Próximamente en Marzo 15, 2021

509 Words
Los pequeños fueron creciendo de manera acelerada. La manada permanecía más en forma lobuna que humana, residían en un continente llamado Orbür, entre América y Europa. Orbür era reconocido por sus diversos animales, diversa fauna y flora, criaturas extrañas, unas que parecían sacadas del mismísimo infierno, otros como del mismísimo cielo. Los lobos de Orbür eran robustos, enormes y salvajes. Como nuevo continente al fin, esas criaturas no tenían la necesidad de 'humanizarse' se sienten más cómodos en su forma original; bestias. “Corran, corran, ahí  viene la niña obsidiana” grita una cría de lobo de unos 4 meses de nacido, mientras corre y hace a los demás correr. Diana se detiene, baja las orejas y esconde el rabo. Se sienta y lloriquea. Sus hermanos mayores se acercan de prisa. “Diana, diana” dicen a coro “¿qué te ocurre?” habla el primero que nació. “Quería jugar con los niños y se mandaron corriendo” dice bajando la mirada. “No tienes por qué jugar con esos niños feos, nos tienes a nosotros para jugar” dice otro moviendo su colita. Ella levanta la mirada y agita la cola con avives. Todos empiezan a correr, ella detrás de ellos una y otra vez y viceversa. Y así transcurrieron los meses, rechazo pasivo para la cachorra Diana, por su notoria diferencia en una manada donde tienen tonos marrones, grises, blancos y rojizos. Fue pasivo en parte por su padre, su única hembra, su adoración, la pequeña de la casa, mimada por sus hermanos. “p**i, p**i, hoy fui de caza” comenta entusiasmada, galopando hacia su padre. “Mi pequeña hizo su pequeña caza, que emocionado estoy” dice agachando la cabeza y lamiendo a su niña. “Si p**i, atrapé a un pajarito” dice entusiasmada, pero bajo las orejas “No pude matarlo p**i” dice y lo mira con la cabeza agachada “¿Y si tenía familia?” pregunta. El padre continúa bañando a su niña “No te preocupes mi amor, puedes aprender todo de la caza sin tener que matar, aun así, sabrás hacerlo cuando llegue el tiempo” comenta. “¿Por qué no vas a jugar con los demás cachorros?” pregunta al ver qué su pequeña le seguía. “Los niños se burlan de mi por mi color y ahora más, que no pude matar al ave, ellos corren lejos de mí y me llaman Obsidiana, la fea Obsidiana” dice con un quejido. El lobo de aspecto tenebroso se detiene y mira sobre su lomo al resto de la manada, observando a todos los niños jugar y revolcarse. Ahora que lo pensaba, nunca había visto a su niña jugar así, más bien, jugar con otros niños que no sean sus hermanos. Como primer guerrero y cazador de la manada, estaba muy ocupado y no se fijaba en esas cosas. Se yergue en su lugar, va hacia donde su niña y la toma del lomo entre sus dientes. Tenia que poner ciertas cosas en su lugar. 
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