Volver a Vivir

Capítulo 6

-        ¿de qué me querías hablar?” preguntó.

Yo tratando de recuperar mi aliento después de la faena, logre ponerme sentarme en la cama y tomar una sábana para tapar mi cuerpo, que de seguro ya lo había visto.

-        de lo que está sucediendo” le respondí.

-        ¿Qué está sucediendo bebé? – preguntó con una sonrisa maquiavélica.

-        “Es que simplemente no nos podemos ver y coger como perros en celo” respondí. – yo tengo una vida y cambias mis planes.

-        “¿Solo por eso?” - Volvió a preguntar y siguió diciendo – En todo caso Antonia, si no me conoces, es mejor que sea así, mi vida tiene ciertas complicaciones que en realidad no van a ser de tu agrado.

-        “¿Eres casado?” Le pregunte con una expresión de asombro y preocupación.

-        “No, pero es complicado” Me respondió.

-        ¿Cuántos años tienes Charles? Le pregunte.

-        “33 años”. En realidad solo miré y asentí ante su respuesta, en ese momento solo quería irme, que estaba haciendo con una persona tan joven y de la que no conocía nada, aunque quisiera seguir la aventura era totalmente nuevo para mí esta situación y en realidad no es mi personalidad, debía parar esto y tragarme todo tipo de pensamientos.

-        “Yo tengo 40 años y tengo un hijo de 20 años. Como podrás ver no soy exactamente la mujer interesante que un joven como tu esperaría”. Le dije, llevando la conversación donde debía y lo que sea que tuviéramos al final.

Mientras me levantaba y buscaba mis cosas para arreglarme y salir lo más pronto, el me miraba con una expresión perpleja, pero al instante pareció no importarle.

-        “Querida tu vida personal es lo que menos me importa, si tienes marido, 5 hijos, perros, gatos o lo que sea no me importa, solo quiero lo que tienes entre las piernas. Veras, me resultas atractiva y después de la noche en que te follé pues quise volverlo a hacer” soltó Charles de repente.

Quede como en shock, en realidad estaba siendo utilizada por un hombre más joven para apagar su fuego. Que risa me dio. Y quien era yo para culparlo, de igual forma ya mi vida la habían burlado en el pasado y al menos me estaban dando placer.

De inmediato me baje a su nivel y le dije – “sabes que debemos parar esto, no me siento cómoda haciendo las cosas como si fuera una adolescente y de cierto modo mi vida es complicada, al igual que la tuya”

Me miro y entrecerró los ojos, después de pensarlo me respondió – “bueno, si eso es lo que quieres, yo puedo hacerlo. Sabes Tony, me has puesto las cosas muy fáciles”.

Y entrecerré los ojos al escuchar su declaración, pero luego sonreí. Era tan lindo. No sé de donde me salió el coraje y me le lancé encima y fueron dos rondas más, en la noche. Anticipando la despedida y quien sabe cuándo recibiría calor de alguien me dejé llevar.

…

Había pasado los días después de mi encuentro con Charles, en realidad, los primeros días me sentí como rara debido a que estaba cautivada por ese joven, pero luego se me pasó. Las cosas estaban mejorando, tuvimos una buena noticia, habían aceptado la propuesta y obtuvimos el proyecto, estaba haciendo unos últimos arreglos, debido a que debíamos trasladarnos a la sede de la empresa y arreglar los escenarios para las fotos y habíamos tenido días de mucha actividad.

En esas que estoy concentrada en la computadora, me dice la secretaria que me estaban buscando, me guiñó el ojo y me dijo que era un hombre muy apuesto, la verdad se me aceleró el corazón, en mis adentros creía que era Charles, no pude evitar pensar que me había encontrado y que estaba interesado en mí. Me arreglé un poco y salí a la sala de espera y no sé si se abra notado mi decepción cuando vi a Daniel.

-        “Daniel hola, ¿Cómo estás? ¿Qué me cuentas?- le saludé con un pequeño abrazo.

-        “Hola Antonia, bien, solo pasaba cerca y quise venir a saludarte y preguntarte si podíamos ir a almorzar, te lo debo del otro día” me dijo

La verdad ni lo pensé mucho, tenía hambre y pues qué más da, ya estaba aquí.

-        “claro, déjame buscar mis cosas”

En el restaurante hicimos nuestros pedidos, mientras hablábamos amenamente, nos reíamos mucho y en realidad me pareció que Daniel era un tipo muy interesante. Tenía mucha visión a futuro, y me sentí cómoda con él. Si, sé que no había como esa atracción s****l, tal vez porque con el sí podría pensar en algo más serio, aunque no tan serio pero si podría ser diferente a lo que tuve con el joven Charles.

Quedamos en volver a salir el viernes, a cenar, había solicitado en el mismo hotel, donde ya saben, pero la verdad le dije que mejor buscáramos otro restaurante y aceptó. No puedo dejar que me vean con dos hombres en ese mismo lugar, me reí de mi perversión, naaah, eso ni siquiera es malo.

El día transcurrió normal, llegue a la oficina, terminé con las cosas que había dejado iniciadas. Me despedí de todos y me dirigí a mi hogar. En el momento que llego, hay un vehículo estacionado al frente de mi casa, uno muy familiar. Mierda, mierda, mierda. Cuando lo vi parado en mi terraza, no pude evitar poner los ojos en blanco.

-        ¿Qué haces aquí Richard?- dije con un tono aburrido.

-        Hola Antonia, solo vine a dejarte esto. Estaba entre mis cosas y son tuyas.

-        “Que considerado gracias”,

Tomando mis libros de fotografías o álbumes de las fotos que había tomado a lo largo de los años, cuando era aficionada, tres en total. Tuve una punzada de dolor, al abrir uno y ver fotos de sitios donde paseábamos y nos divertíamos, fui feliz, a pesar de todo el dolor que atravesé, fui feliz con mi familia alguna vez.

-        Antonia, yo sé que no tenemos la mejor relación, de todos modos te hice daño. Pero espero que entiendas que tenemos un hijo, y por su bienestar creo que deberíamos bajar un poco la tensión entre nosotros.

Levante mi cabeza, saliendo del momento íntimo que estaba teniendo.

-        “Richard, Alex tiene 20 años. No creo que el necesite que estemos uno en la casa del otro para su bienestar, el entiende todo. Aunque no creas es una persona madura, a su corta edad, es una persona que me ha ayudado, es un hombre lleno de sabiduría”. Le dije, sintiéndome orgullosa de mi hijo.

-        No lo dudo, lo criaste bien, eres una excelente mujer.

Dios que cliché. No puedo creer que este en la terraza de mi casa, escuchando lo que menos quiero escuchar del hombre que me rompió el corazón.

-        “Si no es más, estoy cansada y quiero descansar”. Le dije ingresando la llave en la puerta.

-        Antonia, Alex no me habla, no contesta mis mensajes ni mis llamadas, desde el divorcio no he podido establecer comunicación con él, sé que los herí a los dos, con el nunca tuve una buena relación, pero es mi hijo y lo necesito también. Me dijo Richard con voz triste.

No pude evitarlo, se me ablandó el corazón. Es su padre después de todo, lo miré con algo de comprensión.

-        “Richard, las personas necesitamos tiempo para sanar, aunque Alex es un chico muy maduro, necesita curar algunas heridas, tal vez no lo sabes, pero cuando nos separamos, él estuvo conmigo cuando entre en depresión, incluso me bañaba, me alimentaba, no es que eso debas de saberlo, pero tal vez, al ver de primera mano mi estado puede estar con rabia por todo”. Le explique a Richard Atentamente a lo que el escuchaba.

-        También, sabes la conexión que nosotros tenemos y quizás el piensa que si fortalece alguna relación contigo, podría lastimarme, pero no te preocupes yo hablaré con él y trataré de que al menos razone un poco y te conteste las llamadas y puedan al menos iniciar una trato cordial, Te parece? Le seguí diciendo, a lo que su rostro se iluminó. Richard, podría ser de todo, pero siempre procuró que tuviéramos todo lo necesario y trato de apoyar a su hijo en sus proyectos.

-        Si Antonia, gracias, en realidad siento todo lo que pasó y me gustaría tener vida para compensar el daño que les hice.

-        “Richard, ya eso es pasado, debemos seguir viviendo”. Le terminé de decir.

Con eso me despedí y caí en coma en la cama sin pensar en más nada y en lo que estaba por venir.