Cuando Aaron se levantó de la mesa, entró en el ascensor y bajó. Justo cuando se abrió, Riley estaba de pie allí. Su ira creció instantáneamente, pero la contuvo. Estaba allí con un propósito y no iba a permitir que su ira lo arruinara.
—Gracias por venir. ¿Podemos hablar en algún lugar privado? —Riley sonrió.
Aaron estaba molesto y su voz era fría. —¿Por qué querría estar en un lugar privado contigo? —el la miró. Su mirada era de incertidumbre.
Riley parecía estar decepcionado. En la mesa, pensó que Aaron estaba fingiendo no notarla, ¿o estaba jugando duro para conseguirlo? Ella se sorprendió cuando él salió al aire libre. No podía arriesgarse con una mujer como ella.
—Ya no tienes que fingir. Ella no está aquí —dijo y Riley se acercó a él.
Los ojos de Aaron se entrecerraron. Después
