Yo los declaro enemigos

Imagina que...., tras una borrachera descontrolada con tu mejor amiga, su novio y el mejor amigo de su novio, cuyo nombre no pienso pronunciar, te despertases con él y un anillo en tu mano. Dos días después del desastre —Lo siento Madeleyne, sólo se puede anular el matrimonio dentro de 6 meses —dictaminó con resignación el abogado de mi madre. —¡No! —grité yo sobresaltando a todos los presentes con mi cortante negación—. Me niego en rotundo ha estar casada con él. —Le señalé con el dedo fijamente. Ese maldito chico que se dedicó a arruinarme la vida desde que entré por la puerta de mi nuevo instituto, y eso que este es mi primer y último año. Logan Weels. Podría definirlo en varios adjetivos: orgulloso, pretencioso, arrogante, cabronazo, popular, pijo, despreocupado y ah que no se me olvide; maleducado. —Giselle por favor, es de mala educación señalar a la gente —me riñó mi madre por lo bajo aún manteniendo esa sonrisa falsa frente a los padres de Logan. ¡Esto era el colmo! Ahora no voy a poder manifestar el odio que siento lo que faltaba. Dirigí mis ojos kiwi hacia Logan. Sí, así es, tengo los ojos verdes por dentro y rodeados por una lámina marrón. Son los ojos más raros que he visto pero son mis ojos. Por dónde iba.. Ah sí...Estaba mirando a mi enemigo, y este parecía estar tranquilo como si no le importará estar casado conmigo. Tenía mirada gacha y cuando la levantó me miró con odio, verdadero odio. Aún así creí haber visto como una sonrisa se esbozaba en su perfecto rostro. Dos días antes Me desperté con solo mi ropa interior puesta. La cabeza me estallaba y sentía el estómago revuelto por el alcohol. Me hize la típica pregunta de: ¿qué cojones ha pasado? Lo siguiente que vi fue un chico dormido a mi lado. No podía verle con claridad pero algo me decía que era él. Lamentablemente es el mejor amigo del novio de Rachel, mi mejor amiga. Sí, lo cierto es que es un poco lioso. Me estoy enrollando así que vayamos al tema más importante de esta situación. —¡Ápartate! —le grité a Logan. Le empuje —sin darme cuenta— demasiado fuerte y cayó contra el parqué soltando un quejido sordo. Abrí los ojos para vislumbrar dónde nos encontrábamos. Era la habitación de Rachel, pues la reconocería entre miles. Había varias fotografías pegadas a la pared en las que salíamos ella y yo. También salía Vincent, su novio ¿de cuánto? digamos que de muchos años. Me levanté del colchón y vi como Logan se reincorporaba. Llevaba puestos unos boxers tremendamente sexys, una pena que tuviera que llevarlo alguien como él. En seguida me di cuenta de que se me estaba comiendo con los ojos. Instintivamnete me tape el cuerpo diciendo: —¡No me mires! —Tranquila, yo no miró a niñatas sin cuerpo. El muy c*****o se siente superior por haber cumplido los dieciocho antes que todos los de nuestro curso. —Estaba mirando eso que llevas en la mano. Miré rápidamente el anillo reluciente que había en mi mano derecha. Me quedé con la boca abierta al descubrir que se trataba de un anillo de compromiso. —Esta claro que ayer pasamos una buena borrachera —dijo el riéndose de mí. Le dediqué una sonrisa de suficiencia cargada de asco y comencé a buscar mi ropa. Debimos haber vuelto a casa de Rachel y quedamos dormidos en su habitación. Encontré mis vaqueros blancos destintados y me los puse mientras él se vestía a mi lado. Me incomodaba tanto su presencia que me ponía terriblemente nerviosa. En cuánto me gire vi a Logan mirar un papel con la cara blanca. —¿Qué pasa? —pregunté curiosa y algo alarmada. Este no se movió, siguió leyendo la hoja en blanco. Me acerqué a él y le quité la hoja de las manos. Con solo leer la primera frase creí que el mundo se derrumbaba a mis pies. "Certificado de matrimonio" Y así fue como me enteré de que me había casado con Logan en una Iglesia promocional de la costa este. Me había casado con mi mayor enemigo.