Inhale aire ruidosamente para posteriormente expulsarlo fuera de mi cuerpo y levantarme. Una mirada nerviosa fue dirigida en su dirección, cuando con manos temblorosas pero decidida, deshice el botón de mi falda para seguidamente dejarla caer a mis pies. —Te dejaré quitarme lo demás —musité con la voz entrecortada. Fue inevitable, es bien sabido que una acción trae consigo una reacción y cuando sus ojos decayeron en mí, mi valentía tambaleo. Amaru permaneció quieto en su lugar, mientras una expresión indescifrable fue lo que recibí frente a mis palabras. Sus ojos se entornaron y su mirada cayó al suelo por varios segundos hasta que tomé sus manos y las posicioné en mis caderas y volví a tener su atención sobre mí. —¿Amaru? —murmuré su nombre con vacilación y la garganta me ardió fren

