Capítulo 2

3328 Words
—¿Qué es eso que traes ahí? —pregunta Adam al ver la caja de madera en mis manos. Vamos camino a la mansión y la verdad ya quisiera que fuera de mañana, necesito a mi alocada amiga y quizás ir a mi casa. —¿Esto? —señalo el objeto, él asiente—. Es mi caja de recuerdos, el mausoleo es un lugar seguro para ocultar cosas, por cierto, mañana no pases por mí a clases. Decido mentir en cuanto a la caja, no puedo contar con él para investigar de mi pasado, debo hacer esto por mí misma; al escuchar lo último frunce el ceño. —¿Porqué? —pregunta serio, pareciera molesto—. Que no se encuentre Tom en el mapa no significa que no debas cuidarte. —No controles mi vida Adam y deja de ser un patán de primera, yo también tengo cosas que hacer y debo pasar a casa por algunas de mis cosas. —¿Como qué? Esto es el colmo, ¿Acaso no me dejará tener una vida? ahora si Hayley Roux, defiéndete. —¿Siquiera sabes cuándo es mi cumpleaños? no ¿Cierto? Abriendo los ojos como platos niega con su cabeza, sabemos tan poco el uno del otro que es increíble que esta relación siga avanzando. —Bien, pues cumpliré veintiuno el veinte de marzo y tengo tramites por hacer, mi padre no me dejó tan desamparada después de todo —declaro. —Prometo darte un regalo de cumpleaños Lizzy. —¡No quiero un regalo! —vocifero—. Quiero que por lo menos te des la tarea de conocerme y que te dejes conocer. —No te enojes Lizzy, en verdad lo siento. Suelto una pesada respiración, aunque me duela, estoy empezando a creer que esto no va a funcionar, necesito pensar si estoy en el camino correcto o si debo alejarme de él, aunque lo amo con locura, no permitiré que vivamos con secretos y mucho menos que me grite. —Olvídalo ¿Sí? ya estamos en casa y necesito una ducha, mañana tengo clase temprano y muchos trabajos por entregar. —Bien, por cierto, te llevarás el auto, quiero por lo menos darte comodidad. —Adam —suspiro haciendo una pausa y me detengo antes de entrar a la mansión, lo miro a los ojos—. Tú me das más que comodidad —afirmo y veo esa chispa de esperanza en su mirada—. Como ya te dije, mi papá no me dejó desamparada, sé que quizás no es tanto como lo que tú tienes, pero dentro de lo que cabe tengo todo y me puedo dar uno que otro lujo, a lo que quiero llegar es que, es que... No puedo más, las lágrimas caen de nuevo, esto es una gran mierda, soy una estúpida humana con un amor imposible que tarde o temprano se irá y moriré, ya ni siquiera sé si esto es un error o no, se supone que el amor lo supera todo, pero creo que fui vilmente engañada por las princesas de Disney y ni yo soy una princesa ni él mi príncipe azul, nada de esto es color de rosa; de pronto siento un par de fuertes brazos rodeándome, yo comienzo a sollozar más fuerte mientras él me acaricia la espalda. —Tranquila Lizzy, no tienes idea de lo afortunado que me siento de estar a tu lado, pero soy un jodido monstruo que después de siglos tiene a alguien a quien proteger y tengo miedo de perderte, lo que pasó con Tom me pareció aterrador, sé que no te he tratado como debería, pero primero debo atar unos cabos sueltos para poder revelarte mis secretos. —Tú dices ser un monstruo, pero yo soy una débil humana que quiere estar contigo y no puede con la carga de los secretos, no puedo con tu carácter tan cambiante Lui, yo no tengo la culpa de lo que has vivido, juro que no tengo la culpa. Escucho que la puerta principal se abre, Adam me toma en brazos y me carga hasta el salón, yo hundo mi rostro en su pecho tratando de calmarme. —Tú no tienes culpa de nada Lizzy, yo te adoro y eres la criatura más hermosa que pueda existir, no eres para nada débil, prometo darte respuestas pronto y no ser tan voluble, no quiero echar esto a perder. Me pone sobre mis pies, toma la caja de mis manos y la pone en el suelo para después acunarme el rostro y besarme, las lágrimas no dejan de correr, pero me dejo llevar, Adam me ha dado todo para superar el vació, es más lo bueno que lo malo, creo que puede valer la pena arreglar esto; Se separa de mí y con sus pulgares limpia mis mejillas, me sorprendo al ver que le corren las lágrimas. —Lizzy, déjame estar a tu lado. Mis ojos se abren aún más al ver su rostro compungido, presiente lo mismo que yo, si no ponemos de nuestra parte todo se irá a la mierda; lo abrazo como si no hubiera mañana y me toma por el trasero obligándome a enroscar mis piernas en sus caderas, me lleva escaleras arriba y una vez en la habitación se recuesta en la cama junto conmigo quedando encima de mí. —No te quiero perder Lizzy.    ******            ******    —Te ves como la mierda Hayley —afirma mi alocada amiga. —Gracias Krista, yo también te quiero —espeto sarcástica, estamos en el laboratorio y con el maldito cubre bocas me resaltan más mis ojos y sobre todo las ojeras, casi no he dormido, a pesar de que Adam se ha esmerado en cantar para arrullarme, casi no pude dormir, tuve pesadillas y no solo eso, no he podido abrir la caja y muero de la curiosidad, la ventaja es que la traigo en la mochila y saliendo de aquí iré a casa para revisarla, además de sacar los documentos de la herencia de papá. —Tonta, sabes que te quiero, pero en verdad luces muy mal, ¿Qué pasa? ¿Acaso Adam te hizo algo? porque si lo hizo te juro que le patearé el... —Tranquila, solo discutimos, pero todo se arregló, Krista, tengo tanto que contarte, en verdad necesito que sepas toda la verdad. Después de tanto pensar, sé que Krista es con la única persona con la que puedo contar, necesito que mi amiga sepa por lo que estoy pasando y que no me juzgue sin saberlo, sé que quizás no deba meterla en este mundo, pero estoy segura que de su boca no saldrá nada.      —La verdad ¿De qué? —Iremos juntas a casa y te explicaré, aquí no es el lugar —respondo dando una mirada al laboratorio refiriéndome a nuestros compañeros, ella asiente y continuamos con nuestra práctica, la verdad es una bendición volver a la escuela, me hace recuperar un poco de normalidad, incluso puedo decir que extrañaba a Eva Turner, aunque es una suerte que no nos toque compartir el laboratorio el mismo día.     ******            ******     Una hora después estamos en el estacionamiento del campus, Adam me dio el BMW, tiene cierta fijación por los autos ostentosos y sobre todo de colores obscuros. —¡Wow! lindo auto. —Me lo prestó Adam —respondo mientras entramos al auto ella sonríe ajustándose el cinturón —Entonces prácticamente es tuyo, pero a ver cuéntame ¿Qué es eso tan urgente que debes decirme?  Arranco el auto y decido soltar la sopa de una buena vez. —Krista, esto es serio y sé que todo lo que te diga sonará bastante loco, pero es la verdad, ¿Recuerdas que te mencioné que Adam es hipersensible al sol? La miro de reojo y noto una sonrisa. —Se a dónde vas Hayley, Tom soltó la sopa y lo vi con mis propios ojos, solo que no te lo dije porque creí que tú no lo sabrías y me tomarías por loca, Adam es vampiro después de todo. En el primer semáforo en rojo me detengo y la miro sorprendida. —¿Lo sabías? —Si, aunque me costó algo de trabajo creer lo que veía, digamos que los vampiros de crepúsculo te llenan la cabeza con seres hermoso, sexis y muy calientes cuando realmente son aterradores, después até cabos y me di cuenta de la verdad. Pongo atención en el camino soltando una muy profunda respiración, esto me ha pillado por sorpresa, pero me quita un gran peso de encima. —Si, mi novio es un vampiro, pero hay algo más. —A ver, sabes que te ayudaré en lo que necesites, ¡Vaya! esto es como Scooby doo. Río por su comentario, si, definitivamente esto parece un episodio de Scooby Doo ¿Dónde estás? —Se dice que hay un artefacto o algo así que le llaman la cruz negra. —Que nombre tan original —masculla con sarcasmo, yo niego con la cabeza, estamos a unas calles de casa. —Bien, esa cosa se supone que es un arma contra los vampiros, pero también puede usarse contra la humanidad. —¿Como es eso? —Verás, lo único que sé es que puede destruir a la r**a vampírica, ¿Cómo? no tengo idea, pero también sirve para que se creen híbridos, para que un vampiro pueda engendrar. —A ver, si es como en las películas se supone que los vampiros están muertos y no pueden tener bebés. —Exacto. —Entonces con esa cosa, si pueden tener bebés vampiros mutantes. —Si. —¿Y que tienes que ver tú en eso? Aparco el auto fuera de casa y antes de salir tomo mi mochila. —Tom me dijo que yo tenía ese artefacto, pero han pasado algunas cosas extrañas, no pienses mal de Adam, no me ha hecho daño —respondo. —Habla Hayley. —Cuando un vampiro sufre una herida de quemadura, jamás se regenera si es muy severa, Adam tenía una quemadura, estamos hablando de una cicatriz de tercer grado en todo su hombro hasta el codo, probó mi sangre y sanó, después de eso dejó de tener la piel fría y la última vez que la probó fue cuando mató a Tom. —¿Qué tiene de excepcional que haya matado a Tom? —Entre vampiros no pueden asesinarse—declaro saliendo del auto, Krista arquea sus cejas y me imita para después caminar juntas a la puerta de mi casa, saco las llaves de mi mochila y abro. —Vaya, ¿Quién pensaría que en este mundo existen los vampiros?  Hace una pausa mientras entramos, todo está en orden, debo contemplar un buen regalo para los Anderson, quizás una vez que arregle mi situación con Adam podamos cenar todos juntos. —Espera un momento, eso quiere decir que ¿Hank es un vampiro? —Sí. —¡Santo dios! me acosté con un vampiro. —¡Krista! —llamo su atención. —¿Que? cállate, tú te acuestas con Adam. Ambas soltamos la carcajada, enciendo las luces y saco la caja de mi mochila. —¿Qué es eso? —Ayer discutí con Adam, sé que algo me oculta, hay tantas cosas que debo contarte, pero esto es importante, lo saqué del mausoleo, de la cripta de Elizabeth Roux, sé que aquí puedo encontrar respuestas. —Ahora saqueas tumbas Hayley, Adam no lo sabe ¿Cierto? —pregunta haciéndome soltar un suspiro pesaroso. —No, le dije que era mi caja de recuerdos, es por eso que vinimos aquí, quiero saber qué es lo que hay dentro. —No es bueno que le ocultes cosas a tu novio, digo, tienen una relación estable y bastante avanzada. —Krista, él me está ocultando algo, dice que cuando considere me dirá toda la verdad, así que he decidido averiguar esto sola. —Está bien, sabes que cuentas conmigo tonta. Le sonrío y retiro la llave de mi cuello, es hora de abrir la caja, con cuidado me dispongo a llevar a cabo la tarea, Krista se acerca con curiosidad y soltando una sonora exhalación, la giro y abro la tapa, en ella unas cuantas fotografías viejas, algunas cartas y un diario, espero encontrar algo en ello. —Definitivo, es tu pariente, les encanta guardar esta clase de cosas. —Espero que tenga respuestas, mira hay algo más —señalo sacando las cosas del interior, veo un brazalete idéntico al mío y no solo eso, hay un dije, es aguamarina. —Qué curioso, es igual a tu brazalete. —Si, pero que yo sepa ella solo era Elizabeth Roux. De pronto escucho un ruido que me provoca un susto de muerte, me percato de que es el móvil. —¡Maldito aparato de mierda! —vocifero. —¿Quién es? — —Adam—respondo mirando la pantalla del artefacto con extrañeza para luego llevarlo a mi oído. —Hola —escucho su voz un poco apagada. —¿Te encuentras bien? —Si, solo que te extraño Lizzy, ya me acostumbré a tenerte conmigo todo el tiempo, ¿Quieres ir al Vudú esta noche? —Solo si no me tienes encerrada en la oficina. —Lizzy, sabes que lo hacía para protegerte, y no, no te encerraré, quiero pasarla bien contigo, ¿Qué dices? si gustas puedes invitar a Krista. —Está bien, por cierto, está conmigo en un momento iremos, estoy buscando los documentos. —Bien, iré a cumplir con mis necesidades y te espero aquí. —Ok, te veo en un rato. —Lizzy. —¿Sí? —Te amo, prometo que se acabaran los secretos. —Yo también te amo Lui. Suspiro y corto la llamada, Krista me mira expectante. —¿Y? —Iremos al vudú esta noche, así que vendrás conmigo. —Pero no estoy vestida decente, digo, el uniforme no me favorece. —Te prestaré algo de mi ropa. —Algo sexy, por favor no me salgas con vaqueros y zapatos deportivos. Yo solo atino a reír. —Tranquila, recuerda que tengo algunas cosas decentes que ponernos en mi armario, subamos a mi habitación —respondo a la vez que comienzo a guardar las cosas en la caja de madera, es justo ahí que Krista me detiene. —Espera un momento, ¿Ya miraste bien esa fotografía? —¿Cual? —Esta —dice y se acerca más para mostrármela, la miro un par de veces, es una foto grupal, un batallón y en medio una mujer, seguro es Elizabeth, pero... —Es Adam —susurro, mis ojos se abren como platos, el conocía a mi familia desde hace tiempo, pero ¿Por qué no lo dijo antes? ¿Que oculta? —Si, es inconfundible, pero ¿Qué hace con tu pariente? digo, sé que es una foto grupal, pero ellos se ven muy juntos, ¡Oh mira! Aquí hay más fotos. Comenzamos a revisar foto por foto y en casi todas sale Adam con ella, se supone que él no había estado con otra mujer desde lo de Isabella, no me molesta su pasado con Elizabeth, me molesta que me lo haya ocultado y más aún, ahora comprendo su fijación por llamarme por ese nombre; los ojos se me cristalizan, no estoy triste, estoy molesta, me oculta algo en el estudio, me ocultó que conoció a esta mujer ¿Qué más ocultas Adam Lui Smith? si es que así te llamas. Miro una fotografía, en ella se encuentran solo Adam y Elizabeth, la giro para ver el reverso, con letra manuscrita está escrito: Abril de 1865 Coronel Henry Clark y yo en una noche inolvidable. —¿Que dice?  —pregunta Krista curiosa, a mí me hierve la sangre y se la entrego. —Léelo tu misma, iré a buscar ropa en la habitación, Adam deberá explicar muchas cosas. Noto que no quita los ojos de encima de la inscripción y luego me da un vistazo. —Hayley, em, ¿Estás bien? —interroga, me limito a negar con la cabeza, las lágrimas caen silenciosas, no sé cómo es que Adam puede ocultarme tantas cosas si dice amarme. —Solo, mantengamos esto en secreto un tiempo —musito apenas—. No quiero que él sepa lo que encontramos ni que se entere de que tú sabes lo que es. —De acuerdo —masculla con evidente fastidio—. Sabes que te ayudaré, pero tarde o temprano deberás enfrentarlo y te diré que me importa una mierda que sea vampiro, si te hace daño lo patearé fuera de casa cuando esté soleado, nadie lastima a mi casi hermana.    ******            ******    —Oye, ¿No vas a responderle?  —No Krista, a fin de cuentas, ya casi llegamos al vudú. Vamos en el auto camino al bar, no quise ir a la mansión y seguro eso tiene a Adam alterado, tengo más de diez llamadas perdidas en el móvil, en verdad estoy molesta con todo esto y tanto fue mi enojo que se me ocurrió dejar a Krista maquillarme y escoger mi ropa. —Lo matarás de un infarto Hayley, parecemos... —Putas —digo con una media sonrisa, ambas vestimos faldas extremadamente cortas y ajustadas al cuerpo en color n***o y tacones altos, variamos en la blusa, recuerdo que hace años compre estas mudas, jamás las había usado, me arrepentí al instante cuando vi a Tom en casa, pero hoy es el momento perfecto para usarlas al fin; mientras que Krista lleva escote al frente con la linda blusa celeste que es de las pocas que tengo en el cajón de ropa sexy, yo llevo escote amplio en la espalda, es como cargar solo media blusa en color verde, para lucirlo aún más, Krista alisó y recogió mi cabello en una coleta alta. —No, tonta —me regaña frunciendo el ceño—. Parecemos actrices porno, ¡Por dios! hay niveles Hayley. —A las dos las follan, solo que a unas les gusta exhibirse en videos y las otras solo se dedican a que las jodan. —Tú y tu boca de marinero, cómo si tú no te acostaras con Adam. Suspiro negando con la cabeza, aparco el auto y antes de salir vuelve a sonar el móvil, pero antes de responder miro hacia a Krista. —Esta noche ambas festejaremos, nos emborracharemos y bailaremos como locas. —¡Wow! esa Hayley me gusta. Sonrío y al fin me decido a responder el móvil. —¿Dónde demonios estás? —pregunta Adam furioso, mi mente perversa comienza a funcionar y empieza el juego. —Hola mi amor —respondo melosa. —Elizabeth dime, ¿Dónde estás? ¿Por qué no contestas las malditas llamadas? —Tu sabías que estoy con Krista y que saldríamos al vudú, estoy afuera del lugar en el auto. —¿Por qué no llegaste a la mansión primero? Te estoy esperando y no solo eso, no contestas las putas llamadas. —Mira no te pongas en tu plan pesadito, estamos en el vudú, tu vienes, acá te esperaremos, además si te hubiera respondido no me hubieras dejado arreglarme. —Espérame en la barra, en cinco minutos estoy ahí —su tono es verdaderamente molesto, pero decido continuar con mi plan. —¡Muack! —doy un beso al móvil—. Te veo aquí cielito. —No juegues Elizabeth, sabes bien que estoy molesto y jodiste la noche. —Ya lo veremos —digo, cuando está por confrontarme corto la llamada, Krista me mira boquiabierta. —¡Wow! eso estuvo ¡Genial! —Vamos, tenemos cinco minutos para disfrutar la pista de baile. Reímos maliciosas saliendo del auto, si la única forma de sacarle la sopa a Adam es esta, lo haré, le demostraré que no me tiene tan segura como él cree y que si quiere que esto funcione debe empezar por hablarlo todo.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD