La semana del 8 de enero en adelante cuando volví al norte luego de terminado el bendito viaje, estuve con Cony una sola vez. No pude volver a estar con ella, porque por primera vez sentí que no estaba bien. No quise hablar con Cony sobre todo lo que había pasado en el viaje, porque estaba convencido que el acuerdo al que llegaríamos los tres iba a ser el indicado y no quería adelantarme a los hechos. Aunque era incierto lo que se avecinaba, yo sentía mucho optimismo al respecto. Ambos nos concentramos en la planificación del futuro de la empresa en Los Hamptons, debíamos empezar con la creación y consolidación de la nueva empresa, donde ella tendría una participación del 10% prometido. En Los Hamptons se nos presentaba otra opción de mercado, que consistía en el alquiler de botes o lanc

