Nina asintió, con su postura inmediatamente tensa con la responsabilidad. —Lo que usted necesite, señora Sora. —Perfecto —Soraya extrajo un pequeño sobre de su bolsillo y se lo entregó a Nina—. Necesito que vayas al restaurante Zafferano, en el piso 40 de la Torre Emirates. Es uno de los más exclusivos de Dubái. Normalmente habría enviado a Tony, pero tengo otros planes para él… esta tarde. Ella y Tony se vieron mutuamente, intercambiando una mirada cargada de complicidad y tensión se.xual apenas disimulada. Tony sabía que esta semana debía complacer a su jefa más de la cuenta, porque su único hijo… vendría pronto. Un respiro luego temporal en su complicado arreglo con Soraya. Lo bueno era que le iba a dar más dinero y en eso, Soraya no fallaba para que él cumpliera sus fantasías con

