Capítulo 5

1414 Words
Capítulo 5 POV Charles Sábado, era un día normal de trabajo para mí, reuniones, almuerzos, revisión de documentos, mis tíos, los problemas típicos, en fin… hasta que por fin llegue a mi apartamento, con ganas de relajarme un rato antes de llamar a alguna puta que me hiciera sexo oral y entonces lo recordé, tenía un compromiso. El compromiso con mi amigo Julián, era ir al cumpleaños de su abuela, era algo muy exasperante para mí, pero debía hacerlo por él, Julián aparte de ser mi amigo era mi socio en algunos negocios y no quería en realidad quedarle mal, a pesar de que tenía que revisar muchas cosas del trabajo, pero era sábado y tenía también que distraerme, no todo debía ser trabajo. Me duché, busque en mi armario unos pantalones clásicos, una camisa con cuello azul celeste, unos zapatos que eran adecuados a mi atuendo, un poco informal pero elegante, me arregle un poco y me dirigí a la casa de la abuela de mi querido amigo. Cuando llegue toqué el timbre y el padre de mi amigo me recibió. -        señor Cesar, espero se encuentre bien” saludé. -        sigue Carles, eres bienvenido- me respondió con su cálida sonrisa - “pasa al salón, Julián está ahí, ponte cómodo” -        gracias - asentí, mirando la decoración y buscando entre las caras de los invitados a Julián. -        Julián, amigo mío” le plante un abrazo. -        Charles, que bueno que hayas venido, ven saluda a mi abuela”- me dijo, dirigiéndome a su abuela y entregándole el regalo que lleve para ella. -        Charles, ven es hora de las fotos” - me informó mi amigo, una vez terminé de elogiar a su abuela. Cuando llegamos al lugar donde nos disponíamos a esperar nuestro turno, pasó lo que no tenía en mente y que no esperaba en absoluto. La vi. Vi a esa persona que jamás esperé ver de nuevo. Ella estaba ahí. Antonia. Estaba hermosa, se veía tan sexi con su cámara, dirigiendo las poses, no pude evitar mirar su culo, redondo y parado, evidentemente me hacia una invitación a follarla ahí mismo, mi polla palpitó con solo pensarlo. Pero debía controlarme, estaba en el cumpleaños de la abuela de mi mejor amigo y debía respetar. Tenía que buscar la oportunidad de hablarle, sin que nadie lo notara, ya que mi prometida era allegada a esta casa también. Estando sumido en mis pensamientos, mirándolo como animal a su presa, hasta que ella me miró, no pude evitar notar la exaltación en su mirada, lo sorprendida que estaba, no puedo negar que me puse algo nervioso cuando se encontraron nuestras miradas, sin embargo, en segundos tomó el control y siguió en su labor. Oh!! Es buena para disimular, me dije. Espere paciente el momento adecuado y como pude hablé con ella y le ordené que me esperara en el hotel, si ella no iba, no sé qué iba a hacer para volver a tenerla. No entendía porque tenía esa conexión con ella, porque me gustaba tanto si visiblemente no era mi tipo de mujer, aunque era hermosa, ella era mayor y con cierta limitación a mis gustos. Llame al hotel y preparé todo para su llegada, esperando con todas mis fuerzas que si llegara y no huyera por mi falta de tacto al decirle que quería volver a verla, que la quería volver a follar. Me dirigí al hotel, se me hizo un poco tarde, pues debía ser lo menos sospechoso debido a que Julián quería que me quedara más tiempo y hasta que por fin me pude desligar de la fiesta. Eran pasada las 10 de la noche cuando entre en la habitación y ahí estaba ella.. Dormida. Me quite el saco y me acosté junto a ella, su sueño tan profundo emanaba tranquilidad, tranquilidad que le iba a quitar en unos momentos satisfaciéndola. Tenía una bata del hotel, supuse que se había duchado mientras me esperaba y de seguro se quedó dormida tiempo después, pues no fui puntual. La abrace, se sentía tan bien, tan familiar, le susurré al oído -“Estas soñando conmigo”, aprovechando y tocando su contorneado trasero. Respiro profundamente, saliendo de su trance, sonriendo me dijo “solo un poco”- vaya se veía linda con el cabello por todos lados, se sentó y se empezó a recomponerse, me miró con sus ojos llenos de vida y felicidad, que solo me hicieron desearla en ese preciso momento, justo cuando me iba a abalanzar sobre ella y me dijo “necesitamos hablar” ¿Qué? No pensaba hablar en ese momento, no señor, y le respondí - “no requiero hablar de nada ahora” mirándola a los ojos y tomándola salvajemente por la nuca, plantándole un beso, hambriento de deseo. Los besos se volvieron tan apasionados, tenía todo mi peso encima de ella, forzando a que abriera las piernas y sintiera mi m*****o duro, duro solo por el deseo de ella, de tenerla, de enterrarme profundamente en ella, no hubo lugar donde no la tocara. No pude evitar excitarme aún más, al ver sus curvas no tan perfectas, no me lo explicaba, no podía explicármelo. No me di cuenta cuando ella se posó en mi frente y bajo a probar mi polla, con su lengua pudo volverme loco, saboreando mi líquido pre seminal mirándome, una vez terminó de jugar,  lo introdujo todo atragantándose y succionándolo de tal manera que me impedía respirar con normalidad, ella me veía, sus ojos lujuriosos miraban mi estado y como yo gemía por su acto, pavoneándose porque la felicitaba por hacerlo tan bien, solo de mi boca salía – eso es nena, bebé lo estás haciendo tan bien, tienes una boca gloriosa- en serio que casi pude venirme ahí en su boca. Pero antes de que sucediera, la tome del pelo y le susurré -“me has hecho perder la paciencia, debes pagar por eso, ¿estás de acuerdo?” Con un tono lleno de lujuria me respondió -“hoy podrás hacer lo que quieras conmigo” -“quieres que te folle duro verdad?” le cuestioné demasiado excitado “sin piedad” me respondió en casi un susurro. La tire en la cama, sus pechos rebotaron por el impacto, me dirigí a ellos directamente, besándolos y lamiendo sus pezones, podía sentir sus jadeos y sus manos ubicadas en mi cabello, tratándose de apoyar en algo, sentía su desespero, estaba arqueada de la excitación, era un espectáculo deslumbrante. Metí mi cabeza en su punto calor húmedo, y succioné y chupe su clítoris, ella gritaba mi nombre, de tanta excitación, movía mi lengua más rápido y sabía que estaba que se corría, introduje dos dedos para golpear su punto G, mientras seguía chupando su clítoris ya hinchado, cuando un grito salió de su boca con mi nombre y pude sentir esa humedad en mi boca. La tome de los brazos e hice que se posara en la mesa de la habitación, con mi brazo le levante la pierna y le puse la cabeza de mi polla en su abertura húmeda, demasiado húmeda, estimulándola más y no pude evitar meterla con fuerza, ella gimió y me activó aún más. Me apoye con una mano en su pecho y la embestía cada vez más duro, diciéndole cuantas groserías en su oído mientras ella gemía, sus pechos rebotaban, por los movimientos bruscos, la habitación fue llenada de gemidos y gemidos, la mesa chirriaba, todo se volvió una sinfonía erótica, mi eje estaba enterrado en ella hasta la empuñadura, logré darme cuenta que ya no estaba ella en sí, hizo leve movimiento en su respiración y supe que ya estaba entrando en el clímax, por lo que aceleré mi movimiento mientras ella gritaba mi nombre – “Charles.. por favor..Charles voy a venir”- sus suplicas eran música para mis oídos, con yo por mi parte creía que iba a morir al momento que alcance la sima del placer, ambos llegamos tuvimos un orgasmo, las paredes de su coño me ordeñaron toda la polla, mi semen salió y goteo por todo su monte de venus. Me tire encima de ella, ambos con respiraciones agitadas, tratando de recomponernos. Me levante, y le ayude a llegar a la cama, mientras buscaba una bata para mí y le entregaba la de ella le pregunte - ¿de qué me querías hablar?”. Facebook: Julianne Martz Instagram: @JulianneMartz
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