—Ese es Salomón Al-Sharif, el magnate —declaró un hombre con autoridad, reconociendo inmediatamente al empresario más poderoso de la región—. Pero nunca lo había visto con... alguien así.
—¿Por qué camina a su lado en lugar de detrás de él? —preguntó una mujer árabe con genuina curiosidad, claramente desconcertada por la violación de protocolos sociales tradicionales.
Los comentarios flotaban por el aire como susurros cargados de fascinación, y Nina podía sentir cada mirada, cada murmullo, cada expresión de curiosidad dirigida hacia ellos como rayos láser que atravesaban su nueva confianza. Siempre había sido invisible durante toda su vida, una mujer que pasaba desapercibida en multitudes por su condición de servidumbre. A pesar de su belleza natural, vivía en las sombras sociales sin ll
