Capítulo 4

927 Words
Había dimitido de nuevo, bueno por lo menos estaba orgullosa de haber dimitido y no esperar a que me echarán, me había ido orgullosa si, pero el orgullo me había costado el sueldo y el trabajo Tenía que volver a buscar un trabajo nuevo, con lo cual lo encontré después de un tiempo, fue en una empresa de secretaria. llevaba 3 meses trabajando allí como secretaria, hoy mi jefe nos había dado la noticia de que había vendido la empresa. Suponía que ya me abría quedado de nuevo sin trabajo, que poco agraciada soy en los trabajos. Hoy vendría el nuevo Jefe. Cuando el entró comenzó hablar con todos. —Les quiero comentar que nadie será despedido ya que he leído los expedientes de todos, con lo cual he decidido que aunque ahora la empresa tenga otro jefe seguirá con los mismos empleados y en los mismos puestos, desde la siguiente semana al ver el trabajo de cada uno podría haber unos ligeros cambios, será todo igual pero cambiarán algunas cosas del sistema— Dijo el Esa era una buena noticia o eso suponía hasta que levanté la mirada y vi a que era mi ex-Jefe bueno aunque ahora era de nuevo mi jefe, que lío. ¿Porqué yo? ¿Porqué no podía tocarme otro Jefe? ¡Maldita vida! Después de un rato el me llamo a su despacho. ¿Será para despedirme? —Parece ser que vaya a donde vaya me la encuentro a usted—Dijo el —Eso debería decirlo yo, le recuerdo que yo trabajo aquí antes de que usted lo comprará—Dije intentando ser agradable, aunque no me estaba saliendo tan bien. —Bueno le llame aquí para decirle...— —¿Para decirme que me despide? Si me va a decir eso, que conste que no hará falta porque me iré por mi propia cuenta—Dije seriamente —Podrías dejarme terminar, no iba a despierte, parece ser que cuando tienes problemas solo sabes abandonar, eso dice ya mucho de ti—Dijo el ¿Me está llamando cobarde? Será idiota —Te había llamado para decirte que desde ahora tus horarios cambiarían, trabajaras por las mañanas más temprano de 7:00 a 15:00, los días libres serán los sábados y domingos—Dijo el En ese momento ese horario me pareció excelente así podría buscarme otro, trabajo por las tardes, para ocupar todo mi tiempo y pensamientos, odiaba estar sola sin hacer nada, porque mis pensamientos me hacían daño. —Gracias—Dije felizmente, después de ello salí de su despacho. Después de aquello comencé a buscar otro trabajo, al final encontré otro en un bar nocturno, aunque no entendía lo de nocturno si abre de 19:00 a 00:00 con lo cual disponía de tiempo para descansar. Pasaban las semanas aunque comenzaba a cansarme mucho más rápido a medida que pasaban los días, eso de tener dos trabajos siempre llegaba a casa agotada. De día parecía otra persona y de noche otra diferente ya que ambos uniformes eran distintos. En la empresa uno de las normas es llevar el pelo recogido y la ropa tiene que ser formal, maquillaje sencillo. Al contrario que en el bar. Lleve así 4 meses trabajando en ambos lugares, en un principio estaba bien, pero con el paso de los días comenzaba a cansarme muy rápido, muchas veces no tenía ni energías para poder estar de pie pero aún así resistía, si me quedara en casa sería peor, lo importante era pasar todas las horas posibles fuera de casa. Un día teníamos una reunión por la mañana temprano con lo cual me tuve que levantar mas temprano y dormir menos horas, la reunión había tardado más de lo normal para acabar, m*****o jefe, porque no podría haber puesto una reunión en horario laboral. Había tantos empresarios allí, cuando acabe tuve que salir ya directamente de allí ya que comenzaba a sentirme fatal, en ese momento fui a mi despacho y me quite aquellos preciosos tacones que llevaba, eran preciosos pero me hacían daño. En ese momento comenzó a comer algo dulce así para sentirme mejor con lo cual funcionó, azúcar es el milagro de la vida. —Señorita Horwen quería comunicarle que hoy tengo un vuelo a Grecia, con lo cual usted tendrá que venir conmigo—Dijo el —No gracias, mi horario termina en media hora y no pienso trabajar horas extra—Dije sería —Le pagaré el doble por ello, son horas extras— Dijo ¿El doble? ¿Cómo podría decir que no a eso? Ahora podría dejar el bar nocturno, creo que eh cambiado más de trabajo que de novios en lo que llevo de vida. —Aceptó—Dije neutra Después de ello me dirigí a mi casa para cambiarme y llamar al bar para decir que no vendría mas, otro trabajo en el cual vuelvo abandonar. Me cambie, pero al cambiarme me puse algo cómodo unos vaqueros, con una blusa blanca, una chaqueta negra de piel, con unas botas. Era algo diferente a lo que solía utilizar normalmente para trabajar. Me dirigí al aeropuerto, no sabía que el idiota de mi jefe tuviera un avión privado, bueno eso serán las ventajas de ser multimillonario. Al estar en el avión el estaba con su ordenador, en un momento comenzó a dolerme la cabeza todo me daba vueltas, comenzaba a sentir un montón de sueño, en un momento la vista comenzó a nublarse y todo se veía n***o, no porque estuviera mareada, si no porque estaba muerta del sueño.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD