Capítulo 3: Descubrimientos.

1376 Words
Laura se movía entre momentos de sueño y gritos de histeria. Que solo se calmaban cuando podía tomar un baño y entregar con fuerza cada partícula de su cuerpo. Aún se negaba a comer cualquier cosa. Pero su hermana Magda con mucha insistencia consiguió que ella al menos bebiera un poco de jugo. - ¿Cuándo podré ir a casa? - Aún necesitas recuperarte Laura. - Nunca me recuperaré de esto, solo quiero acostarme en mi cama y sentirme protegida. Además ya soy mayor y puedo salir de aquí si lo deseo. - Precisamente tengo que contarte algo. ¿Recuerdas una época en que nuestra madre dijo que nuestros esposos serían escogidos por papá? - Lo recuerdo, pero al final ustedes cogieron y papá aceptó porque eran hombres honrados. Por lo menos tú y Carmen serán felices, yo nunca me voy a casar, no es pues de hoy. - Aún puedes ser feliz y encontrar a alguien que te ame. - No quiero que nadie me ame, no quiero pasar por lo mismo que pase otra vez. - Lo que sufriste fue una violación en la intimidad puede ser diferente. Laura corrió para el baño y vómito, estaba segura de que nunca más soportaría que un hombre la tocará de nuevo, Y aunque no tu elección la noche anterior, de ahora en adelante sé cercioraría de no andar sola, así ningún hombre la hallaría desprotegida. Después de haber accionado el botón de la descarga del inodoro, Laura se cepilló los dientes y volvió a la cama. Su hermana entendió que no podía hablar sobre nada que se refiriera a la intimidad entre un hombre y una mujer porque Laura moría de miedo, sin embargo necesitaba decirle sobre Marco a ella y cuanto antes. - Laura lo siento mucho pero tú tienes un prometido. El tiempo de Laura se detuvo por un momento, nunca tuvo novio y mucho menos prometido, y de tenerlo ella con certeza lo sabría, aun así la duda la invadió, pues recordó los comentarios que se escuchaban en las fiestas a las que eran obligadas a ir, y dónde eventualmente se hablaban de matrimonios arreglados, y también sobre un grupo selecto de hombres que escogían a sus esposas a dedo, pero ella tenía certeza que no encajaba en ese mundo. Y más ahora que estaba manchada de esta manera, en la que ni la Iglesia la aceptaría. Recordó también que ella siempre tuvo el sueño de quedar libre de los cultos que se celebraban los martes y domingos, y ahora finalmente lo había conseguido, pero había perdido algo que aún no estaba preparada para perder y menos a través de la violación desgarradora qué sufrió. - No tengo un prometido, y si lo tuviera, él no iba a querer alguien como yo estoy ahora. - Tienes un prometido, desde que tenías 14 años existe un acuerdo entre nuestro Padre y el para que ustedes se casarán, solo estaban esperando tu graduación para contarte. Tras las palabras de su hermana Laura empezó a llorar, lloró por un rato largo y después de tantas lágrimas que eran acompañadas de gritos de desespero, ella se quedó sin fuerzas para nada más, entonces permaneció en silencio dejando que sus lágrimas corrieran libremente por sus mejillas, y pensando que aunque sus padres no eran los típicos padres sentimentalistas, las amaban igual. Y por esa razón le costaba creer que ellos le tomarán el pelo todo este tiempo, y jugarán con su destino sin ni siquiera preguntarle qué era lo que ella quería, pero ahora ella quedaría libre. Su prometido había pedido la mano de una mujer virgen y confiable, no de una mujer violentada y quebrada. - ¿Quién es mi prometido? - Él se llama Marco Wolf. Laura se congeló, el nombre era conocido, la fama de un hombre como aquel no pasaba desapercibida, los rumores decían que Wolf mató a su propio padre, aún nadie lo había comprobado y por eso no se había hecho justicia, aún así los rumores estaban ahí para quién quisiera oírlos. - ¿Cómo mi padre me entregaría a un hombre como ese? - Nuestro padre no tuvo elección, al igual que ahora créeme. - ¿Qué quieres decir él ya sabes lo que me pasó? - Él lo sabe y aun así no cambió de idea. - No me casaré con él, prefiero morir. - Laura, él tiene nuestra familia en sus manos, si no te casas con él, papá, mamá y gran parte de los hombres de nuestra familia quedarán sin nada, e incluso irán a prisión. Y no me preguntes cómo es él capaz de hacer todo eso, él tiene mucho poder. Estamos en San Félix y vacío un ala solo para ti. Tras oír cómo el hombre había reservado toda esa área del hospital solo para ella, Laura comenzó a gritar, y aunque estaba ronca, necesita expresar el dolor y el miedo de alguna manera, y cuando un enfermero entró al cuarto para sedarla ella entró aún más en pánico con la proximidad del hombre. El enfermero se aproximó a su cama. - No te acerques no quiero que me toques. - Solo voy a hacer mi trabajo. Fue la respuesta fría y distante que Laura y su hermana recibieron, y en el momento en que el hombre se acercó más a la cama alguien se acercó a la puerta y se escuchó una voz fuerte como un trueno. - ¿Qué está sucediendo aquí? Laura no fue capaz de responder y se aferró a la cama, su hermana respondió por ella. - Disculpa Señor, pero Laura no está cómoda con el enfermero, por ser hombre se encuentra en pánico. Magda había conocido a Marco la noche anterior, ella no quería admitirlo, pero su cuñado la intimidaba, o mejor dicho la amedrentaba. Marco se volteó y miró al enfermero. - ¿Qué parte no entiendes que no quieren que te acerque a la cama? - Solo voy a aplicarle un sedante antes de que ella se lastime. - Sal y encuentra una enfermera para hacer eso, si no la única persona lastimada en esta sala serás tú. El enfermero salió con rapidez. Marcos se dio cuenta que Laura también había tenido miedo de él, y cedió cuenta también de la bata minúscula que ella llevaba puesta, y por eso se molestó. No habían pacientes en esa ahora del hospital, aun así se encontraban enfermeros como ese transitando, y él no quería que ella se encontrará más expuesta de lo que había quedado. Salió del cuarto maldiciendo mentalmente todo y usando todas las palabrotas que conocía, poco tiempo después una enfermera entro al cuarto y le aplicó el sedante a Laura quien se durmió pocos minutos después. Marco aprovechó la oportunidad para entrar al cuarto. Y su hermana la cubrió con una cobija porque no quería que quedará muy expuesta antes los ojos de él, marco se dio cuenta de su intención. - ¿Sabes que ella es mía? ¿lo sabes? - Aún no están casados. - Eso es solo una formalidad, su hermana es mía. Dijo clavando fuertemente su mirada sobre Magda, quién intimidada no tuvo el coraje de responder, había sido criada para obedecer a los hombres, a pesar de todo estudio que tuviera. - Avisa a tus padres que mañana vuelvo a casa y me llevaré a mi mujer conmigo, toda la documentación del matrimonio está lista, asegúrense de que ella firme, porque ella se irá conmigo estando legalmente casada o no. Dígale eso a su padre y a su madre, tengo la certeza que doña concepción no querrá qué una hija de ella esté en mi cama sin ser mi esposa. Magda trago en seco, y dio las gracias a Dios de que su hermana estuviese dormida q porque si hubiese escuchado las palabras de ese hombre entraría en pánico nuevamente, pues ese hombre no parecía tener sentimientos y de tenerlo no eran buenos. La hermana de Laura sintió pena por ella, pues solo era una chica obligada a vivir con un hombre hecho y mayor, y sintió aún más pena que todo esto sucediera ahora que Laura estaba rota. Soportar que él la tocara la haría sucumbir de una vez por todas.
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