Érase una vez mientras dormía

Capítulo 19

TE HE SEGUIDO VARIAS VIDAS Y TE SEGUIRÉ POR SIEMPRE

Me sentía un poco confundida. No entendía qué estaba pasando o por qué había un periódico de hace muchos años con una foto idéntica a mi y otra a Jay. Era él. La foto apenas y se alcanzaba a ver pero era él, éramos nosotros, no había duda. Me sentía especial el saber que, si todo fuera verdad, Jay y yo nos reencontramos otra vez. Significa que somos el uno para el otro.

¿Acaso no es eso romántico?

Tomé el periódico y me senté lentamente en el sofá sin quitarle la vista a la hoja de papel. Habían tantas cosas que estaba empezando a pensar, tantas dudas ahora, muchas más de las que tenía antes. Me daba cuenta de que todo estaba conectado, de que quizás tenía que venir aquí para algo, para hacer algo o para saber algo. Jay y yo estábamos casados en otra vida. ¿Que nos habrá pasado?

—Tienes que leer esto, Sam —me dice Brandon, entregándome otro papel periódico.

Lo tomo y lo leo:

Mueren los recién casados en un trágico accidente. Se dice que encapuchados abordaron el palacio y asesinaron al príncipe Jayson y a la princesa Sam. No hubo más muertes. Charles cannadian desconsolado por la muerte de su mejor amigo y su ex novia, Samantha.

¿Ex novia? Pues eso está más que claro. Charles es malo. Tenía un leve sentimiento de que Charles había tenido que ver con todo lo que había pasado, y todo por su obsesión por mi. Ahora me daba más miedo estar cerca de él.

¿Por qué tenía que ser malo? Y a mi que me estaba empezando a caer bien.

—No puede ser —susurré.

—Es obvio que Charles es el responsable —me dice Sol.

—Nunca me dio buena espina —comenta Brandon, sentándose a la par mía.

—Tranquila, Sam, sé que saber todo esto te afecta demasiado. Es fuerte enterarte de ciertas cosas. Ve el lado positivo, el amor de Jay y tú es más fuerte que la misma muerte. —intenta animarme Sol.

—Pero Charles quiere hacer lo mismo que hace tiempo. Sin embargo, Sam, tienes que hacer como si no supieras nada de tu vida pasada.

—En realidad no sé nada —admití.

—Lo sé. Pero es un poco creíble incluso para Jay. Si llegas a salir de esta, solo dedícate a ser feliz con el. Como antes.

—Tu lo dijiste: si logro salir —me masajeé la sien.

—Tienes que luchar. Al menos tú tienes una oportunidad de salir de aquí —Sol suspira.

Había un ambiente extraño en el lugar. Mi casa se sentía más caliente, es decir, más acogedora. Sentía como si el frío de antes ya no era más. Me sentía... más cerca de la realidad.

—¿Sienten eso? —cuestioné.

—¿Que cosa? —inquiere Brandon.

—El ambiente se siente diferente. Es más real. Siento calor en mi cuerpo.

Brandon frunce el ceño sin entender. Sol hace lo mismo. Al parecer ellos no sienten. Quizás me estoy volviendo loca ya.

—Ya sé lo que está pasando —dice al fin mi amigo— mientras más te vas dando cuenta de las cosas, más cerca estás de volver.

Dudé.

Quizás era verdad.

Y eso me dio muchas ilusiones.

—¿Eso era lo que tenía que hacer aquí? Averiguar cosas de mi pasado y ¿repararlas?

—O darle un alto a Charles que es quien no los ha dejado ser felices en paz.

—Si tan solo Jay estuviera conmigo. Él me ayudaría a conseguir más información y me ayudaría a destruir de una vez por todas a Charles —achiqué los ojos.

Charles era malo.

—Aunque Jay no esté aquí contigo me he dado cuenta que es él quien te da fuerzas para luchar y salir de todo esto. —dice.

Y quizás era cierto.

Si no estuviera con él y estuviera sola, ni siquiera lucharía por vivir. No tenía nada en vida, no tenía a nadie. A excepción de mi madre. Pero ella tendría que aprender a vivir sin mi.

—Charles vendrá en cualquier momento —dice Sol.

—Es mejor que nos vayamos —Brandon se pone de pie.

—Pero Sol... —empecé a decir.

—Sol estará bien. Yo la cuidaré. Estaremos por aquí cerca para mientras. —Brandon estira la mano para que Sol la tome. Sol duda pero al final la toma. —Nos vemos después —ellos salen de mi casa y me dejan sola.

Me quedo en mi casa sin saber qué. Debería de subir a mi habitación. Guardo los periódicos debajo del sofá para que Charles no los vaya a ver y descubra que ya sabemos todo. Subo a mi habitación e intento tranquilizarme, tengo que actuar normal. No puedo creer que ya lo besé. Se lo tendré que contar a Jay si vuelvo con él.

—Al fin terminaste —dice alguien detrás de mi. Salto del susto y me volteo a él.

Charles estaba recostado en la pared esperándome.

—¿Hace cuánto llevas allí? —quise saber con temor a que me diga “lo suficiente” como para habernos escuchado.

—Acabo de llegar —responde tranquilo. Eso me dio a entender que no sabe nada.

Me relajé.

—¿Estas lista para despedirte de Jayson? —se acerca.

—Estoy lista —mentí.

—No perdamos más el tiempo. Ven conmigo —estira su mano para que la tome. Al principio dudo pero después lo hago. En un abrir y cerrar de ojos no estábamos en mi casa sino en otro lugar.

—¿Qué... como hiciste eso? —me sorprendí. Era un especie de pasillo, nosotros estábamos frente a un ascensor. Había una enorme ventana de vidrio más adelante que hizo saber de que estábamos en un edificio. Y en uno muy alto.

—Tengo mis dones —respondió— tengo todo anotado aquí —me enseña un papel mientras la desdobla. Te explicaré: empezó a explicarme lo que tenía que hacer y los botones que tenía que apretar. —hice algo para que Jay estuviera en este edificio en 5 minutos—me dice.

Mi corazón saltó.

—¿Qué hiciste? —me apresuré a preguntar.

—Relájate, lo que te tiene que importar es que estás muy cerca de verlo y de despedirte de él. Para siempre. —sonríe. Me pareció una sonrisa demasiado escalofriante.

Charles me empezó a decir que botones tenía que tocar y en qué orden. Intenté memorizar todo a cómo pude por eso traté de poner demasiada atención y no divagar en Jay ya que lo vería en poquito tiempo y si todo salía bien él también me vería.

—Tendrás veinte minutos para poder hablar y despedirte —dice— luego de eso todo desaparecerá. Tendrás que volver al ascensor y hacer el mismo procedimiento.

—¿Si me paso de los veinte minutos qué pasa? —quise saber.

—Desaparecerás y no estarás ni en el limbo ni en la tierra.

—¿Como es eso posible? —fruncí el ceño. No estaba segura de que Charles me dijera la verdad o si solo estaba tratando de asustarme para que volviera y se quería asegurar.

—Es la verdad —me dice, viendo a través de mi—Allí viene tu novio.

Volteé a ver con el corazón latiéndome a mil por hora. Jay se acercaba a donde nosotros con la vista en un papel. Dios, necesitaba abrazarlo. Necesitaba besarlo.

—¿Qué probabilidades hay de que escuches todo? —le inquiero a Charles.

—Muchas.

—Me quiero despedir de él a solas —le digo mirándolo— quiero que por favor no nos sigas y me esperes justo aquí en donde estas. Volveré en los 20 minutos pero necesito que me prometas que no vas a seguirnos. ¿Puedo confiar en ti?

Duda, pero luego asiente.

—Está bien. Te lo prometo. Pero tienes que volver.

—Volveré.

Jay llega donde nosotros y se queda viendo el ascensor.

—Jay se quedara aquí esperando 5 minutos, que es lo que tardarás en hacer todo el procedimiento para poder cruzar a su dimensión. Debes irte. ¿Recuerdas todo?

Asentí.

Le di una última mirada a Jay para luego apretar el botón del ascensor, las puertas se abrieron así que me adentré. Cuando la puertas se cerraron empecé a apretar números en el orden en que Charles me había anotado en un papel. El ascensor bajaba y subía, las puertas se abrían en un piso y luego se cerraban y así sucesivamente. Hasta que pasó algo extraño, el ascensor se empezó a mover extraño. Pensé que se caería, pero estuvo un tiempo en el mismo lugar para después volver a subir. Me sentía muy asustada y un poco nerviosa también. Solo faltaba apretar el botón del piso en que estaba Jay.

Apreté el botón 12 y dejé que el ascensor hiciera su trabajo.

Estaba a punto de ver a Jay.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron parecía que todo estaba en cámara lenta. Nos reencontraríamos. Jay y yo.

Jay estaba allí, mirando cuando las puertas del elevador se abrían y dentro estaba yo, mirándolo a los ojos. Cuando Jay puso la mirada en mis ojos supe que había hecho las cosas bien y que ahora estábamos en el mismo lugar.

—Jay —susurré con la esperanza de que me escuchara.

—Sam.