―Te pagaré 18,375 dirhams mensuales ―añadió Soraya con calculada generosidad, nombrando una cantidad que equivalía aproximadamente a 5,000 dólares, una suma astronómica para los estándares de Nina―. Te daré más dinero. Este contrato que firmarás para mí es solo por dos meses. Si eres muy buena… te dejaré para siempre. Los ojos de Nina se abrieron desmesuradamente mientras procesaba la cifra. Era casi diez veces lo que ganaba actualmente limpiando varias casas, incluyendo la de Soraya. Con ese dinero podría pagar un mejor lugar para vivir, comprar ropa nueva para Emir, quizás incluso ahorrar para el futuro. ―Guao... está muy bien ―murmuró, incapaz de ocultar su asombro. Soraya la observó con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, aquella expresión calculadora brillando como el filo de un

