La primera noche para Dani en la que no se sentía atrapada por esos deseos que la torturaban al querer abrazar a Brad mientras dormía. Durmió y no soñó, el descanso fue reparador. Se movió con suavidad, estirándose perezosamente, abrió los ojos y se dio cuenta que ya había amanecido, la luz del sol ya iluminaba la habitación. Se levantó después de recodar de qué modo había dormido al lado de Brad. Dani no sentía ni dicha, ni tristeza se sentía en paz. Agradeció a Dios la oportunidad de seguir viva y de pie. Al poner sus pies en el suelo, notó que Brad seguía acostado en la cama, dormía profundamente dándole la espalda. Para ser lunes era muy curioso que estuviera dormido. Lo movió con el deseo de despertarlo para que fuera a trabajar, quizá el sueño le había ganado al sonido de las alarma

