PRIYA

V La Carta

Llore hasta quedarme dormida, cuando desperté las luces ya estaban tenues indicando que pronto seria hora de dormir, me levante de la cama con un enorme dolor de cuerpo y más aun de cabeza llegue hasta la silla de mi escritorio como zombi y entonces note el sobre blanco sobre el y la escritura tan fina de Alessa, es raro recibir algo de mis hermanos y más de Alessa con quien nunca me lleve bien aun a mis ocho años y después de que mi madre muriera.

Todos cedieron a los deseos de mi padre y aceptaron a Elizabeth tan fácil, se olvidaron de mama, de sus sufrimiento causado por mi propio padre, de sus lágrimas derramadas; Pero supongo que es su forma de ser siempre fueron los favoritos de papa. Poco a poco abro la carta sin grandes deseos de recibir algún regaño por algo que hubiese realizado desde mi calabozo y que incomode a la gran familia real.

Querida hermana lamento tener que informarte de este modo pero nuestro hermano Raj falleció hace unos días en batalla, nuestro padre muy triste esta pero más sin embargo no ha solicitado tu presencia en los funerales de nuestro amado hermano.   

Recibe un fuerte abrazo y rezo día y noche por que nuestro querido hermano descanse y por nuestra pronta reunión después de que seas readaptada

Con amor

Alessana Amelia Fleming de Macedonia  

Tan propia como siempre y tan cortante a la vez, no sabía exactamente cómo reaccionar uno de mis hermanos mayores había muerto mi padre no me quería ahí y a mi hermana mayor se le ocurrió que sería una buena idea avisarme con una carta tan monótona lo sucedido, ja de verdad que el mundo está loco y lleno de anormales pero soy yo quien tiene que readaptarse.

Sin darme cuenta estoy de vuelta en mi cama sentada con la carta en las manos, las piernas cruzadas y mi mente más lejos de aquí Raj no era ni de cerca mi hermano favorito o mi hermano más cercano y se supone que debería sentirme devastada por la noticia pero es una mezcla, si tengo tristeza y lamento su partida y pienso en mis hermanas, en como la estarán pasando y si mi padre le dolerá la muerte de mi hermano y cómo si hubiese estado esperando en un rincón de mi mente el recuerdo de la muerte de mi madre salta a mis pensamientos y no puedo evitar pensar que si ella estuviese aquí muchas cosas serían diferentes.

Es cuando la añoranza de un gran y fuerte abrazo de mi madre se clava en mi cuerpo, su aroma y siento como poco a poco voy cediendo al caudal de lágrimas que viene después; me dejo caer completamente en la cama, jalo mis piernas hacia el pecho y dejo que salgan todas las lágrimas y que los recuerdos lleguen a mi mente, suelto la carta y aprieto mis piernas contra mí con tanta fuerza que mis dedos dejan marcan sobre ellas.

Estoy hecha un pequeño ovillo en mi cama que no me doy cuenta cuando Flor toca a la puerta y a falta de una respuestas decidió entrar en mi habitación para encontrarme así, como quien ve a un animal salvaje herido Flor se acerca poco a poco hasta la cama y extiende su mano como dudándolo pues no está muy segura de mi reacción, lentamente poso su mano sobre mi espalda e inicio a calmarme lentamente; entre mis lágrimas rodeada de tanta oscuridad su caricia le da una pequeña luz que da un ligero alivio y para un poco mis lágrimas, al percatarme de su presencia me siento y llevo una de mis manos para secar las lágrimas

—Señorita Priya lamento mucho su pérdida

Sin esperármelo Flor me abraza y siento su calidez, me ahoga el corazón y vuelvo a llorar descontrolada mente ella me abraza con más fuerza

—Oh señorita discúlpeme no era mi intención hacerla llorar más

Intenta soltarme y le susurró por favor no me sueltes, déjame que llore un poco, le digo entre sollozos y con mi voz entre cortada; Flor me abraza lo más fuerte que puede y nos quedamos así inmóviles, sentadas en esa cama, en ese cuarto oscuro.