—Mmm —suspiro cuando el aroma a café n***o y recién hecho inunda mis fosas nasales, ya que Deian ha colocado una taza sobre la mesa, frente a mí. Luego se aleja y va a la cocina para traer los platos.
Cojo mi taza con ambas manos, la llevo a mi boca y bebo un sorbo del vital líquido sintiendo que el malestar en mi estómago mengua gracias a la calidez que este le brinda.
Deian se acerca trayendo una bandeja entre sus manos. La coloca en medio de la mesa y me sorprendo al ver todo lo que ha preparado: Hay tostadas francesas, tómate asado, tocineta, salchichas, cruasanes, miel, mantequilla, crema de avellanas, jugo de naranja, frutas y los benditos huevos fritos que otra vez me provocan náuseas, por lo que tengo que arrugar la nariz en una mueca de asco y llevarme la mano a la boca para con
