Prologo

524 Words
Contenido+18 No me hago responsable por las mentes traumadas. No necesariamente debiste haber leído "El Alpha Millonario" — "El Hijo Del Millonario" — "La Chica Dhall" — "El Chico Dhall" — "Yannick Dhall" —(si las quieren leer antes que esta, la pueden encontrar en mi perfil) para comprender esta historia. Es una novela distinta, ya que trata de la vida de uno de los integrantes de la familia Dhall, llamada: Kayla Dhall. Dicho esto, ahora sí... A leer! Prólogo Vivo la vida al máximo. Es todo lo que tengo que decir. Principalmente porque todavía me falta media biblioteca por acabar y entre eso, mis clases de arquitectura, la empresa y mi familia, no me queda nada de tiempo. O eso es lo que yo pienso. —Señorita Kayla, yo entiendo que usted me eligió a mí, porque fui uno de los mejores arquitectos en este país, pero no puedo seguirle el paso, lo siento, deberá buscar a otro profesor más actualizado para que le enseñe, porque aquí yo ya no tengo más nada que enseñar. Mi profesor de dibujo, Francisco Relish, acomoda sus planos antiguos dentro del estuche n***o y yo me levanto corriendo hasta llegar a su lado. —Profe, si quiere rompo todos mis planos y me olvido de todo lo aprendido, pero no me puede dejar así, —me quejo —usted ya es el cuarto profesor que me dice lo mismo en menos de un mes —sus ojos marrones me observan con severidad y hago un puchero volviendo a mi sitio —Ya entendí, el despacho de mi padre queda a dos puertas más en este mismo pasillo, ya le aviso de que han terminado nuestras clases de forma completa. Agarro el libro de geometría y sigo leyendo y resolviendo los problemas que estaba haciendo antes de que él llegara. Si no tengo otra cosa que hacer esto es lo único en lo que me puedo entretener. —Nunca había visto a alguien con tanto deseo de aprender en mi vida, —suspira y yo subo mi rostro observando sus movimientos —tengo un hijo al que básicamente yo le enseñe todo lo que sabe, pero la diferencia es que el recibe clases en la universidad al igual que tú y puede que sepa ciertas cosas que yo no, así que si quieres... No lo dejo terminar —¿Cómo se llama? —Neythan Relish —dice tranquilamente y mi piel se eriza con este simple acto, junto las cejas confundida y el señor Francisco sale de la biblioteca al darle mi aprobación e inmediatamente cierro los ojos conectándome con Keysi, mi demonio interior. Key, ¿todo bien? Sí, sólo que no sé porque ese nombre me desconcertó. ¿De buena o mala forma? No tengo ni la menor idea, pero nos hizo erizar lo que significa que debe ser un tipo interesante, no uno de esos pejelagarto que siempre se tratan de conquistarnos con chocolatitos de mensajes. Sonrío por su comentario y sigo resolviendo mis problemas de geometría con la única diferencia de que ahora su nombre está plasmado en mi cabeza. Así que, Neythan Relish, eh.
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