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Los tres reyes: Destino (omegaverso)

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- No puedo doctor - dijo el alfa, desesperado.

- Tienes que hacerlo si no morirá - contestó el médico, su mirada era seria ininmutable.

- No puedo marcarlo contra su voluntad - respondió el alfa, tratando de pensar cuál era la mejor opción.

- Es la única manera de que se salve - respondió mirando nuevamente el expediente. El joven alfa respiró hondo.

Acarició su cuello lo lamio y al sentir el sabor de su piel, el deseo irrefrenable por marcarlo lo invadió, Mio grito su alfa y el hundió sus colmillo en su cuello, eternamente mío.

Bienvenidos a la segunda parte de la novela Los Tres Reyes.

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Lucas
En un suburvio de Londres, en un bar de mal a muerte estaba Mateo, había pedido otra botella de Tequila con esa iban 4 "Te extraño" dijo mientras se servía otro caballito, cerró los ojos y recordó con exactitud los suyos, su sonrisa, sus te amo, sus caricias, todo. Lo extrañaba con el alma y no sabía que hacer para poder seguir su vida, sentía que con él una parte de sí mismo se había ido. Pero tenía que protegerlo, si estar juntos era lo que causaba sus desapariciones, los golpes, las marcas, el no podía ser tan egoísta de mantenerlo a su lado a pesar de tanto sufrimiento. Debía dejarlo, pero existe un abismo gigante entre lo que uno desea y lo que "debe de hacer" había pensado en llevárselo, huir juntos, a donde fuera, pero sabía que su familia lo buscaría hasta debajo de las piedras, su pequeño era hijo único y heredero del imperio familiar, sus padres no se quedarían de brazos cruzados y él quería proceder de la forma correcta de algún modo. Prendió un cigarrillo y el omega que estaba en la barra lo observaba con atención, se acomodó un riso que se le fue a la cara, destapó una una cerveza y se la dio al alfa que lo había estado mirando con insistencia, mientras él se había pasado todo el tiempo ignorándolo. - Lucas ¿Cómo haz estado? - preguntó el alfa. - Ocupado - respondió secamente para evitar conversar. - No te vi el viernes pasado - insistió el alfa. - Fue mi día libre - respondió. - ¿Podríamos?- Lucas le plantó la mirada, su mirada era fuerte e intensa, tanto que doblegó la mirada del alfa. Este rendido se fue, Luca sacó un trapo y limpió la barra, otra vez su mirada se quedó en Mateo, eran tres noches seguidas que lo veía beber. La curiosidad le carcomía, decidió acercarse, el olor de Mateo le agradaba. Lucas no tenía olor, eso le permitía trabajar tranquilo en el bar, no era común ver a un omega barista expuesto al peligro. - ¿Mal de amores? - le preguntó rápido, esperando que le contestara, levantó los vasos sucios y se quedó frente a él. - Un mal de amores sería sencillo para mi, lo que tengo es el alma muerta. - Mateo alzó la mirada, no se le veía prolijo ni arreglado, se nota a a leguas que estaba entregado a la bebida por sentir menos dolor. - Pero siempre hay solución si hay amor - Respondió Lucas y lo decía en serio, mientras hablaba acarició inconsciente el colmillo que colgaba de su cuello, la camiseta blanca que lucía le marcaba bien el cuerpo. - Eso creí - responde Mateo suspirando hondo - pero el estar conmigo hace que le hagan daño. - ¿Y por que no lo haz marcado? - preguntó Lucas, que ya había jalado un banco para escuchar cómodo la historia. - Es una larga historia - Mateo hizo una mueca. - A veces los alfas no entienden algo... cuando un omega ama, lo hace con el alma, a pesar de las consecuencias... imagínate que si tu estás así, ese omega debe estarse muriendo en vida. - Comentó, recordando la única vez que se enamoró en su vida, error que no volvería a cometer jamás. - Lo sé - respondió él. - Te invito un trago - Lucas saco una de las botellas del estante. - Gracias - tomó un sorbo - ¿tu tienes alfa? -No, soy de los pocos omegas libres que existen - contestó Lucas-- Soy un espíritu indomable - Bromeó y ambos rieron. - Eso te hace interesante - dijo Mateo. - Lo sé - hizo una media sonrisa y se encontró nuevamente con la mirada insistente del alfa - Interrumpo - preguntó Johan, el corazón de Lucas se aceleró "Demonios no lo vi entrar" pensó Lucas. - No Johan - respondió Mateo con naturalidad - que casualidad verte. - Suelo venir por aquí a charlar con Lucas y tomarme unos tragos - le dio la mano, mientras Lucas trataba de recobrar el aliento buscando entre las botellas el trago favorito de Johan Bourbon semiseco. Saca una copa y coloca un hielo esférico que le da un toque inusual a la bebida. Le alcanza la bebida y se retira un par de metros evitando estar tan cerca. Siempre cada viernes esperaba con ansias la llegada Johan, a pesar de que sólo la charla siempre era superficial tenía ganas de conocerlo. - No debiste renunciar Mateo, estas poniendo en peligro tu situación - empezó Johan, que dejaba su rol malhumorado en los consejos para regresar al de mejor amigo. - No me digas que hacer favor no tengo ánimos - Trato de hacerlo callar Mateo, sacudiendo la cabeza haciendo que el alcohol suba más. - Amigo tu sabes que siempre voy a cuidar de ti - Lucas observaba la escena desde un lado de la barra, conocía a Johan hace algún tiempo, casi todos los viernes llegaba a sentarse en el bar a tomarse un buen vodka, se fumaba un par de cigarrillos y pedía que pusieran una canción siempre la misma canción, siempre le dio curiosidad, a pesar de su olor agrio... Lucas se alejo para darles privacidad, nunca se había atrevido pero por su mente pasó muchas veces dar el primer paso, pero necesitaba su trabajo, si quizás Joahn reaccionaba mal podría perderlo. -Lucas ven, acompáñanos - dijo Mateo y Johan blanqueo los ojos. - Necesita algo señor - se acercó sorprendido. - Quédate con nosotros - pidió Mateo bebiendo otro trago. - Eso no es correcto - Se negó Lucas, en realidad quería seguir observando a Johan en su habitas y temía que no se mostrará como realmente era. -Nosotros te invitamos. ¿Verdad? - insistió Mateo volteando a ver a Johan para que le apoye. Lucas miró a Johan buscando respuestas en su rostro, pero este resignado le mostró en gestos que estaba bien. "No le agrado, me mira como un ser insignificante" pero eso no lo amilana, Lucas es un tipo de Omega muy especial. - Johan -le da un codazo- Lucas dice que mi pequeño debe estar sufriendo. - No lo creo está en una boda en un castillo en Noruega. - Soltó, Lucas analizaba hasta su tono de voz, quería sembrarle dudas. - ¿Así? - Mateo bajó la mirada, las palabras de Johan estaban surtiendo efecto. -Uno de los omegas amigos suyos se casó hoy, así que debe estar bailando con algún chiquillo guapo por ahí. - Lucas notó la mala intención. - Si me permite, lo dudo - intervino, "es un idiota ¿Cómo va decir eso?" pensó. - ¿Por qué? es joven y muy bonito - dijo Johan - Seguramente aparece marcado por alguien y quien sabe hasta preñado. Mateo miró al piso "Diablos es un maldito imbécil" pensó Lucas al escuchar las palabras de Johan quién alzó la ceja con satisfacción. - Pero es un Omega enamorado -intervino Lucas, mientras aclaraba la garganta, - y los omegas solemos ser fieles, con algunas excepciones claro - prosiguió - Pero cuando un Omega da sus sentimientos suele ser muy frágil y fácil de vulnerar. -Bueno yo no creo que se la pase llorando por ti Mateo. - dijo mirando fijamente a Lucas y luego miró a Mateo fingiendo rostro de compasión. Lucas lo observó, tan alto y tan fuerte, era posible que fuera... Era posible que estuviera... Bueno si algo había aprendido Lucas detrás de esa barra era que todo era posible. Le molestaba profundamente la situación, se dio cuenta de la intensión de las palabras de Johan, fingiendo un perfecto papel de mejor amigo. - Salud Lucas por qué aún me devuelves la fe - dijo Mateo y volvió a tomar otro trago. - Salud - respondió Lucas con una sonrisa, mirando burlonamente a Johan. - Estas tatuado - observó Mateo, Lucas alzó la mano mostrando el mandala que tenía grabado en su piel en la mano. - Si, me gustan los tatuajes. - señaló. -¿Y como vas con la Omega que me comentaste Johan? - le dijo Mateo al alfa y este se atoro con la bebida. - Bien, ella es tan sexi. - Dijo fingiendo. "¿Por qué miente?" se preguntó Lucas y siguió prestando atención. - Ya deberías sentar cabeza y dejar de andar de flor en flor - aconsejó Mateo. - Aun no me siento listo - volteó los ojos Johan aburrido. - ¿Lucas tu tienes pareja? - preguntó Mateo. - No ¿para que complicarse la vida? - respondió con una sonrisa. Mateo se empezó a reír - Salud por qué este Omega es inteligente. - Alzó su mano y chocó las copas. - Creo que ya deberías dejar de beber - dijo Johan visiblemente incómodo por el trato que le estaba dando Mateo a Lucas, trató de alejar el vaso. - Yo creo que nos vamos los 3 a mi casa - dijo Mateo con una sonrisa - Lucas ¿vamos? Lucas guardo silencio unos segundos pero su mente empezó a sopesar la situación con mucha rapidez, un Omega con dos alfas, bebidos, sonaba a una situación muy peligrosa, pero peligro era algo que amaba. -Vamos - dijo Lucas, Johan trató de ocultar su gesto de incomodidad mirando a otra parte - Dame tu dirección. - Johan nos puede llevar en su auto - soltó Mateo. - Pero yo tengo una moto, no la voy a dejar aquí, explicó Lucas. - Vaya combinación tuya, un tatuaje, motocicleta, barista. - numeró Mateo. - Quién dijo que es solo un tatuaje... Se rieron los tres, aunque la de Johan era visiblemente forzada. Lucas recogió su casaca de cuero y salió con ellos, los iba siguiendo desde la moto hasta llegar al edificio de departamentos de Mateo. Se quitó el casco y empezó a caminar junto a los otros dos, al llegar estaba desordenado, Johan movió la cabeza, Lucas se sonrió y su Omega se removió. Se preguntó así mismo que hacía ahí. Pero le daba curiosidad. Mateo camino hacia una de las mesas en la esquina de la sala donde tenía una pequeña colección de licores, sacó una de las botellas y les alcanzó a cada uno un vaso. - Salud Lucas - dijo Mateo - Salud - Contestó -¿Y haces algo más además de ser barista? - preguntó Johan mirándolo de arriba abajo. - Ohh si, tocó en una banda y fumo marihuana - "Imbécil" pensó Lucas. - ¿Es en serio? - preguntó Mateo sorprendido. - No, pero muchos se imaginan algo así de mi, en realidad vivo solo desde los 14, mi hermano mayor me visita de vez en cuando. -Es raro que no hayas querido compartir con tu familia, los omegas suelen ser muy hogareños - dijo Mateo. -¿Tu tienes pareja? - preguntó Lucas directamente. - No, bueno si, salgo con alguien - Cogió a Johan desprevenido "maldito Omega metiche" - ¿Cómo se llama? - preguntó rápido para no darle tregua a sus pensamientos. - Kate - soltó rápido, había ensayado la respuesta muchas veces desde que le empezó a hablar de ella a Mateo. - ¿Tienen sexo? - preguntó Lucas despreocupado, Mateo empezó a destornillarse de risa al ver la expresión horrorizada de Johan. - ¡Que rayos! - dijo entre maldiciendo y confundido Johan. - ¿Cuál es la posición que más realizan? - siguió Lucas. Mientras Johan ya se había puesto de pie con una mirada furibunda dispuesto a destrozaron. - ¿Por qué mientes? - prosiguió Lucas? ¿Porqué no se lo dices? - culminó sin inmutarse. Lucas era así desafiante por eso mismo no tenía un alfa, no estaba dispuesto a ser gobernado por nadie, por eso vivía solo, por eso estaba solo, le molesta a la actitud de Johan y estaba dispuesto a ser aquella gota que colme el vaso de su paciencia y lo haga estallar. -Eres un recién llegado y te pones en esas, no voy a permitirte... - empezó Johan con una voz sise ante llena de amargura, su olor agrio había inundado la habitación, se extrañó que al igual que Mateo Lucas soportará tan bien su olor. - Cálmate Johan, el es muy perceptivo eso me gusta, yo también note lo de la novia, a estas alturas ya la debería conocer.- intervino Mateo, demasiado borracho para entender lo último que había dicho Lucas "Porque no se lo dices" Johan sintió esas palabras como dagas, "¿como puedo volver a decirle algo que él ya sabe?" Pensó. -Mateo es mejor que me vaya. - Empezó Johan tratando de encontrar sus chaqueta, puso rostro de indignación. -No, no, disculpen el que se va soy yo, no quiero arruinar tus planes - dijo dirigiéndose a Johan alzando su ceja dándole un toque cínico a su expresión - un gusto Mateo, eres un alfa muy guapo. Salió del departamento convencido de que había hecho lo correcto "maldito alfa imbécil" pensó "Nunca me había equivocado tanto con las personas" pensó de nuevo. Caminó por las escaleras y al doblar en uno de los descanso lo jalaron con fuerza hacia atrás y lo golpearon contra la pared, el agarre era muy fuerte y el olor agrio hacia pesado el ambiente al abrir bien los ojos se encontró con Johan. Endureció su rostro, no era precisamente un Omega delicado, sabía que sí Johan deseaba ser violento era posible que lo dejara mal herido, pero de una cosa estaba seguro, no iba a dejarse destruir fácilmente. Cuando estuvo en el Aquelarre aprendió a defenderse muy bien. - Pequeña Mierda no vas a venir a joderme la vida con Mateo. - lo tomó de la camiseta, un suave y delicado aroma se empezó a percibir en el ambiente, Johan no sabía decir con seguridad a que era lo que olía. Lucas lejos de sentir temor, se empinó y coloco sus labios a medio centímetro del alfa, bajo una de sus manos y la puso en el entrepierna del otro, mientras no dejaba de mirarlo a los ojos. -¿Y si te jodo la vida que harás? ¿violarme? - susurró y todo su aliento llegó a las fosas nasales de Johan. - ¿Qué carajos hablas? - la voz de Johan se quebró, yo nunca he... - ¿Eso es lo que suelen hacer los alfa con los omegas no? - dijo con seguridad, quería saber hasta donde era capaz de llegar Johan por Mateo. -Estas hablando idioteces - afirmó Johan sin siquiera moverse estaba impactado. -Mírame - alzó la ceja - ¿te parezco cualquier Omega? ¿No verdad? - se respondió así mismo - A mi no me vas a asustar - abrió bien los ojos y Johan se vio reflejado en ellos - ¿ya te calmaste? - Johan se alejó un paso - De qué soy un Omega y que tu tipo son los alfas como Mateo, pero mírame no estoy nada mal... - Le dedicó una media sonrisa que le hizo hervir la sangre al alfa. -Por favor, me das asco. - respondió Johan - ¿En serio? creo que debes decírselo a tu pija, que no se a dado cuenta y se ha quedado bien tiesa saludando. - le dirigió una mirada irónica al bulto entre las piernas de Johan que estaba todo menos oculto - Nos vemos en el bar y espero que la próxima vez me invites un trago. *****

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