Capítulo 3

1280 Words
Narra Clara  ¡La alarma! Dios mío, no sonó la alarma; me levanto de inmediato mirando mi alarma ubicada en la mesa de noche que está al lado de mi cama. ¡Santo Dios! Llegaré tarde a la escuela, me pongo de pie casi que de un salto y me detengo antes de llegar a la puerta, me doy la vuelta y vuelvo a mirar la alarma, ¿Qué estoy haciendo? Tengo la cabeza en otro lugar, ya terminé la preparatoria hace unos días, ya no tengo que volver más a la escuela.   Me rio por dentro por la burrada que casi cometo, donde hubiera salido así allá afuera mis hermanitos y mis padres me molestarían de por vida, lo guardaré como un chiste para mí; así que regreso a la cama y me acomodo nuevamente, solo son las siete, me quedaré un poco más, esos minutos extra serán una recompensa, por fin he terminado la escuela, tantos años de madrugar se acabaron; aunque debo seguir haciéndolo a fin de cuentas, pero bueno por lo menos he terminado una parte. Hoy empiezo un nuevo día de mi vida, no será un día diferente realmente mi vida no es tan diversa, pues lo que hago es levantarme; desayunar, hacer el aseo a la casa, mandar a mis hermanos que hagan sus cosas y le ayudo a mis padres con una pequeña tienda de frutas. Mi nombre es Clara Wellington y soy la hija mayor de Lisa Parker y Robert Wellington, tengo dos hermanos pequeños; uno es Will, tiene doce años y mi hermana Layla de ocho años de edad, ambos estudian, están en la escuela aun. En casa ellos tienen sus tareas, aunque claramente algo sencillas por lo que son niños todavía, yo estoy a punto de ser mayor de edad, en unos días cumpliré dieciocho, eso me tiene feliz. Salgo de mi habitación y me dirijo al baño para lavar mis dientes, mi cara y acomodar mi largo cabello en una coleta; voy hasta la cocina y está mi madre preparando huevos con tostada para el desayuno, así mismo cortando frutas que nunca hacen falta en esta casa. - ¡Buenos días, familia! – digo emocionada levantando los brazos - ¿Estas bien? – pregunta Will mirándome con rareza - Sí, estoy más que feliz porque ya terminaron las clases para mí, que lastima que para ti aun no mi querido hermanito – menciono haciéndole ojitos - Ya, dejen de hablar y coman – dice mi abue Octavio apareciendo detrás de mí. - Si señor – respondo a su petición y me siento a su lado para desayunar - ¿Dónde está papá? – pregunta Layla viendo que él no está en su silla, si, en mi casa todos tienen su lugar en la mesa - Fue a abrir la tienda – responde mi madre dejando los platos en la mesa - ¿Por qué tan temprano? – menciono algo extrañada, el no abre tan temprano la tienda de frutas - Las ventas no van muy bien en estos días, así que expandimos las horas de apertura. Vaya, con razón mi papá estaba tan preocupado la otra noche, eso me hace sentir triste. - Mamá, si quieres puedes quedarte con los adoptados que yo voy a la tienda con papá Esa pequeña tienda es muy antigua, casi que es patrimonio cultural, fue creada por mi bisabuelo hace mucho tiempo y ha pasado de generación en generación, aunque últimamente las cosas no marchan muy bien. Algún día espero poder ayudarle, solo es cuestión de esperar porque voy a estudiar y luego trabajar, ganaré mucho dinero e invertiré en la tienda, en las tierras, en todo, solo es cuestión de tiempo. - No, hoy debo acompañarlo, le ayudaré a sacar algunas cuentas, por favor quédate aquí en casa y cuida de tus hermanos, her- ma- nos – pronuncia enfatizando la última palabra – deja decir que son adoptados, y por favor cuida del abuelo. - ¡Yo me puedo cuidar solo! no soy un niño pequeño – refuta mi abuelo Octavio Mi mamá me observa y dice “cuidas al abuelo” solo moviendo sus labios, él puede ser algo terco. Al paso de una hora mi madre se ha ido a la tienda, realmente no está muy lejos, la tienda de frutas está al lado de la casa y en el patio están los cultivos de frutas; hoy día solo hay manzanas y peras, ya no en gran cantidad como antes; mi abuelo nos contaba que sus padres eran dueños de mucha más tierra y que toda estaba repleta de grandes cultivos pero la tierra de repente dejó de ser fértil y todos los cultivos empezaron a morir, solo quedó una pequeña parte de eso que el recuerda con melancolía. - Bien, arreglen sus cuartos y regresan aquí, les doy quince minutos – les ordeno a mis hermanos Ellos hacen mala cara y se ponen de pie para hacer lo que les pido - ¿Ya pensaste que vas a estudiar? – pregunta mi abuelo terminando de tomar su café Camino hasta donde está sentado y lo abrazo lo rodeo con mis brazos - No, aún no he pensado – le respondo con una pequeña mentira, la verdad mis padres ahora no están en condiciones de brindarme un estudio aniversario y mencionarlo justo ahora sería abrumador para ellos; aunque eso no quiere decir que me voy a quedar sin hacer nada, ya he estado pensando en algo pero más adelante les diré. - Bueno, trata de pensarlo pronto mi pequeña Clara, porque pronto tendrás el futuro que siempre has querido - Si abue, sé que me esperan cosas muy buenas, solo estoy esperando un poco pero ya verás que voy a ser grande – le digo dejando un beso en sus mejillas - Si, lo sé, pronto se va a cumplir ese deseo Amo a mi abue, desde que soy una niña me ha dado tanto ánimo y apoyo, el me motiva a seguir adelante. Al rato voy con mis hermanos al patio, cada uno lleva una canasta en la que deben depositar las manzanas, estamos en una época del año en la cual podemos cosechar estas frutas que son las protagonistas en nuestro patio ahora, esta es una actividad sencilla, consta de mirar el núcleo de la manzana y de la pera y notar un color un poco más oscuro, luego, se inclina la fruta en su tallo unos noventa grados, si la fruta está lo suficientemente madura para recoger entonces simplemente se caerá de la rama y las que no pues toca esperar un poco más para que sean cosechadas. Hacer esto es muy relajante para mí, es de mis cosas favoritas, realmente me ayuda mucho a pensar, a meditar; actualmente estoy en un momento crucial de mi vida, pues debo saber que quiero hacer, que quiero estudiar y en que quiero trabajar por el resto de mi vida, he pensado en quedarme en este lugar pero es algo que no debo hacer, por mi bien y el de mis padres, por el futuro de todos, he pensado en irme a Paris, conseguir un trabajo y así costear mis estudios; no soy una estudiante excelente, soy buena para algunas cosas y para otras no tengo mucho entendimiento, me inclino más por el arte, me gusta mucho la historia del arte, el dibujo, la pintura y es algo en lo que me quiero profesionalizar, en casa lo tengo como un hobbies pero es lo que me gusta, quiero ser una docente de artes; este es un tema que aún no trato con mis padres pero me estoy preparando para hacerlo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD