Marco tomó un abrigo de él y lo puso sobre los hombros de ella. La noche se había enfriado aún más. Laura encontró un potro de color claro acostado junto a su madre. Se inclinó y les acarició la cabeza. Después de un rato ella se levantó. Sólo entonces notó la puerta cerrada del establo, incluso tenía un candado.
- Te advertí que no volverías a huir de mí.
La abrazó por detrás y le olió el pelo, la distracción había funcionado. Ella había parado de temblar.
Marco la hizo andar hasta el final del establo. Allí él apagó la luz, la iluminación estuvo a cargo de una lámpara de emergencia, colocada en un estante de pino. Mientras ella se acurrucaba en el baño, él había colocado un colchón doble, mantas e incluso dos almohadas encima del heno recién cambiado.
Le quitó el abrigo de los hombro
