Capítulo 3.

4039 Words
Los deberes, la universidad, y las personas nuevas que Kendall había estado conociendo últimamente había sido el suficiente aliciente como para no pensar en lo que había sucedido el sábado pasado, ese en donde algo dentro de ella parecía haber dejado incluso de funcionar, los recuerdos se sentían tan dolorosos, y tan reales, que eso la obligaba a alejarse de ese departamento que se había convertido en básicamente la escena de un crimen. Si, un crimen, porque esa noche, con toda la intención del mundo, Ethan se había puesto delante de ella, había apuntado hacia su pecho, y había disparado justo hacia su corazón, infringiéndole un dolor que ella a veces no se sentía capaz de soportar. En la cabeza de la chica, se repetía una y otra vez los jadeos de Amanda, la chaqueta negra de Ethan, y toda esa noche que ella hubiera querido que nunca sucediera, en algún punto, Kendall incluso abría los ojos con la esperanza de haber vuelto a ese día, a esa maldita noche en la que se había sentido más traicionada que nunca, pero jamás la realidad era lo suficientemente buena como para concederle tal deseo. Y por el contrario, los recuerdos la embargaban, en cada una de esas ocasiones en las que se veía obligada a mirar a los ojos a Amanda, porque incluso aunque hubiera hecho de todo su esfuerzo para no pisar ese departamento, era inevitable no encontrarse con su compañera, y Kendall sabía que de cierto modo estaba siendo injusta con Amanda. Amanda no conocía su historia, ella no sabía lo mucho que había significado Ethan, esa chica ignoraba lo mucho que irremediablemente Kendall amaba a Ethan aun por sobre sus errores y cada una de las cosas que hacía con el único fin de dañarla. El único responsable de esa noche, había sido nadie más que Ethan, él no era inocente, y Kendall era lo suficiente astuta como para entenderlo, sin embargo eso no alejaba el sinsabor de su corazón cada vez que observaba a Amanda, algo dentro de si la culpaba a ella por haber sido tan fácil y haber dejado que Ethan la arrastrara hasta el departamento. -Oye ¿Tendrías la amabilidad de decirme porque has estado comportándote como una completa perra? - Amanda tomo el hombro de Kendall que se disponía a ir a desayunar encerrada a su habitación, y la obligo a voltearse para encararla. -No sé de qué estás hablando - Kendall levanto los brazos con indiferencia, al tiempo que centraba toda su en el plato de pancakes con salsa de maple que llevaba en la mano. -No finjas Kendall, has estado evadiéndome, si es que te he hecho algo, me gustaría saberlo, porque detesto compartir el apartamento con alguien que parece fingir que no existo - La chica hablo con nerviosismo al tiempo que movía sus manos de maneras aceleradas. -Amanda yo - Kendall se mordió el labio inferior con dolor, no sabía que debía hacer, no conocía en que habían terminado esa noche Ethan y ella, y no quería hundirse bajo las arenas movedizas sobre las que estaba caminando - No sé qué decirte. -Comenzar con la verdad es un buen principio, porque oye está bien, puede que parezca que no tengo sentimientos, pero el hecho de que te estés comiendo un plato de pancakes sin siquiera preguntarme si quiero, me está revolviendo las tripas - Espeto frunciendo el ceño, haciendo de todo su autocontrol para no darle una mordida a ese plato que olía de maravilla. -recuerdas al chico con el que estuviste… Mmm… ¿El viernes? - Titubeo. -¿Ethan? Si, lo recuerdo perfectamente - Amanda soltó una risa que delataba todo lo que probablemente pudo estar haciendo esa noche, lo que genero que Kendall dudara un instante para seguir hablando - Pero ¿qué pasa con él? -Bueno, él - La chica se puso un mechón de pelo tras la oreja, todo le resultaba tan incomodo, sobre todo porque aún no hallaba la forma de decirle a su compañera de piso que el hombre al que se había tirado era el mismo del que ella estaba enamorada, pero que sin embargo, no era nada de ella, ni siquiera su amigo - Te sonara ridículo esto que voy a decirte. -¡Ay madre mía! - Exclamo Amanda con arrepentimiento - No me digas que es tu ex novio, por favor, no me perdonaría saber que estuve con tu ex novio. -No, pero tenemos historia, una que yo no he logrado dejar en el pasado - Soltó Kendall por fin, con toda la vergüenza y la sinceridad del mundo. Era tan difícil explicar lo que había habido entre Kendall e Ethan, sobre todo, porque a veces ni siquiera ellos podían explicarlo, como si sus cuerpos simplemente actuaran sin raciocinio ni conciencia de lo que verdaderamente pasaba a su alrededor. Y era eso, lo que Kendall a menudo sentía que era lo que constantemente los separaba, eso de actuar por impulsos, de dejarse llevar por la debilidad de la carne sin siquiera aclarar lo que sentían, ahí estaba el primero de muchos errores de los que ellos habian cometido. Esos que siempre los llevaban a dañarse el uno al otro. -Ahora tiene un poco más de sentido - Amanda frunció el ceño. - ¿De qué hablas? - Pregunto Kendall. -Kendall, esa noche Ethan y yo, bueno nosotros no tuvimos sexo - Aclaro. -Pero yo los escuche. -No voy a mentirte, no tienes tres años, pero no tuve sexo, él solo me hizo un favorcito - Amanda movió uno de sus dedos, haciendo que Kendall entendiera que Ethan la había tocado, en todo el sentido explícito de la palabra - Pero en cuanto diste ese portazo, él se detuvo de golpe, y simplemente se marcho. -¿Y no dijo nada? - Algo que de esa información alcanzaba a refrescar a Kendall, saber que él se había detenido la hacía imaginar que quizás y solo quizás él lo había hecho por ella, pero no iba a hacerse ilusiones, bien sabía que uno de los peores errores que podía cometer cuando de Ethan se trababa, era hacer suposiciones. -Dijo que tenía que irse, me cubrió con una manta y se marchó, y ciertamente yo estaba tan borracha que lo agradecí, esa noche no estaba en mis cabales - Explico. Todo dentro de la cabeza de Kendall daba vueltas, la información no alcanzaba a tener todo el sentido que ella necesitaba para poder sentirse mejor, y solo había una forma de aclarar eso que había sucedido, una manera que ella no sabía si era capaz de soportar , pero que de todas formas, debería intentar si quería entender las cartas con las que Ethan estaba jugando ese nuevo juego de poder. -Cuéntamelo - Le pidió a la pelinegra a su lado - Cuéntame a detalle cómo fue esa noche - Al escuchar eso, Amanda abrió los ojos con sorpresa, no quería hacer daño a Kendall, y sabía que probablemente e indirectamente lo había hecho. Y se sintió fatal por tal cosa, ella nunca había sido una de esas chicas que van por ahí quitándole el novio a la otra, o el ex novio, o lo que fuera, Amanda conocía muy bien lo que era que una persona jugara con sus sentimientos, y ella no quería volverse el verdugo de Kendall y hacer eso que siempre había repudiado tanto. -Está bien - Bufo- Pero vamos a sentarnos, estoy tan cansada - Hizo una mueca, entretanto llevaba a Kendall hasta el sillón en donde ambas se pusieron todo lo cómodas que era posible - Esa noche, yo estaba con Riley. -¿El pelirrojo? - Inquirió Kendall. -Si, ese mismo - contesto - Después de un rato en que estuvimos tonteando, Ethan llego con Britney, y ugh, te juro que la última vez que la vi su falda tenía diez centímetros más de largo, esa chica no cambia - Amanda se llevó un dedo a la boca, haciendo un gesto de querer vomitar. -Espera un momento ¿Conoces a Britney? -Si, la conozco más de lo que quisiera, nuestros padres juegan golf en el mismo club, nuestras madres toman el té juntas - Añadió, pero para Kendall a medida que ella hablaba toda tenía menos sentido. -O sea ¿Eres como Britney? -Si te refieres a si tengo dinero, la respuesta es sí, pero créeme, no hay en este mundo persona más diferente a Britney que yo - Soltó un suspiro - Pero no es de ella de quien hablamos. -Está bien, continua - La alentó Kendall tratando de unir todos aquellos cabos sueltos en su cerebro. -Luego de perderte la pista, y luego de que Britney se hartara de estar allí, uno de los chicos propuso jugar chupa y sopla, es un juego en donde tienes pasar que una carta con la boca, si pierdes, debes besar a la persona a tu lado, o en su defecto puede beberte un chupito - Explico al ver la cara de confusión que tenía Kendall- Luego de sentarnos en el círculo, empezamos a jugar, y entonces yo detalle un poco más en Ethan. -¿Él estaba a tu lado? -No, pero estaba frente a mí, y me miraba con la misma curiosidad que yo a él, sabía que lo había visto en algún lado, su rostro me era muy familiar, pero no lograba comprender de donde lo conocía. -¿Y entonces? - Kendall movió la mano, indicándole a Amanda que se diera prisa con la explicación, ella estaba divagando mucho y Kendall ya quería que ella llegara a la parte en donde todo empezaba a cobrar sentido. -Él juego se acabó, yo estaba para ese entonces más que entonada, me sentí tan mareada que al ponerme en pie tuve que ayudarme de un brazo amigo que me tendía la mano, ese era Ethan, y al ver sus ojos, el color de ellos, lo reconocí de inmediato, él había estado en la fiesta de año nuevo de los padres de Britney. Miles de recuerdos resquebrajaron el interior de Kendall, esa noche había significado mucho más que un nuevo comienzo, esa noche, siendo casi primero de enero, la chica se había prometido enterrar a Ethan en lo más profundo de sus recuerdos, y sin embargo ahí estaba muriéndose por oír que ella un significaba algo para él. -Yo también estaba en esa fiesta, obviamente mis padres no iban a dejar que el año se acabara sin asistir al último evento más importante del año - Amanda volteo los ojos con evidente fastidio - Y aunque Ethan y yo solo cruzamos algunas palabras, claro que podría reconocerlo. -¿Pero cómo terminaron en tu cama? - Kendall reclamo una explicación. -No te voy a contar los detalles escabrosos, sobre todo porque no recuerdo la mayoría, pero Kendall, eso que importa - La miro a los ojos - Una cosa llevo a la otra, y lo último que se, es que él me estaba dejando arropada en mi cama. -Gracias por contármelo - Agradeció, todavía había cosas que no le quedaban del todo claro, había sido tanta información que de repente sentía que su vida era un enorme rompecabezas en donde la única pieza que parecía no encajar era específicamente ella. -Lo importante es que Ethan y yo no tuvimos sexo, y ahora me siento incluso un poco usada, él probablemente vino aquí porque sabía que iba a encontrarte - Amanda la miro con pena, no había una forma de disculparse, y eso la estaba calcinando - Él no estaba aquí por mí, y a mí no me importa en lo absoluto Ethan. -Lo sé, te creo, lo prometo, pero Ethan vino aquí con el único objetivo de hacerme daño, y lo consiguió - Las manos de Kendall se pusieron frías y estaban temblando un poco. -Creo que hemos encontrado nuestro primer enemigo en común - Amanda abrazo a Kendall - Él me ha utilizado, y te ha hecho daño a ti, así que creo que se merece un buen golpe en la nariz - Murmuro, lo que hizo que Kendall soltara una carcajada ante la situación posible. Pero Amanda se había equivocado en una cosa, Kendall no veía a Ethan como un enemigo, no incluso después de todo lo malo que él generaba en ella, no después de todo lo bueno que le había hecho experimentar, no había forma de que su cerebro lo concibiera como tal cosa, no cuando su corazón latía al ritmo de cada caricia de sus manos. -Vamos a vengarnos, no podemos dejar que el maldito se salga con la suya - Hablo la pelinegra con toda la determinación del mundo en su voz. -Yo no quiero vengarme, solo quiero desayunar, o lo que sea que esta comida signifique a las dos de la tarde - Sonrió. -No Kendall, me niego a que lo dejes ganar, Ethan te ha declarado la guerra, y voy a hacer que ganes - Pronuncio poniéndose en pie - Oye, después de todo ¿Dónde dormiste esa noche? - Amanda miro con intriga a una Kendall que se le empezado a teñir las mejillas de un leve carmesí. -Con Sam - Titubeo -Pues que bueno, porque vamos a necesitarlo esta noche, llámale y dile que nos recoja a eso de las 9pm. -No, antes debes contarme que es lo que vamos a hacer - Kendall se cruzó de brazos, mientras Amanda aprovechaba para robarle un bocado de su comida. -Vas a demostrarle que no te mueres por él, que tienes a alguien más y que no lo necesitas en absoluto, esta noche se inaugura “Midnight Cabaret” Un club nocturno de uno de los chicos pijos de la universidad, Ethan va a estar allí , todo el mundo estará allá, y entre esas nosotras dos, quiero que le restriegues a Sam en la cara a ese imbécil - Puntualizo. -Sabes que es bastante irónico que te refieras así a alguien, considerando que también es tu mundo, ¿No? - Kendall enarco una ceja. -Oye, detente ahí, yo no soy una niña pija, hace mucho que escape de toda esa basura, que no se te olvide. Kendall asintió levemente con la cabeza. -¿Listos para el reventón? - Le pregunto Harry a Ethan - Quiero que el capitán del equipo se divierta, esta noche todos los tragos corren por mi cuenta - Grito Harry por lo alto en las escaleras de la fraternidad, desde que Ethan había llegado a la universidad, se había convertido de inmediato en el reemplazo de su primo Sam. Ethan era joven, estaba lleno de vida, y sabía perfectamente que lo mejor era no resistirse a las miles de fiestas que le esperaban durante los próximos tres años de universidad, si no más llevaban una semana en el campus y ya había sido participe de tres fiestas, porque no importaba que día fuera, cuando el cuerpo pedía alcohol y baile, había que dárselos, decían todos allí. Pero había una fiesta en particular, en la que Ethan no había podido dejar de pensar, esa en donde casi se había follado a la compañera de piso de Kendall, él sabía quién era Amanda, sabía que ellas vivían juntas, porque no en vano había revisado el expediente de Kendall. Él ya sabía cada uno de los movimientos que Kendall daría durante su estadía en el campus sin que siquiera hubieran pasado aun, sabía que tenía teoría de la comunicación los miércoles, y viernes, sabía que la única clase que compartían era gramática, los martes a las cinco de la tarde, sabía que sus padres habían pagado todo el año de alquiler, que en un par de semanas, Kendall tomaría una electiva, y sabia por demás que iba a ser más que un infierno tener que soportar verla andando por allí con sus libros en la mano enloqueciendo a todos a su paso sin siquiera notarlo. Pero esa noche, cuando escucho el sonido de la puerta cerrarse, Ethan había entendido que Kendall había captado la indirecta, y entonces se sintió como un completo cabron por exponerla a todo eso, y fue entonces cuando se detuvo, y dejo a una Amanda borracha sola en su cama. En otros tiempos, Ethan simplemente se la habría tirado sin importar que, sin importar nadie, pero no esa noche, no cuando era Kendall quien estaba en juego, y lo había hecho por ella, por esa parte de sí mismo que se negaba a desprender los retazos de Kendall de su cuerpo… Y de su alma. Por esa parte que aún tenía la esperanza de poder amar a alguien, y más que todo, de que alguien lograse amarlo incluso después de descubrir cada uno de sus demonios interiores que en ocasiones, lo hacían irrisoriamente odiarse a sí mismo. -Eh, tu primo ha llegado - Harry palmeo el hombro de Ethan haciendo que este se dirigiera en dirección a las escaleras subterráneas en donde dos parejas iban bajando. Kendall estaba radiante, llevaba puesto un minivestido n***o brillante, haciendo que a Ethan casi se le fueron las luces, no esperaba verla allí en otra fiesta, en ese club subterráneo en donde todo incitaba a cosas que nada tenían que ver con el decoro, pero lo que más le impacto, fue verla sonriendo del brazo de su primo. Sam la agarraba con propiedad por la parte baja de su espalda, Kendall no oponía resistencia, y por el contrario se carcajeaba gracias a cada susurro que él le daba al oído, Ethan miro las sonrisas de la parejita, se veían tan felices, que por instante sintió envidia por no poder haberle dado eso a Kendall en ningún momento. Sam la estaba haciendo feliz, la hacía reír, y ella parecía encantada, sin embargo, y a pesar de verla tan bien, la parte egoísta de Ethan, lo único que quería era partirle la cara a Sam y reclamar a Kendall como suya, besarla y decirle a cada uno de esos imbéciles que la miraban que ella era de él y de nadie mas. -Esta noche estas más alegre que de costumbre - Le dijo Sam a Kendall al oído, no sabiendo que ella lo único que hacía era cumplir con el plan de Amanda, ese en donde debía poner celoso a Ethan, pero parecía que había fallado, llevaba ya un buen rato bebiendo chupitos y bailando descaradamente con Sam, y sin embargo no veía rastros de Ethan por ningún lado. -Tengo motivos para estarlo - Kendall se apretó más contra Sam, y le agarro del cabello para juntar sus rostros tanto como le fuera posible sin que sus bocas se tocaran. -No me tientes, Kendall - Sam le envolvió los brazos en la cintura, sus pelvis estaban unidas, separadas únicamente por la ropa de ambos, Sam sabía comportarse, era un caballero, pero Kendall le estaba haciendo las cosas muy difíciles. Sin pensarlo dos veces, la chica entreabrió sus labios, y los junto a los de su pareja, ya había olvidado lo bien que podía besar Sam, si, esa era la palabra, con Sam no volaban chispas alrededor, con Sam no se sentía como si se estuviera derritiendo, Sam solo era un buen besador, y Kendall suponía que en la vida real era así. En la vida real no siempre se encontraba a la media naranja, y en caso tal de hallarla, no siempre esa persona quería quedarse junto a la otra. -Espérame, tengo que ir al baño - La castaña se llevó una mano a la boca, sentía el estómago revuelto de tanto alcohol que había bebido, necesitaba parar y devolverse a esas épocas en donde no bebía, porque si seguía con ese ritmo de vida entonces jamás llegaría a los veinticinco con el hígado intacto. -¿Te acompaño? -Sam la miro con los ojos brillantes y un creciente bulto en su entrepierna, uno que Kendall quería solamente ignorar. -No, estaré bien, iré sola - Ella comenzó a caminar antes de que él siguiera insistiendo, sin embargo entre más se alejaba, mejor se sentía, como si el motivo de su malestar no se tratara del alcohol, si no de la compañía que a pesar de no ser mala, no era la que ella quería. El teatro que estaba montando no le estaba sirviendo, Ethan no estaba por ahí, a él no le había importado verla moviéndose provocativamente con Sam, y eso la estaba cabreando, al punto de casi echarse a llorar sintiéndose como una niña de quince años. Luego de pasar un par de minutes en el lavabo, en donde se había repuesto un tanto de esa bochornosa escena que había montado, Kendall salió del servicio con la firme idea de volver con Sam, y aclararle que ese beso no había significado nada, pero antes incluso de poder divisar a su compañero, un cuerpo masculino se interpuso en su camino, y la rodeo contra una pared haciéndola retroceder. Ninguno de los dos dijo nada, lo único que hablaba eran sus ojos, Ethan llevo las manos a cada uno de los lados de Kendall, y la miro acusadoramente, sus ojos se veían gélidos y fríos, y Kendall no sabía que pensar al respecto, no sabía que significaba eso, y no quería averiguarlo. El chico la estudio con su rostro, y entonces la beso, la beso desenfrenadamente como quien se está quedando sin oxígeno y se aferra a la única cosa que lo mantiene vivo, la beso con todo el deseo que sentía por ella, y así mismo con toda la rabia que en ese momento le tenía por haberse dejado tocar de Sam. -Ethan - Ella jadeo contra su cuerpo, él no la dejaba mover sus manos, y Kendall necesitaba tocarlo, recorrer su anatomía, y sentirlo de nuevo contra ella, hacia casi cinco meses que no habían estado tan cerca, y la sensación se sentía tan efímera, que Kendall quería grabar con sus manos todo lo que le fuera posible. Por otra parte, Ethan sentía exactamente lo mismo, se había prometido no volver a besarla, y lo había conseguido en la fiesta de hacia una semana, pero se negaba a cohibirse de la dulzura de su boca, no había a quien engañar, Ethan también sucumbía ante lo mucho que sentía por ella, pero no debía olvidarse de la verdad, y esa era que ella estaba con Sam, y él con Britney, porque la única forma de mantenerse a salvo, era alejándose el uno del otro. -¿Cuánto más tiempo vas a seguir jugando este jueguito? - Pregunto Ethan mirando fijamente a los ojos casi negros de esa chica que tenía delante. El hechizo se había acabado, la magia se había agotado, y el suspiro de lo que había sido ese beso se había disuelto en el ambiente, ya no quedaba nada más que los viejos rencores, y las heridas abiertas que tanto sangraban, ambos habían vuelto a la realidad. Ethan a sus viejos temores, y Kendall a la idea de Ethan besando a Amanda, la mirada y los sentimientos de ambos volvieron a congelarse, Ethan no podía superar lo que había pasado en su vida, y Kendall no le podía perdonar, que en un último intento de matarla, se hubiera llevado a su amiga a la cama. -Sam no es yo, y jamás va a hacerte sentir como tal - Le susurro Ethan a Kendall, pero ahora ella lo veía desde la rabia, y esas palabras no hicieron más que ratificar que ese chico seguía siendo el mismo que solo quería hacer daño. -No, tienes toda la razón, Sam es mucho mejor que tu - Escupió Kendall, percatándose de inmediato de la expresión de Ethan. -Entonces elije, está claro que no hay cabida para ambos en tu vida, o vuelves con Sam, y te olvidas te todo lo que alguna vez sucedió entre nosotros, o te quedas conmigo, y nos enfrentamos a lo que sea que quiera venir, dime Kendall, por quien vas a apostar. Kendall lo acribillo con la mirada, y entonces de su boca salió una palabra, era ese nombre que de pronto había hecho que el tiempo se detuviera, y que todo a su alrededor cambiara. Probablemente para siempre…
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