El viaje en la vieja Hilux transcurría en un silencio cargado de emociones contenidas. Nina, desde el asiento trasero, lanzaba miradas discretas hacia "Ahmed", quien ocupaba el asiento del copiloto. Sus pensamientos giraban en un torbellino que mezclaba deseo, culpa y resignación. «Él se quedó con mi ropa interior, ¿será que se la dejo? Ni siquiera me la devolvió. No me dio tiempo de ponérmela»—pensaba, recordando los momentos candentes en aquel cubículo de baño maloliente. De repente, un estornudo involuntario sacudió su cuerpo, y sintió un rastro húmedo deslizándose entre sus muslos. Cruzó las piernas instintivamente, con un escalofrío recorriéndole la espalda. «Oh, mierda, verdad que me acabó adentro—pensó, sintiendo el calor subir a sus mejillas mientras apretaba más las piernas— Se

