Nathalya pudo entregarse a su esposo, su nerviosismo no había podido arruinar ese momento y como tenía un mal presentimiento sobre el día siguiente, quería disfrutar al máximo la compañía de Alex durante esas horas. Parte de la noche transcurrió tranquila, entre besos y caricias de los amantes, Nathalya se rehusaba a dormir, por lo que intentaba entablar una larga conversación con el amor de su vida, hablaron de planes a futuro, experiencias que les gustaría vivir, el número de hijos que tendrían, los posibles nombres que éstos llevarían, el número de mascotas y un montón de objetivos que querían alcanzar, platicaron un poco de todo hasta quedarse, al fin, dormidos.
Al amanecer, los rayos del sol iluminaron la desnudez de sus cuerpos que yacían entre las sábanas blancas y Nathalya despertó rápidamente para prepararse, se bañó y se arregló para salir antes de que su amado despertara, sin hacer ruido alguno le besó la frente y luego bajó al primer piso, asegurándose de que nadie la viera, salió de casa rumbo alque sería su desconcertante destino.
A lo lejos, el hombre de seguridad la seguía sin que ella lograra percatarse de ello, Nathalya se dirigía a la casa donde se había reunido con Ángel la última vez aún con la esperanza de que allí siguiera viviendo, en el camino recibió una llamada de él para darle la nueva dirección. De inmediato hizo que el taxista cambiara de rumbo y se apresuró a pedirle al chofer que la esperara.
— Señor, quisiera pedirle un favor
— Dígame, señorita
— Solamente voy a entregar unos documentos, no tardaré ni 10 minutos, ¿Es posible que usted me espere aquí afuera?
— Pues…
— Le pagaré su tiempo, por su puesto, y además suelo ser muy generosa con quienes me ayudan. — Dijo Nathañya con dinero en mano
— Está bien señorita.
— Le agradezco, y un favor más, si en veinte minutos yo no he regresado, por favor, llame a la policía.
El taxista se preocupó un poco por la última petición, se asustó, pero decidió quedarse por si acaso, luego pensó que se trataba de una broma. Nathalya bajo a reencontrarse con su atacante, él la recibió sin premura, alegre por su visita y buen desempeño ayudándole, la miraba diferente, pero ella no lograba deducir el porqué.
— Me alegra tu visita, Nathy
— Aquí está lo que pediste, ya te puedes ir del país y de nuestras vidas – Nathalya intentaba regresar al taxi, pero él la retiene
— Espera, ¿Ya te vas? ¿Tan rápido y sin hablar conmigo? – dijo sarcásticamente
— No tenemos nada de qué hablar
— Claro que sí, tenemos un hijo, ¿lo recuerdas? – él sostenía en su mano fotos recientes del pequeño Emmanuel que, amenazantemente, le mmuestra a Nathalya
— ¿Qué haces con ésto? – ella le arrebató las fotos
— No importa, quédatelas, puedo conseguir más – él se ríe de sus propias palabras
— ¡Ya te ayudé como querías! ¡Ahora vete! ¡Aléjate de mi vida!
— ¿Y dejarte ser feliz con el engreído ese de Alex? – dijo en modo burlón – JAMÁS – su expresión se transformó drásticamente, ahora parecía más un enfermo mental - ¡Tú eres mía, Nathalya! ¡Mía! ¿Entendiste? – preguntó apuntando su dedo índice a la cabeza de Nathalya – MÍA
— Me tengo que ir – ella intenta zafarse de él
— No has entendido, tú de aquí no te vas – él la obliga a quedarse
— Por favor, ¡déjame ir! - suplica ella llorando, pero sin perder el control de sí misma
— NUNCA
Ella teme lo peor, repetir aquél momento que tanto le destrozó la vidaa quella vez, pero justo en ese momento Ángel la golpea en la cabeza contra la pared una y otra vez haciéndola perder la consciencia. El taxista recibió una llamada de emergencia y se va, aún considerando la seguridad de la mujer, pero no tiene alternativa, primero es la familia, por lo que ahora, Nathalya no obtendrá la ayuda que tanto requiere, estaba sola e inconsciente con el infeliz que la había atacado y su vida corre un grave peligro al ser la única persona en el mundo que sabe su ubicación exacta.
Al despertar, Nathalya se encuentra desnuda en la cama y al lado de ella, el desgraciado de Ángel, ella pensó lo peor, que estando inconsciente él se había atrevido a aprovecharse de ella.
— ¿Qué me hiciste, Ángel? — pregunta entre llanto y desesperación, pero aún queriendo mantener la esperanza
— Nada que no quisieras, cariño
— ¡No, por favor, dime que no es cierto! — Ella se desborda en llanto
— Quería que lo disfrutaras tanto como yo, pero no pude esperar a que despertaras — mencionó él tratando de acariciarla de nuevo
— ¡No me toques! — Ella se aleja cuanto puede
— No grites, no fue para tanto
Nathalya se viste y seva, llorando por la calle camina hasta que encuentra otro taxi, estaba aterrada por lo que acababa de suceder, pero debe encontrar la manera de sobreponerse rápido, ya que nadie en su casa debe saberlo, Ángel ya había obtenido lo que quería y ahora sí, podría irse lejos a donde nunca pudiera volver a dañarla ni acercarse de nuevo a su hijo. Encontró consuelo sabiendo que su hijo no tendría ningún contacto con ese infeliz y solamente así, pudo regresar a su casa sin levantar sospechas.
— Mi maldición, ¿Dónde estabas? – pregunta Alex preocupado
— Salí, necesitaba pensar un poco – responda Nathalya nerviosa evitando la mirada de su esposo
— ¿Estás bien?
— Sí, voy a descansar un poco, con permiso.
Alex se queda muy extrañado por la actitud de su esposa, como si estuviera huyendo de él, pero Natasha le aconseja que sea paciente para que ella se sienta mejor y así poder hablar con ella, su ex esposa solamente quería devolverle el favor.
Nathalya entra al baño se du habitación con prisa y con ropa se mete en la regadera a llorar lo más que puede. Sabe que el agua no borrará la suciedad que siente en el cuerpo por lo que le había hecho Ángel, pero tenía laenorme la necesidad de hacerlo, además, no puede, o mejor dicho, no debe llorar delante de los demás porque comenzarían a interrogarla y no quería hablar de nada, se sentía tan estúpida y tan humillada, ¿Cómo pudo permitir que ese hombre volviera a tocarla sin su consentimiento? Se culpaba así misma por no haber actuado con más astucia y el dolor le nublaba los pensamientos, cerca de ella estaba una navaja de rasurar, la cual tomo y acercó a la vena de su mano izquierda para cortarse, estaba tan aturdida que ya nada importaba...