CAPITULO XXXII. Salvaje

1062 Words
Nathalya nuevamente batalló para dormir, pero aunque sea un poco, logró descansar. Aldo, al igual que Nathalya se había esforzado en dormir, pero el pensar en posibles planes hizo que durmiera muy poco, a pesar de ello, la mañana siguiente regresó dispuesto a todo. En cuanto Nathalya despertó, lo buscó para preguntarle si había pensado en algún plan, Aldo se alegró de saber que estaba bien, pero su movimiento con la mano izquierda le indicó a Nathalya que no tenía ningún plan aún, ella le contó que su boda falsa serían el próximo sábado, entonces él vió una oportunidad y comenzó a pensar mejor y le pidió a Nathalya que le diera un día más para pensarlo bien, ella aceptó y se fue a preparar para su día. Ángel llegó muy temprano a buscarla, deseaba almorzar con ella en el jardín, ella no tuvo otra opción más que aceptar, él la trataba como Nathalya, pero a veces disvariaba y la llamaba Ivania, ella debía conservar la calma y aprovechar para preguntarle acerca de la boda, tener más detalles le ayudaría a concretar el plan de Aldo. — Ivania, mi amor, muero por ser tu marido — comentó Ángel — Lo sé, cariño, no puedo ni imaginarme ese momento. ¿Será acaso que el jardín estará lleno de flores blancas y pétalos rojos? – Será como tú desees — Oh, querido, soy tan feliz. Pero habrá vigilancia, ¿verdad? Recuerda que temo por mi vida — Desde luego, habrá vigilantes por todas partes — Espero que el juez llegue a tiempo — Lo cité dos horas antes para evitar cualquier contratiempo — ¡Eso es perfecto! ¿Pero tendremos algún banquete? Debería ser una comida muy especial — Solicité al mejor buffet de la capital, el mandadero lo recogerá, también, con dos horas de anticipación, junto con el juez, así todo estará a tiempo para cuando tu bajes con tu vestido blanco — De pronto Ángel volvió en sí mismo y Nathalya actuó con normalidad — ¿Qué te decía? — preguntó Ángel confuso — Sólo me estabas indicando que el vestido lo traerá tu padre el miércoles — Cierto, y el sábado temprano estará todo listo — Bien En cuanto terminaron de almorzar, Nathalya volvió a su habitación a encerrarse y Ángel corrió a la biblioteca, se sentía extraño, no lograba recordar la mayor parte de la conversación con Nathalya durante el almuerzo, pero debía mantener la calma y fingir que no se daba cuenta de lo sucedido, quizá alguien le había drogado y él debía descubrir quién lo estaba traicionando. Nathalya volvió a acercarse a la ventana para contarle a Aldo lo que había averiguado durante el almuerzo, con esta poca información, él planeaba liberarla de su captor. Ángel empeoraba en cuanto a su locura. Llegado el día lunes, don Emeterio había regresado para llevar el traje a su hijo, lo notaba raro, pero Ivania lo adjudicaba a los nervios de la boda y se portaba como una novia modelo, comprensiva y ansiosa por su boda, aunque la ansiedad era por lograr su escape. Al ver tantas atenciones de Ivania hacia su hijo, don Emeterio se regresó a la ciudad más tranquilo y esperaba al día miércoles para recoger el vestido de su nuera. Aldo sabía que debía planear una coartada para no perder la vida al liberar a Nathalya, por ello, el escape debía suceder cuando él estuviera recogiendo al juez y el buffet, por lo que debía ser muy claro en las instrucciones de escape que le daría a su cuñada, le escribió en una carta paso por paso y la guardó entre sus botas para entregársela en el momento correcto. Ángel seguía enloquecido y tal como Aldo y Nathalya se temían, durante la siguiente mañana buscó entrar a la habitación de Nathalya, encontró cerrado, Aldo tenía que pensar en frío y confiar en que Nathalya hubiera hecho todo lo aconsejado para que Ángel no lograra hacerle más daño. Ángel le informó a Aldo que debía cumplir con un encargo y en cuanto se fue, él se quedó a cargo de ella, golpeaba la puerta con fuerza y Nathalya corrió al baño con su navaja en mano, se encerró y sólo le quedaba rezar y esperar. Ángel logró derribar la primer puerta y luego se dió cuenta que Nathalya estaba encerrada en el baño, golpeaba salvajemente para destruir la madera que se interponía entre ellos, Nathalya estaba en la bañera, sumamente asustada y sólo esperaba lo peor, sabía que al lograr derrumbar esta puerta, Ángel volvería a lastimarla y prefería morir antes que volver a ser ultrajada. Conforme Ángel tiraba la puerta, el ataque de pánico de Nathalya iba en aumento, sus emociones la traspasaban y la navaja en su mano le revolvía la mente, Ángel lograba aproximarse a ella, tenía fuego en sus ojos, odio y nada de compasión, sólo lo movía su deseo desenfrenado, su obsesión enfermiza, Nathalya aterrada sólo esperaba el momento de herirlo con la navaja, él se acercaba cada vez más, pero los nervios la traicionaron y aunque intentó producirle una herida grave, sólo lo hirió en un brazo lo cual lo enfureció aún más, al menos le sirvió para salir del baño a pedir ayuda, pero Aldo no estaba y nadie más podía ayudarla, Nathalya intentaba escapar a toda costa, pero la puerta de su habitación estaba muy lejos en ese momento, ella lloraba desesperada, aterrorizada y Ángel se acercaba cada vez más a ella, suplicaba para que no le hiciera daño, pero nuevamente él no escuchaba, la tomó del brazo y la lanzó sobre la cama, le gritaba que pronto sería su esposa y debía cumplir con sus deberes mientras se desabrochaba la camisa, ella tomó una lámpara de su buró y la lanzó contra él, aprovechando el momento de safarse, él la esquivó y se enojó aún más, ella corrió al baño nuevamente para recuperar su navaja, alcanzó a tomarla con su mano derecha mientras él la tomaba del pie y la arrastaba hacia él, ella seguía gritando, rogándole que la soltara, él comenzó a quitarse el pantalón y luego se fue contra ella para destrozarle la ropa, Nathalya sujetaba con fuerza la navaja, no tenía esperanza de que él la dejara, entonces se armó de valor y produjo una herida de la cual comenzó a salir un chorro de sangre...
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