capitulo 9

688 Words
Analí Soy consciente de que él me dijo que no me enamora y antes actuaba de tal manera, sólo teníamos conexión s****l. Pero ayer fue diferente, ayer pasamos una noche diferente a las demás hablamos, vimos películas y dormimos. Obviamente le conté a Hanna, mi amiga más cercana y quien por si sola había descubierto que sentía cosas por él y que algo estaba pasando entre ambos, después de todo con alguien tenía que hablarlo, no podía tragarme esto sola, y sé que ella era de confianza. “cielo no te ilusiones” fueron sus palabras, pero creo que a este punto y con mis sentimientos a flor de piel era imposible no hacerlo. -Te he dicho lo sexy que te ves con esas gafas. -comento con un semblante serio y voz suave al llegar a la oficina, disimulando ante los demás y dejándome completamente perpleja. -Oliver porque llegaste tarde? Te he estado buscando-interrumpió el señor Arthur. -Necesito hablar contigo sobre un nuevo negocio del que me han estado hablando. -Claro vamos. -Le dijo a su mejor amigo. - no se te olvide hacer lo que te pedí- comentó esta vez dirigiéndose a mí. Aproximadamente una hora más tarde Arthur salió de su oficina junto a Oliver. -señorita Breslin. Puede venir un momento. - enseguida... que sucede? -pregunté al cerrar la puerta de su oficina. -necesito que organices un viaje a Berlín por favor, de aproximadamente 5 días. -Bien. ¿qué día va? -lunes. -ok... ¿no podías decírmelo allá afuera? -No. No podía-respondió seriamente y parándose de su silla para sentarse en la que se encontraba frente a mí. -¿por qué señor Brigthmore? -pregunté y él se quedó viendo mi cara por un par de segundos. -ven acá. -dijo jalándome del brazo para sentarme en sus piernas y besarme salvajemente. Toques en la puerta interrumpieron nuestra muy entretenida sesión de besos. -pase. - dijo una vez que volvimos a una posición decente para recibir a alguien. -Hola hermanito. - se escuchó la voz de Layla entrando a la oficina. -Hola Layla. -ohhh. Hola Lía. -Hola-la saludé entusiasmadamente dándole un beso en la mejilla. -cómo va esa barriguita? -creciendo. Ya quiero que salga de ahí enserio. -dijo Layla causando que ambas riéramos. -en fin, he venido a confirmar su asistencia en el viaje familiar cierto. Dime que has convencido a Oliver de ir tiene rato de no ir a un viaje familiar con nosotros. -Si iremos. -respondí rápidamente. -enserio? Gracias Lia-dijo dándome un abrazo. - yo no he dicho que sí. -Oliver por Dios. Tienes que ir, te has perdido muchas reuniones por culpa de haberte alejado de nosotros por ella, ahora estas con Lia, tienes que dejar que ella nos conozca. - si vamos a ir Layla. Ya verás- respondí segura. -Bien eso espero. Mañana salimos a las 8. Así que nos veremos a eso de las 9:30 allá, los espero. Tengo que irme a una cita médica-dijo señalando su barriga. -nos vemos Analí. Chao hermanito. -así que, ¿cómo me vas a convencer? - cuestionó Oliver una vez Layla salió de la oficina.   -pues si -dije volviendo a sus piernas. -¿se puede saber cómo? Su pregunta estaba cargada de ironía. -tú sabes cómo-susurré en su oído para luego morderlo y depositar besos en todo su cuello. -si así van hacer estas dos noches…podré considerarlo. -considerarlo? -pregunté separándose de él inmediatamente. -si. -me voy. -dije levantándome de sus piernas. -enserio? ¿Vas a dejarme con las ganas? -si. -está bien iré. -Ok. Pero enserio tengo cosas que hacer. -dije y salí de la oficina. Al parecer él estaba demasiado ocupado pues no nos volvimos a cruzar en lo que restaba del día. -Paso por ti 20 minutos antes de las 8:00. -recibí un mensaje antes de irme dormí. -Bien. Nos vemos mañana. - me limite a responder. Estaba a punto de cerrar los ojos cuando de repente el timbre de mi apartamento sonó. Adormitada baje las escaleras para abrir la puerta, en todo el recorrido hacia la puerta mantuve el pensamiento de que podría ser Oliver, pero me Di cuenta que dicho pensamiento era erróneo. Sólo era un paquete para mí. Luego de firmar dejé el paquete en la mesa, tenía demasiado sueño como para abrirlo, y me fui a dormir inmediatamente. A la mañana siguiente los rayos del sol me despertaron para darme cuenta de que eran las 7:40 y me había retrasado, seguro el señor puntualidad me mataría.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD