Capitulo 2

1056 Words
*Samantha* ¡Maldita sea! Odio mi vida, odio estar embarazada y odio a Miller por embarazarme. No recordaba lo horrible que se siente. El lado positivo es, que al menos no soy un mar de llantos, como la primera vez. He pasado la mitad de la mañana abrazada al retrete, porque no paro de vomitar comida que no recuerdo haber comido. Tengo tres meses de embarazo, aun no se nota la barriga, me duelen los senos, estoy hecha un mar de emociones (sobre todo odio), he bajado de peso porque no sostengo la comida en el estomago y la cereza del pastel es que le tengo asco al chocolate. ¿¡Cómo es eso posible!? Algo que amaba tanto, ahora me causa nauseas de solo verlo. -¿Amor estas bien? ¿quieres que me quede a cuidarte? – pregunta mi esposo preocupado. Desde que estoy embarazada, mi humor esta de perros y Miller esta sobreprotector, lo que nos ha ocasionado muchas peleas. -Estoy bien – me levanto despacio – tengo que ir a trabajar. -Sam, pero... -Ya hablamos de esto, Miller. Tengo una empresa que cuidar – hablo fuerte. -Pero estas embarazada, deberías... -Estoy embarazada, no paralitica. No voy a quedarme aquí – salgo de la habitación. Esa es nuestra típica pelea. Jhon quiere que me quede en casa, pero no lo hare, tengo una empresa que cuidar. Antes odiaba mi trabajo, pero desde la muerte de Richard todo cambió. El confió en mi para dejarme la empresa y todos sus bienes, no voy a defraudarlo. Jhon ahora da clases en una universidad muy cerca de casa. No tiene que hacerlo, pero esa es su pasión, así que no le puse ningún pero. Llego a mi nueva oficina, ahora ocupo la presidencia, o sea la vieja oficina de Black. Sigo con mis dos secretarias que al verme entrar se espabilan. -Buenos días Señora Cooper – saluda Lucia, mi secretaria principal. -Buenos días, Chicas. Aquí en la empresa, soy la Señora Cooper, aunque nadie sepa que estoy casada. Sigo conservando mi apellido, lo que llevo a otra pelea con Jhon. *Flashback* Jhon se pasea por mi oficina con las manos en la cabeza y con la cara muy roja. Apenas llevamos tres días de casados y ya estamos discutiendo. -¿Por qué eres tan dramático? – ruedo los ojos. Me mira con furia. -¿Cómo quieres que reaccione? Llamo a mi esposa a su trabajo y me dicen que no hay ninguna Señora Miller aquí. -¿Cuál es el problema con que quiera conservar mi apellido? – me encojo de hombros. -Yo quiero que tengas mi apellido. Que te llamen Señora Miller – grita. – Que sepan que eres mía. -El machismo no te va, Jhon – frunzo el ceño. Suspira y se pasa la mano por el cabello. -¿No cambiaras de opinión? – pregunta -No. Resopla cansado – Esta bien. – se rinde. *Fin del Flashback* Miro a mi secretaria segundaria con expresión fría. -Quiero desayunar – la chica saca su libreta – Una ensalada de frutas (sin melones) y un jugo de naranja. Ella asiente y se va de mi vista rápidamente. Dentro de mi oficina, miro por el ventanal gigante, la gente desde aquí parecen hormigas. Todos con una vida diferente, pensamientos diferentes y sentimientos diferentes. Mi vida ha cambiado mucho este último año, estoy casada, embarazada y dirigiendo una empresa. Sin saber nada de Nueva York, ni de las personas que deje allá. ¿Cómo estarán Rose y Luci? ¿Leonard y Liliana? El sonido del teléfono me hace volver a la realidad. -Dime, Lucia. -Señora, hay una llamada desde Nueva York en la línea 3 – informa. ¿Nueva York? ¿Será Leonard? -¿De quien se trata? – cuestiono. -Se presento como Rose. Mi sonrisa se ensancha. Justo estaba pensando en ella y llamo. Presiono el botón de la línea tres. -Aquí Cooper – hablo seria. -¡Amiga! No sabes lo que me costó conseguir ese número – ríe. -Me lo imagino. Lamento no haberte llamado. -No te preocupes, sé que estoy interrumpiendo tu trabajo, pero llamo para algo importante – hace una pausa – Voy a casarme. ¿¡Que!? -¿Con quién? – pregunto incrédula. -Con Luci – dice emocionada. ¡Vaya! Entonces iban muy en serio. -Felicidades. -Gracias, pero eso no es todo, quiero que vengas a la boda, eres mi única amiga. – pide. -Eso es imposible, cariño – explico. Se queda callada por unos segundos. -¿Y si nosotras vamos para allá? – propone. ¿Podemos quedarnos contigo? Me muerdo el labio. ¿tenerlas aquí conmigo? -Sería estupendo. – lo digo sinceramente. -Bien, entonces nos vemos en unos días – chilla emocionada y corta la llamada. Tenerlas aquí me ayudara a distraerme un poco. Además, a Jhon no le molestaría que hubiera más personas cuidándome. Unos minutos más tarde, aparece Jeny con mi ensalada de frutas y un jugo. -Gracias – murmuro. -Señora, en diez minutos tiene una junta con el ejecutivo enviado por la empresa FisherCorporations. – lee de su libreta. Casi me atraganto con un trozo de ruta. -¿¡Que!? -Se les envió una postulación hace meses y enviaron un ejecutivo. ¿Un ejecutivo? O sea, no es Leonard. Suspiro de alivio. -Ok, te puedes ir – le hago una seña con la mano. Casi entro en pánico, no sé qué haría si fuera él. No tiene idea de que me case con Miller, o que estoy embarazada, de seguro le dará un infarto o le meterá un tiro a Jhon. Los minutos pasan y me encuentro muy nerviosa por la reunión con el ejecutivo. Mi corazón da un brinco cuando escucho los toques en la puerta. -Adelante – ordeno acomodándome en mi asiento. La figura de un hombre fuerte, de cuerpo bien trabajado, con su traje n***o elegante a la medida, cabellos castaños y ojos grises, entra a mi oficina robándome el aliento. Mi corazón se va a salir del pecho, la sangre se me congelo y tengo la respiración pesada. ¡Oh mi dios! Es Leonard. Tan imponente y varonil, como siempre. -Buenos días, Señora Cooper – saluda con una media sonrisa. ¿No se supone que vendría un ejecutivo? No el dueño. -Buenos días, Señor Fisher – respondo seria. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD