— Es normal — me dijo el señor Lund — te corriste porque llegaste al orgasmo. — ¿Esto es de lo que hablan? — le pregunté y él asintió — no tenía idea de cómo se sentía. — ¿Te gustó? Yo no quise decirle nada, él me beso en mis pechos y luego en el cuello, se levantó con una evidente erección que le había provocado. — No te preocupes que yo me hago cargo de eso. Yo lo detuve y lo atraje a la cama, por un demonio se supone que no debo hacer esto sin embargo aquí estoy, baje el short que traía y ahí salió la notable erección que le había provocado. — ¿Cómo puedo ayudarle?— le pregunté sin saber cómo masturbarlo. — Toma mi pene entre tus manos y comienza a moverlo de arriba hacia abajo. Yo lo hice y él comenzó a gruñir, me excite no podía negarlo por lo que mientras lo masturbaba comenc

