Ángel continuó recordando todos sus momentos al lado de Nathalya dándose cuenta que, aunque ella nunca lo amó, siempre trató de enamorarse de él, pero fue él mismo quien arruinaba todo siempre, entendió, al fin, que Alex no le había robado su amor, si no que fueron sus propias acciones las que la orillaron a enamorarse alguien más, se repudió por eso y suplicó mirando hacia arriba, con la esperanza de que hubiera alguien o algo allí arriba que lo escuchara. — ¡Dame otra oportunidad! ¡Te lo ruego! ¡Sé que me equivoqué! ¡Que es imposible que consiga su perdón! ¡Que es imposible que tu perdones y que yo mismo lo haga algún día! ¡Por favor! ¡Sólo quiero que ella sepa lo mucho que la he amado! ¡Permíteme demostrárselo por única vez! Si es que existes, por favor, escúchame Ángel se quedó allí,

