cuando yo esté despierto y pregunte qué le había pasado. Comenzó a desesperarse y tomó una toalla y sali
